11 abr 2013

SIN CHAVEZ / Parte II Postchavismo-Postpuntifijismo



.-* Un desconcierto polarizado /.-*Según lo que haga el chavismo /.-* Lo que hace la oposición /.-*Sin tener con qué, el chavismo con la bola en su campo /._* El régimen chavista, sin Chávez, ni mejor ni peor. Lo mismo /.-* Chávez y Ceressole /.-*De Gaulle, degaullismo, chavismo /.-*El delirio cubanizante de ‘’La Nueva Geometría del Poder’’ o ‘’El Estado Comunal’’ /.-*Las cuatro conformaciones del chavismo  /.-* Un ‘’proceso’’ pragmático sin contenido ideológico real /.-* Conclusión de la segunda parte
.-* Un desconcierto polarizado
La desaparición de Chávez produjo un desconcierto nacional; en el chavismo obviamente; pero igual en la oposición. También el desconcierto se polarizó. Comprensiblemente. Desde 1992 fue una referencia permanente en la política nacional; y desde 1998, y cada vez más, el referente determinante además de en la política, en todos los aspectos de la vida del país.  Fue, y los chavistas pretenden que lo siga siendo, el aglomerante único de ese agregado inestructurado informe e inconsistente que es el chavismo. Igual que de la oposición.
.-*Según lo que haga el chavismo
Se especula sobre qué hará o tratará de hacer el chavismo; sobre su incidencia concreta en el futuro del país. Para algunos, ‘’el chavismo llegó para quedarse’’; para otros, igual, pero con la variante de que la supuesta ‘’revolución bolivariana’’, el supuesto ‘’socialismo’’, sí se acabaron.  Según otros, ni como revolución ni como régimen o movimiento, como chavismo, permanecerá más allá de la sobrevivencia inercial inmediata. Alguien estableció un paralelo entre el futuro del chavismo sin Chávez y el desarrollo que el peronismo tuvo, y aún tiene, desde la muerte de Perón durante unos cincuenta años  Las truncas cúpulas chavistas, comparten la retórica de la inmortalidad;  según la que la ausencia física de Chávez no lo quita como supuesto motor, espiritual, moral, etcétera, de la revolución; a los efectos de lo que se mueven, o se supone que tratan, hacia armar una imposible dirección del chavismo. En La Habana, según, por indicaciones de Chávez mismo, se constituyó un ‘’Comité político’’ al que pasadas algunas semanas no se mencionó mas; para luego de muerto, se comenzó a hacer referencia a un ‘’Comando Político Militar de La Revolución’’, que, igual, luego de mencionarse algunas veces, se dejó de hacerlo; pero que, según, sería, ahora, la dirección que nunca antes tuvo ‘’el proceso’’,  que nunca tuvo ‘’la revolución’’. Que Chávez nunca admitió que tubiera.
.-* Lo que hace la oposición
Por su parte, la oposición, el comando de campaña, otro, el candidato y la MUD aunque en otro plano, a pesar de cambios tácticos significativos, no han mostrado tener una visión, ni manejar escenarios sistemáticos sobre el tema. Su reacción ante el impacto de la ausencia de Chávez se ha concretado a lo político-institucional, a la cuestión electoral-candidatural; y a la cómoda denuncia oposicionista de la desastrosa gestión chavista; ciertamente obvia. Simplemente, hay nuevas elecciones presidenciales; y  Capriles vuelve a ser el candidato antichavista. Solo cambió el comando y las técnicas y estrategias  de campaña, y se  ensordinaron los coros candidaturales y los proyectos partidizantes. Con lo electoralmente más importante inteligente y eficiente; toda la oposición va con la tarjeta única. De resto, nada más; salvo el tardío no haber vuelto a pisar la misma piedra de avalar incondicionalmente al CNE.    
