29 oct 2013

Hacia un inevitable PROCESO CONSTITUYENTE




.-* Consciencia nacional de la necesidad de una reinstitucionalización del país
El pasado lunes 21, (EU), FEDEUNEP, federación sindical de los empleados públicos hoy manejada por el chavismo, declaró solicitaría a Maduro que, mediante la Habilitante, convocara una constituyente sindical; para refundar el movimiento sindical; se entiende que el chavista; aunque obviamente se refería, a todo el sindicalismo nacional. También comenzando la semana pasada, circuló en las redes una comunicación de personalidades de oposición, a la MUD; pidiéndole que se planteara convocar una constituyente; en este caso, nacional. Las dos iniciativas, en intención y propósitos, cien por cien, opuestas; sin embargo, en cuanto a lo que se supone que apuntan como sus eventuales resultados; son exactamente la misma, en cuanto a su correspondencia con la crisis nacional actual.
.-* Dos constituyentes convocadas y a ser manejadas desde el Poder
Ambas propuestas, la chavista y la puntofijista; primero, evidentemente, resultan de la consciencia compartida, de que la crisis actual; en sus dimensiones, sectorial-sindical; pero implícitamente nacional para la primera; y explícitamente nacional, para  la segunda; no tiene salida sino mediante una refundación o una reinstitucionalización; que solo es posible por la vía de un debate de fondo; constituyente. Igualmente; y,segundo, coinciden en el carácter que, según, ha de tener las constituyentes que proponen; aunque la una sectorial y la otra nacional; y en la forma en que serían convocadas. Sindicalistas y personalidades, promueven por igual que sean “constituyentes derivadas”; o sea, pautado programadamente su contenido; controlados desde el Poder su desarrollo y resultados; y, naturalmente, la que fuera en definitiva,  convocadas por él. La diferencia entre que el sindicalismo chavista se la pida a Maduro, para yá; con que se presente un proyecto, a consciencia inviable, de solicitud al CNE actual, mediante recolección de firmas, etcétera; no es tal, en la medida de que, al fin y al cabo, la expectativa teórica es de que la constituyente propuesta por las figuras puntofijistas, se concretaría  sería con otro presidente en Miraflores.
.-*  Dos propuestas de constituyentes ,polarizadas y polarizantes 
Vale destacar que en los supuestos de que cualquiera de ambas constituyentes que se habla de convocar, se realizara; una u otra, naturalmente; la que fuera; sus resultados obviamente, serían exactamente opuestos a los que hubiera tenido la que no se hubiera hecho. Con el efecto de que la polarización actual; que es el epicentro del círculo de causación acumulativa de la crisis nacional; se mantendría. Y, se profundizaría. La polarización actual, que se expresa en ambas propuestas referidas de convocatoria de constituyentes cualitativamente iguales, pero con propósitos, irreconciliablemente opuestos; se repotenciaría; resultando, además, constituyentemente legitimada.         
.-* La propuesta de un debate nacional no de una constituyente
En mi escrito “CONSTITUYENTE NO, UN PROCESO CIUDADANO CONSTITUYENTE” de junio pasado; que contiene el desarrollo de mis reflexiones sobre el tema, en la “Cátedra Pio Tamayo”; y mi posición y propuesta; dije:
“.-*Ni cambiando el gobierno ni con otra constituyente”
 “La crisis nacional, estructural, profunda, ciertamente no se resuelve con un simple cambio de gobierno; con la eventual sustitución de este mal gobierno, por otro, según, “bueno”; como el que han ofrecido la MUD y Capriles sería el que harían. Pero tampoco, con una Constituyente como las más de treinta que hemos tenido, incluidas las dos últimas de 1961 y 1999. Pues cabe preguntarse, sobre qué sería lo que se quitaría de la constitución actual;  y sobre qué, lo que se pondría en la nueva o reformada; resultado de dicha Constituyente que promueven sectores de la oposición; que por sí mismo, por ya no estar, y, por ahora sí estar en el nuevo texto; sería clave para que el país avanzara hacia salir de la crisis en que estamos y se profundiza inercialmente, hace ya tres largas décadas. Ni “la institucionalidad” consagrada en la constitución del 61; ni la de la del 99; como ninguna de las anteriores; sirvieron para impedir las variantes de autoritarismo y las perversiones del ejercicio del poder; el desconocimiento y la manipulación de sus contenidos; que durante sus cincuenta años de vigencia se acumularon; sin nada que las impidiera”.
Mas adelante dije:
“ .-* Un proceso constituyente originario: primero el debate ciudadano y luego la constitución”
“Hablamos de un “Proceso Ciudadano Constituyente”; cercano a la idea de una “constituyente originaria”; negando expresamente la de la “constituyente derivada”, como han sido todas las que tuvimos. Lo sustancial es que se promueve de forma que no  será convocada desde el Poder; por ningún factor de poder de cualquier naturaleza o signo. Según, la figura de la “constituyente originaria”, es de origen napoleónico; en términos del discurso, de ”la revolución primero y luego la  constitución”; porque la constituyente de la que resulte la constitución no deriva del poder existente; sino que es “originaria”; resultado de la revolución que es su negación. Pero en nuestro planteamiento, no está la idea de que hay que hacer la revolución para que haya una nueva constituyente y una nueva constitución. Partimos es de que, antes de “una constituyente”, quién  en tal caso debe estar “convocada”, es la gente,  los ciudadanos; todos los venezolanos, todos. No solamente algunos, según, “los competentes”. El que está planteado en Venezuela, constituyente; primariamente y de fondo, no es un debate académico; técnico-político. Es político. Sobre el Poder; sobre el Poder y la gente. Por ello, lo que toca, es que todos los venezolanos, se convoquen para SU debate, sobre el Poder; sobre cómo bicentenariamente sin escampe se ha ejercido autoritariamente; y causando la profunda crisis en que estamos. Para un debate libre, abierto, sobre quiénes y cómo lo han ejercido; lo ejercen y pretenden ejercerlo. Por lo que obviamente, no son quienes han estado ni los que están en él; quienes van a convocar y promover una constituyente para debatir y eventualmente condicionar, precisamente, quienes, porqué y como lo han de ejercer. Y, en tal caso, deben seguirlo ejerciendo.
