19 dic 2013

8D: Primera lectura




8D  Elecciones locales; el verdadero mapa socio-político, de la gente / Las premisas de esta reflexión. /  Resultados predeterminados; prioridad: relegitimar al CNE-SMARTMATIC / En tal caso, no dos sino  tres países  / Contra la leyenda negra anti-abstencionista / A pesar de polarización de las cúpulas el proceso no se polarizó  /  Chavismo políticamente el gran perdedor; doblemente perdedor  /  Capriles y el caprilismo, perdedores; enemigos perfectos de Maduro y el madurismo  /  Maduro máximo beneficiario de la polarizar con Capriles / Efectivamente, la sangre no llegó al rio. Hay son chavismos y oposiciones


.-* Elecciones locales; el verdadero mapa socio-político, de la gente
Una primera lectura. No definitiva. Las elecciones locales, a pesar de la idea de que interesan menos a la gente; en realidad, mejor que las regionales y que las nacionales, reflejan más concretamente sus verdaderas actitudes políticas; habiendo diferencias, aunque siempre siendo ese reflejo, entre los resultados para alcaldes y los para concejales. Los concejales electos, lógicamente, muestran más fielmente la verdadera composición política de la base ciudadana. La polarización real o inducida, en la medida de que se da;  se muestra al máximo  en  las elecciones nacionales, menos en las regionales, menos aún en las municipales y mínima en las de concejales Una lectura definitiva de los resultados del 8D, cerniendo el fraude,  se podrá cuando se disponga de las totalizaciones detalladas de los cerca de 2.800 concejales que resultaron electos entonces.    
.-* Las premisas de esta reflexión.
De entrada, preciso las premisas de que parto para esta primera lectura de los resultados de las votaciones del 8D: 1.- El CNE-SMARTMATIC, armadura básica del sistema electoral nacional; es un sistema técnico, operado a discreción por el chavismo; sin ningún tipo de contraloría;  absolutamente cerrado montado y perfeccionado para el fraude; cualitativa y cuantitativamente, el que sea “necesario”. Hasta ahora no hay criterio serio para definir límites que tiene para producir los resultados que se requieran. 2.- La dimensión y la estructura del fraude a implementar, sería predeterminada condicionadamente a los requerimientos  posibilidades y limitaciones políticas y sociopolíticas en cada evento; y a las metas y prioridades concretas de cada evento. La tercera fase de la “victoria perfecta” que Chávez programó para estas elecciones municipales, que iban a ser en febrero pasado; en la situación actual del chavismo y del país; se hicieron inviables. 3.- La primera prioridad, por encima de cualquiera otra, para estas elecciones, del madurismo-chavismo fue la relegitimación del CNE; en función del efecto retroactivo de la legitimación del 14A y de la suya propia; y de su efecto prospectivo en futuros eventos. Y, 4.- el cuadro y mapa resultantes del 8D fueron pre-cantados por el ex-rector Germán Yépez en entrevista al diario “Panorama” de Maracaibo, (N24 / 30.09.13). En la que “previó” y que finalmente fueron, unos resultados “creíbles y aceptables” tanto por las oposiciones como por los chavismos.      
En función de producir tales resultados “creíbles y aceptables”, obviamente se implementó un fraude cuidadosamente distribuido y  administrado; ajustable sobre la marcha; cuyo carácter predeterminado, de su estructura y mapeo, se evidencian al establecer correlaciones entre los resultados variables de las cuatro últimas elecciones. Entre los de  ésta última del 8D y los de las anteriores del 14A,  el 16D y el 8O pasados. Aparte de que la verdadera cuantificación del que electoralmente sería el mapa sociopolítico nacional; se lograría aplicándole a los resultados oficiales del CNE, en definiéndolos, dos factores de corrección: uno de fraude y otro de la abstención real.
En el contexto que habría con Chávez vivo, los resultados del domingo pasado habrían sido cuantitativa y cualitativamente diferentes a los que se van conociendo Habrían sido  similares a los de las presidenciales del 8O y del 16D, las primeras dos fases de “la victoria perfecta”; en las que Chávez y el chavismo “arrasaron”.  Siendo imposible, increíble y peligroso, que hoy  fuera así; porque no hay ni las condiciones ni capacidad de entonces para jugársela; entonces, lo  que interesa aquí, para ponderar la incidencia en la dinámica política actual, de los resultados oficiales es, primero, determinar lo que realmente significan, desde el punto de vista de las condiciones en que está el chavismo; o, los chavismos en el contexto nacional. Y segundo, identificar las determinantes que impusieron  que se armaran así;  las claves para  administrar, mapear e ir ajustando el fraude como finalmente  se hizo. Esto, sobre todo, en función de lo que viene.       
.-* Resultados predeterminados; prioridad: relegitimar al CNE-SMARTMATIC
Consciente de su verdadera situación; de su mengua sociopolítica inercial; de su crisis  y agotamiento internos; y en el marco de una crisis nacional  general que no logra manejar; frente a un rechazo nacional mayoritario;  la cúpula del madurismo-chavismo, asumió limitarse en estas elecciones del 8D, a solo una “victoria semi-perfecta”; enmarcada en unos resultados “creíbles y aceptables”; a un “mitad y mitad” con la oposición; reconociendo su inocultable crecimiento, sobre todo del antichavismo; pero exhibiendo, particularmente ante sus propias bases; alguna mayoría  en que basar seguirse declarando la primera fuerza político-electoral del país; seguirse  declarando, de alguna manera, ganador; quién conserva “la hegemonía”.(Ver “LO QUE SERA EL 8D” en mi rafaelsiribarrendice.blogspot.com). Enmarcado en un cuadro de resultados así; sin arrasar ni ser arrasado; sin mayores riesgos; se lograría el objetivo estratégico central de legitimar al CNE; a quién ha tocado, toca y seguirá tocando, armar y cantar la base de la legitimación electoral de su continuidad en el Poder. Con los efectos retroactivos igual estratégicos, de las legitimaciones, de los resultados del 14A; y, sobre todo, de la elección de Maduro como presidente. Y, con los efectos en perspectiva, de pre-legitimar las futuras actuaciones y resultados del CNE, en el 2015, de las próximas elecciones parlamentarias; y, en tal caso del referendo revocatorio que eventualmente sea inevitable convocar y realizar en el 2016.
Desde el 2004; cada vez más sobradamente, con más  pulso y sofisticamiento, los resultados de casi todas la votaciones, con excepciones específicas; evidentemente fueron pre-programados. Disponiendo el chavismo, como  dispone, del control y el absoluto hermetismo de todo el sistema; sin ningún tipo de auditoría consistente en ninguna fase ni área ni instancia. Y del aval de los técnicos de la oposición. Ahora para el 8D, como siempre, el CNE simplemente puso en práctica la estrategia electoral-institucional definida y que se le instruyó; con los resultados que se van conociendo. Según los que, el chavismo “gana” un 73% de las alcaldías del país; ello, por cierto, tan creíble como que en diciembre del 2012 el chavismo “ganó” 20 de las 23 gobernaciones. Pero, según, contrapesadas con  el 22% de ganadas por la oposición; entre las que están 7 de las 10 principales concentraciones urbanas del país y las tres mayores. Y los principales municipios urbanos, capitales de estados, en los que se asienta  cerca de las dos terceras partes de la población nacional. Municipios capitales y centros urbanos; algunos emblemáticos; reconocidos a la oposición; la mayoría predominante y crecientemente antichavistas; en los que siéndole ya imposible aparecer ganando; optó por perderlos, por “entregarlos”  aunque “por ñingita”. Resultados tales que, aparte de ser obviamente aceptados  por la oposición; según, constituyen  la muestra irrefutable de la supuesta  imparcialidad del CNE.