El sentido de “originario” que está implícito en la idea del “Proceso Ciudadano Constituyente”; se refiere a que, primero haya el debate, ciudadano, nacional, constituyente; para a partir de él, y luego, ir a la constituyente; y, eventualmente a una nueva constitución. En una secuencia en la que lo esencial, primero y prelativo, sea la movilización y el debate ciudadanos; sobre los grandes problemas nacionales. Luego, el establecimiento de las bases para una dinámica de consensuación ciudadana. Para finalmente, mediante una constituyente bajo los dictados ciudadanos, y los aportes del caso académicos y técnico-jurídicos ir a la formulación de una nueva constitución; nueva o, como todas las anteriores, la existente modificada”.
.-*Chavista y puntofijista, constituyentes igual, derivadas
Desde junio pasado cuando entregamos las reflexiones de las que son extractos los supra; nada de fondo a cambiado que relativice su validez actual. Solamente, que, si entonces, además de los núcleos de izquierda que en la “Pio Tamayo”, planteamos  una constituyente originaria; era solo en las cúpulas puntofijistas donde se hablaba de convocar su constituyente. Desde entonces a hoy, Maduro y otros burócratas chavistas, en varias ocasiones han amenazado con la suya; y que recientemente, el mencionado sector del sindicalismo chavista; el más numeroso agrupado en FEDEUNEP; anuncia que propondrá su convocatoria. Vale reiterar, que en todos los casos, se refieren a constituyentes derivadas; convocadas y con partitura entregada desde el Poder. Que, demostradamente, para el país ir hacia una salida a la crisis; no es la idea.
.-* Rouseff, Bachelet y las FARC proponen constituyentes.
Yendo más allá al contexto continental; a una mayor escala y una dimensión más profunda en la que la idea de la constituyente tiene un sentido mayor; vale señalar que ella se está manejando bien ampliamente a nivel continental; como salida a la crisis y/o a situaciones de crisis de las que salir supone cambios importantes en las relaciones de Poder; que es de lo que se trata. Aparte las reformas constitucionales parciales, hechas en varios países latinoamericanos; Bolivia, Ecuador, Colombia; siempre en función de la concentración de poder; de la reelección. En este momento la presidenta Rouseff y la ex y futura presidenta Bachellet, de Brasil y Chile; hablan de una constituyente, no solo de reformas. Y las FARC entre sus propuestas al gobierno de Santos hacia concretar  la paz; tienen la de convocar una constituyente.
Si la propuesta de los septuagenarios guerrilleros colombianos, parece obvia; las de las presidentas brasileira y chilena, a primera vista, no; habida cuenta de los consistentes desarrollos político-institucionales de sus países. Pero precisamente, tal aparente sin sentido; solo aparente; de que las situaciones en sus países ameriten convocar constituyentes; remarca lo inevitable de su promoción aquí en Venezuela. Precisamente; pues a pesar de los desarrollos político-institucionales de esos países, y de su relativa sintonía con las dinámicas socio-políticas; la maduración e intensificación de éstas dinámicas; el desarrollo de la consciencia ciudadana y del espíritu soberano ciudadano frente al Poder; determinan como insuficiente la simple respuesta político-institucional convencional, consensuada entre cúpulas, a su presión política, masiva, de base; en la calle.           
Sin entrar a detallar la bien interesante propuesta de constituyente de las FARC; ni las reformas que promueven en las relaciones de Poder en Colombia; y sin que se trate  de situaciones iguales a las de Chile y Brasil; y tampoco a la nuestra venezolana; salta a la vista que, si en esos países se justifica convocar constituyentes; pues aquí en Venezuela, mil veces más.
.-*Necesitamos un debate nacional hacia verdaderos consensos ciudadanos
De acuerdo a los insertos arriba; comparto que aquí no es suficiente ni pertinente, como algunos preconizan, convocar una constituyente; como en Brasil o Chile. Sino el amplio y denso debate nacional ciudadano; que caracterizamos como un PROCESO CONSTITUYENTE CIUDADANO; abierto, despolarizado; autónomo ante cualquier factor de Poder; que en su desarrollo, y en tal caso, apunte hacia una constituyente; y, en tal caso, a una nueva constitución. Pues, lo que, desde hace varios decenios, caracteriza la conformación actual del país; su crisis profunda e inercial en cualquier perspectiva; es el absoluto desfase entre la realidad que se expresa en la intensa dinámica socio-política cotidiana; y las estructuras político-institucionales, pervertidas igual desde hace decenios. Caracterización ésta, que solo evolucionará a partir de verdaderamente densos consensos ciudadanos, de base; no cupulares.      


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