Correlacionar los resultados y sus cambios de una a otra elección, en varias circunscripciones; proporciona indicios claros de la manipulación discrecional por CNE-SMARTMATIC, de las votaciones  y sus resultados. Se entiende perfectamente  la  desencajada negativa de las rectoras electorales a auditar ni siquiera mínimamente el material electoral del 14A. Cuando en definitiva, ni un centro electoral, ni una máquina captahuellas, permitieron auditar realmente.
.-* En tal caso, no dos sino  tres países 
Según muchos, entre los que están Capriles su comando y la MUD; sus politólogos y psico-politólogos; el país está “dividido en dos”, o, “hay dos países”. Según, los venezolanos estamos polarizados. Sin embargo, ni los números ni los resultados en cuanto a candidatos electos, dicen eso. Para el momento de escribir esta nota, y según la vicepresidenta Oblitas el CNE; por el PSUV y la MUD  y sus aliados votaron, respectivamente, 5,277, y 4,423 millones y algo más; para unos 54% y 44% respectivamente; el 2% restante habría sido de “otros”. Pero !ojo!: de votantes. No de  los electores. Con respecto a los 19 millones de electores del RE; los 10 millones o menos, que habrían votado el 8D; solo algo más del 50%; el peso porcentual real de las votaciones de los dos bloques, está solo algo por encima y algo por debajo del 25% de los electores. La abstención oficial según el CNE está en un 40% de los electores; del RE. Según, por encima  de los  votos contabilizados, al PSUV y a la MUD.  
De forma que cuando se haga el análisis, sobre todo, de  los concejales electos; no tanto ya de los alcaldes; con sus identificaciones político-partidistas concretas aparte las alianzas en que participaron; se verá que en un porcentaje alto de casos, la identificación  con uno u otro polo, no la hubo o fue básica y circunstancialmente electoral; pragmática, franquiciada. Lo que quiere decir que si las bases votacionales del oficialismo y de la oposición; en el supuesto negado de que fueran homogéneas; pueden ser consideradas “dos países”; entonces Venezuela estaría dividida  realmente en tres; con un tercer país, por cierto mayoritario, superior a los otros dos; igual de homogéneo y/o heterogéneo; que sería la abstención.   
.-*Contra la leyenda negra anti-abstencionista.
Que la abstención; que 10 millones de venezolanos iguales a todos los demás; entre  un tercio y la mitad o más de mayores de 18 años, decidan no votar; sea objeto de todo tipo de descalificación, política, ética y hasta religiosa; es demostrativo de que “la política” en Venezuela se pretende que siga siendo dictada desde el Poder;  desde los factores de Poder; dictada y hecha por pretendidas élites, doctas y mesiánicas; por los “liderazgos políticos”. Como si siguiéramos en el siglo XIX. Se ha hecho en vivo, una leyenda negra sobre la abstención en Venezuela; tema de manipulación mediática de nuestros politólogos y psico-politólogos, cuentacuentos activistas de partido, muchos tarifados; o del “staff”. Y de militantes de a pie, tan buenas-gentes como mediatizados que predican las letanías anti-abstencionistas que escuchan de aquellos. Leyenda a partir de la que no se da respuesta; uno, al hecho de que abstenerse, como votar, es un derecho que se ejerce o no a voluntad; y que se asume mayormente a conciencia y a partir de una postura política; tan respetable, y mayormente, tanto o más consistente, o inconsistente, políticamente, como la de quienes  votan. Dos, a que demostradamente la abstención, salvo situaciones concretas, en nuestra propia experiencia nacional, afecta, tanto o más a quién está en el poder; que a la oposición. Como se viene demostrando en las últimas elecciones en las que ha afectado determinantemente al chavismo. Y tres; a que a contrapelo de la chantajista manipulación mediática anti-abstencionista; armada a partir de la masiva abstención nacional, absolutamente consciente, política y explicable; en las parlamentarias del 2005; la asamblea nacional actual electa en el 2010; ganada en votación por la oposición, pero minoritaria en parlamentarios electos; como grotescamente se está demostrando; es, tanto o más instrumento de uso discrecional por el autoritarismo más ramplón, como la electa entonces.   
Vienen al caso estas consideraciones en atención a que; en contra de la manipulación electorera que se hace de ella; la abstención de al menos la mitad de los electores, mayormente política; maquillada naturalmente y base de manipulación  por el CNE; que, aunque incide en la votación oposicionista; sobre todo,  en los  últimos eventos electorales, viene tumbando la chavista.     
.-* A pesar de polarización de las cúpulas el proceso no se polarizó.
Como todo autoritarismo, o mesianismo, el chavismo se estabilizó en el Poder, induciendo mediáticamente la polarización; a la que siempre contribuyó continuada y determinantemente, la oposición. La polarización en cualquier circunstancia se pauta a cuatro manos. Su punto máximo  en los últimos quince años fue en el 2004; cuando el RR. Desde entonces acá; a pesar de la de las cúpulas que sí están polarizadas; y a pesar de su inducción mediática continua, intensa; al nivel concreto de la gente vino reduciéndose; hasta las últimas circunstancias y eventos electorales; y hasta esta campaña municipal del 8D, en la que prácticamente no hubo; aunque mediática y retóricamente se promovió, igual, a cuatro manos.  
Las campañas locales son despolarizadas por naturaleza; en los casos en que hay polarización en ese contexto, en general porque inducción; se desnaturaliza artificialmente el sentido concreto que tiene,  a ese nivel,   la movilización y formación de criterios de la gente. Para éste 8D, por parte del chavismo, propiamente del madurismo; se promovió la idea de que, por encima de cualquier tema e interés,  se votaba, según, por “la revolución” y “por lealtad a Chávez”. Pretendiendo subsumir lo local  en “lo estratégico”, en “lo nacional”; en “lo histórico” A partir de lo que impuso a dedo los candidatos a alcaldías, especialmente a las más importantes. Capriles por su parte planteó exactamente lo mismo; aunque, obviamente, en sentido opuesto. El 8D, según, era para “salvar al país”, etcétera; de forma que lo local había que supeditarlo a ese objetivo estratégico. concretamente a que él, Capriles, sacara a Maduro del Poder.
A pesar de la constante movilización de Capriles por todo el país; y del abuso mediático y la utilización de todo tipo de recurso de poder o institucional, por parte de Maduro; la campaña no se polarizó. Aunque hubo los dos bloques candidaturales principales: el del PSUV-GPP y el la MUD; ambos se conformaron, solo en términos de alianza exclusivamente electoral; pragmática; sin real coherencia política concreta ni programática; menos ideológica; ni siquiera en el de los chavismos. Unas 97 organizaciones vinculadas a ellos, postularon candidatos e hicieron campaña; sacando, en suma  unos 1,2  millones de votos. De más de 16.000 candidatos inscritos en el CNE, no más de 4.500 fueron del PSUV-GPP y de la MUD; más del 70% eran independientes de ellos.
Aunque, en algún grado, aún local, el voto siempre tiene o  puede tener el contenido de ejercerse en contra; a pesar de todo y dentro del incremento nacional del antichavismo; notoriamente los candidatos antichavistas, de oposición, que resultaron electos; mayormente lo fueron por su calidad como candidatos locales; lo que dificultó localmente el fraude; además de por serlo de la Unidad; no por que fueran de Capriles, ni porque él los promoviera. Claro que igual, puede decirse de los candidatos chavistas; aunque en menor grado; por la incidencia del factor fraude en su elección; que en buena parte de ellos tiene que haber sido decisiva.    
A pesar de la estrategia polarizante; y también plebiscitarizante de Maduro; de pretender que se votaba “por la revolución” y “por lealtad a Chávez”; según, contra la derecha personificada en “la trilogía del mal”. Estrategia a la que Capriles su comando electoral y sus socios en trilogía; jugaron igual, polarizantemente, al pretender que se votaba era “contra el comunismo”, por “salvar la Patria”, etcétera; que se trataba de un plebiscito. A pesar de ambos impulsos polarizantes; y, aparte fraude naturalmente; la gente que votó, mayoritariamente lo hizo por candidatos locales; determinantemente en función de sus problemas concretos; aunque a conciencia de su contextualización en la crisis nacional total nacional actual  
.-*Chavismo políticamente el gran perdedor; doblemente perdedor.
En mi escrito, “8D LA SANGRE NO LLEGARÁ AL RIO”, (rafaelsiribarrendice.blogspot.com), de antes del 8D; en el que predije  el cuadro resultante de un “mitad y mitad”; decía que no habría ganador ni perdedor; lo que junto al resto de las predicciones expuestas en él, resultó cierto. Aunque hay que precisar que nadie, “ganó” ni ‘’perdió”, neto; encomillado, al tratarse, reitero, de una gran manipulación electoral hecha ejecutar por el CNE; de la que los resultados no muestran la verdadera voluntad de la gente.
Electoralmente, en los números del CNE, el chavismo “ganó”; terminó con más votos y con más alcaldías. Cierto. Pero político-electoralmente fue el perdedor absoluto; y, doblemente perdedor. Primero, porque aunque terminó con más alcaldías; las más importantes fueron “ganadas” por la oposición. Como arriba señalo; con 5,3 millones de votos  el chavismo; y  menos de 4,5 la oposición; luego de 15 años en el Poder, de 10 de las misiones y los últimos 3 de clientelismo desaforado; además de haberse llamado a votar “por lealtad a Chávez”. Que su base sociopolítica concreta, electoral; a pesar del ventajismo y el fraude; y de haber tenido que ser remolcada bajo chantaje; no llegue a un 20% de la población nacional; quiere decir que, aunque aún mantengan el poder fáctico; los chavismos están en su fase terminal. Que, además; hayan tenido  que ceder los,  principales  centros urbanos, de mayor peso e importancia, política, económica, demográfica; cuando un año antes, y, según, había  “ganado” 20 de las 23 gobernaciones del país; ”perdiendo” las otras tres, según, solo  “por ñingita”; es estar entrampado en su propio fraude. Y es que sus propios números fraudulentos gruesos, radiografían ese entrampamiento. Pues, y sin entrar a discutirlos: que con esos cinco millones de votos y algo más, el chavismo tenga 247 alcaldías; que corresponden al 40 o  45% de la población; mientras que la oposición, con cuatro millones y medio; siempre según el CNE-SMARTMATIC;  no tenga ni 80 alcaldías; pero en las que está el 55 o 60 % de la población urbana nacional; fotografían, tales números oficiales, aparte el malabarismo retórico que sea;  el verdadero mapa de la distribución socio-política real  actual del país.         
Segundo; y más de fondo; la clave; el chavismo es el gran perdedor político; porque, estando contra la pared;  se vio forzado a  pre-determinar, el “mitad y mitad”. A descartar que el CNE-SMARTMATIC produjera la tercera fase de la “victoria perfecta”. Que  a sabiendas de que hubiera sido un resultado increíble e inaceptable nacional e internacionalmente; optara por no correr el riesgo  de una reacción de rechazo total que le iba a resultar muy, demasiado costosa; y casi imposible de confrontar; es la muestra de la fase terminal en que políticamente está.
 .-*Capriles y el caprilismo, perdedores; enemigos perfectos de Maduro y el madurismo.
Pero, que el chavismo sea políticamente el gran perdedor; no implica que la oposición, la MUD haya ganado. Igual en dos sentidos. El uno de fondo; el otro de circunstancia.   
De fondo. Forzado el chavismo a no imponer la tercera fase de la “victoria perfecta”; asumió a cambio, lograr el objetivo estratégico de la legitimación del CNE-SMARTMATIC; con las implicaciones, clave, retroactivas y prospectivas que ello tiene; y a las que arriba se hace referencia. Hoy el CNE, siendo el mismo desde el 2004; peor; sin embargo, relancinamente; y en cualquier contexto, nacional e internacional, luego de este 8D, está absolutamente legitimado. De entrada, al la oposición aceptar participar, a pesar del 14A, sin cuestionamientos de fondo, en la campaña electoral local bajo su rectoría; de hecho legitimó sus actuaciones previas. Y ahora, concluida, al aceptar y avalar  sin más los resultados dados, tan trampeados como los anteriores; “creíbles y aceptables”, como fueron pre-determinados; lo legitima en términos absolutos. Obviamente de la legitimación del “arbitro” como lo llamaba Chávez; con todo lo que ello implica; retrospectiva y prospectivamente; la clave era, y ahora, luego del 8D fue, precisamente, su aceptación por la oposición en general y concretamente por la MUD.   
Y en lo circunstancial post-electoral. ”La oposición”, específicamente la MUD, su cúpula, excluyente y sectarizada; descaradamente anti-unitaria; y Capriles, su comando y equipos electorales; y su partido; resultaron también derrotados, tanto electoral como políticamente. Con los efectos negativos; lo verdaderamente lamentable; que ello conlleva para la oposición y el antichavismo en general; en términos, si no de retroceso; sí de pérdida, de desperdicio, de las posibilidades de  haber avanzado muchísimo más, en este proceso local; en el marco de la crisis del chavismo; si no se hubiera jugado a la polarización.. 
Capriles, apoyado por la cúpula reducida de la MUD, por su partido y los factores de poder que impulsan su proyecto candidatural de mediano plazo;  a pesar de tratarse de unas elecciones locales; asumieron convertirlas, desnaturalizándolas al menos mediáticamente, en la prolongación de las presidenciales, del 14A, y del 8O. Convertirla en otra campaña de él, de Capriles; y de hecho, reduciendo a los candidato de oposición  a alcaldes, en candidatos suyos; que en tal caso serían electos, con sus votos de él; que, según, él había producido en abril y octubre anteriores. Se autonombró jefe de las campañas de los 335 municipios; se dedicó a recorrer el país; y declaró que el 8D era para sacar a Maduro a partir de él enfrentarlo. Que se  trataba de un  plebiscito. El proyecto del caprilismo; no pasó de la dimensión mediática. Sus recorridos, en competencia cerrada, con los de López y Machado, se proyectaron diariamente como la noticia principal de campaña en cualquier parte del país; en general en los medios impresos y televisivos; pero, significativamente, también en los oficialistas. Evidentemente el mayor acierto de la campaña de Maduro y los chavismos; fue, precisamente, polarizar con Capriles;  con lo que proyectó una imagen  caprilizada de toda la oposición; de toda. Sin embargo el verdadero  alcance y aporte, de la estrategia polarizante, por parte, de Capriles mismo de caprilizar la campaña; se mostró el 23 de noviembre cuando él, y en presencia de solo parte de la cúpula de la MUD; asumió anunciar el cierre nacional de campaña; convocando, él, a 335 concentraciones simultáneas en todo el país; con lo que, según, se mostraría la verdadera voluntad nacional contra Maduro. Un fracaso. En Caracas, una de las pocas ciudades en que se concretó algo; con su participación; no llegó a haber 3.000 personas. Lo que motivó a la corresponsal de la BBC aquí; luego de comentar que tiene en Twiter el doble de seguidores que Maduro; a titular su nota preguntándose, “Capriles, ¿Dónde están los votos, en las redes o en la calle ”.
La oposición tenía la ventaja de que, mayormente, sus candidatos fueron escogidos en primarias; aunque a casi dos años; en febrero del 2012; y, aunque luego de ese tiempo, muchas candidaturas habían perdido calidad; terminando muchas desconocidas y derrotadas. Pero, a pesar de eso; la calidad electoral y política, insuperable por el chavismo, en general de las candidaturas de oposición; estaba en que eran locales, realmente vinculadas a la gente a su vida y problemas concretos; precisamente en un proceso electoral, local. Local. Calidad político-electoral, ventaja sobre las candidaturas chavistas en general; que sin embargo no se activó; al contrario se desperdició y puso en segundo plano; cuando Capriles, equiparándose y polarizando con Maduro; promovió que la campaña de la oposición era nacional; como la del chavismo o madurismo. No local.
.-* Maduro máximo beneficiario de la polarizar con Capriles
Ni exageración ni especulación, señalar que en la consolidación del liderazgo interno de Maduro; y en hacer creíbles los resultados dados por el CNE; polarizar a cuatro manos con Capriles, fue determinante. Si hasta entonces no tenía ni tiene fuerza propia en el chavismo; hoy, son maduristas  buena parte de los alcaldes electos el 8D. Todos puestos a dedo por él, y/o, negociados en la cúpula del PSUV; muchos, militares retirados y muchos, sacados expresamente del cuerpo diplomático, en el que eran sus subalternos; para ser impuestos como candidatos. Maduro y la cúpula psuvista, volvieron a negarse; ahora sin el  brujuleo de cuando Chávez; a hacer primarias, internas y del GPP. En el marco de la crisis nacional; hasta, precisamente hoy luego del 8D; el problema político más difícil que ha tenido que manejar; como llegó a ser para Chávez; es el interno; de los chavismos. Problema que se activó, incluso más que en la oposición, a raíz de la cuestión de las candidaturas a alcaldías y concejalías. La disidencia candidatural chavista fue tanta o mayor que la oposicionista. Inevitablemente, porque en ambos casos se activó la contradicción entre las bases, locales y regionales; y las cúpulas y burocracias nacionales y regionales. Entre los liderazgos locales vinculados concretamente a los problemas de la gente; y los burócratas y/o sus adláteres, paracaidistas, puestos a dedo; sin nada que ver con la entidad en que fueron candidateados.
.-* Efectivamente, la sangre no llegó al rio. Hay son chavismos y oposiciones
Como asenté en mis reflexiones previas, el 8d “la sangre no llegó al rio”. No pasó nada de lo que se pretendía que sucedería. No hubo arrase, ni plebiscito ni afirmación de hegemonía. Ni polarización. Ni golpe. Se perfiló más aún el rechazo de la inmensa mayoría de los venezolanos al autoritarismo en cualquiera de sus variantes; en ejercicio y en lista de espera. Se expresó el rechazo nacional al chavismo; pero igual al puntofijismo. La dinámica política se horizontalizó a pesar del protagonismo de ambas cúpulas. Propiamente, siguió horizontalizándose; la gente desentendiéndose, sacudiéndose de cúpulas y vanguardias, de élites de liderazgos y mesías por consagración o designación; se mueve hacia promover nuevas relaciones con el poder.
Y al sostener que tampoco la oposición, fue la triunfadora; aunque le  haya ganado espacio político; me refiero a que, así como el chavismo no existe ya; sino que lo que hay son chavismos. Tampoco existe la, oposición; que por lo demás, realmente nunca ha llegado a existir; a pesar de sus recientes logros unitarios; la MUD inicial, las primarias. Lo que hay, igual, son, oposiciones. Un mosaico de grupos y liderazgos circunscritos;  que se personifican en los alcaldes y concejales no chavistas electos ahora el 8D; diversidad y pluralidad nacional; muy fluida  y sin estructuras nacionales; sino en tal caso locales y regionales. Cuadro que aunque ni  tan visible ni tal fluido; es similar en los chavismos. Bueno para el país; muy bueno; lo mejor; que ni en los chavismos ni en las oposiciones, hoy hay líderes “nacionales”. Ni puede haberlos ni tiene porque pretenderse que los haya; que en tal caso sería, como está siendo, a punta de billete y manipulación mediática.
Caracas diciembre 2013