A pesar de que desde meses atrás la información confiable, pese al secretismo, sobre el agravamiento de Chávez, apuntaba nítidamente al que fue su desenlace final, la manipulación mediática de parte y parte de la información y desinformación, en verdad incapaces de algo diferente, se antepuso a la visualización que tenía que haber, o buscarse, del efecto profundo de dicho desenlace y las respuestas de fondo a dar a la nueva situación. Salvo hacer compulsivamente campaña, ni el chavismo ni la oposición, supieron, ni aún saben, qué hacer ante el vacío, no de poder institucional, sino de referencia política, de Poder concreto, que queda con la desaparición del único factor aglomerante, de ambos ismos. Los unos haciendo de ‘’tapar el Sol con un dedo’’, que todo sigue igual y que el puntofijismo no volverá. Los otros, volviendo a repitirse, retorizan sobre el fin del ‘’proyecto’’ chavista; y sobre que  inmediatamente, desde el 15A, se inicia la reconstrucción del país; al sustituir un mal gobierno por uno bueno. Sin atender, ni unos ni otros, a que en la subjetividad nacional, inmensamente mayoritariamente, incluso en el chavismo; si bien está ciertamente la convicción de de que sin Chávez ‘’el proyecto’’ se acabó; igual hay la convicción, inmensamente mayoritaria, incluso en el antichavismo, de que al puntofijismo no se regrese.
.-*Sin tener con qué, el chavismo con la bola en su campo
¿Qué viene ahora?, ¿Qué va a pasar? Obviamente lo que viene y pase, hasta ahora, estará determinado fundamentalmente por lo que haga, o, por lo que alcance a hacer, el chavismo. Y, hasta ahora, secundaria o derivadamente por lo que haga la oposición. La bola está del lado de aquél. Al chavismo, sin tener con qué por lo demás, como tampoco la oposición tiene; pero estando aquel en el Poder, es a quién toca, o tocaría, poner la agenda política, mas allá de lo inmediato específicamente electoral. Difícil hasta imaginarlo, entre muchas condicionantes; pero sobre todo porque para definir dicha agenda, nacional, en perspectiva,  las cúpulas chavistas tendrían que previamente darle al chavismo la estructuración y las definiciones que Chávez no solo nunca le dio, sino que negó e impidió desde siempre, en función de someter todo, lo interno y lo externo al ejercicio de su liderazgo decisión y retóricas personales absolutas. Quiere decir que lo que llegue a hacer el chavismo, y su incidencia en la vida y la política nacionales, aparte ficciones mediáticas y de retóricas, depende de lo que realmente es, de su propia comprensión, de sí mismo, de sus cúpulas. Debiendo asumirse como punto de partida, lo que por lo visto no ha sido así, que la desaparición de Chávez, no es una variable o circunstancia a resolver; y, menos a punta de retórica y manipulaciones mediático-esotérico-electoreras; sino que es la carencia del factótum de lo que ha sido el chavismo con Chávez; nunca pensado ni previsto sin él. Dicho de otra forma, lo que las cúpulas chavistas logren  mas allá de lo inmediato electoral, depende de que logren armar, precisamente y nada menos que  alguna forma de ‘’chavismo sin Chávez’’. Nada que ver con el “chavismo con Chávez a la diestra de Dios Padre’’ , según, porque ‘’todos somos Chávez’’    
._* El régimen chavista, sin Chávez, ni mejor ni peor. Lo mismo
Bien vistas las cosas, entre la gestión chavista de Maduro y los adláteres de Chávez y la suya, no hay mayores diferencias cualitativas. La incoherencia ineficacia e improvisación, la retórica vacía y el autoritarismo, la piratería actuales, no son nuevas; caracterizaron igual la gestión de Chávez desde siempre. La única diferencia real, notoria, es la ausencia de la manipulación mediática del espectacularismo y la teatralidad y el ritual, a escala, con que él manejaba y proyectaba la acción gubernamental, que se redujo siempre a su protagonismo personal. Obviamente ni individual ni grupalmente sus adláteres tienen capacidad ni manera de compensar esa falta; que por lo demás no tiene nada que ver con la calidad de la gestión. Aunque sí, con la dimensión inconcreta, socialmente subjetivizada, del Poder y su ejercicio
Pues, en concreto, el chavismo es el mismo luego de Chávez muerto que lo que era cuando estaba vivo. Una inestrutura, una aglomeración incoherente, sin transversalidad ni funcionalidad de conjunto; que existía como tal solo a partir de las relaciones radiales de sus componentes y miembros directas con él, con Chávez, sin intermedios; ni estructuras intermedias. Lo que quedó abruptamente puesto de bulto con su muerte y el achatamiento de su gestión de gobierno a raíz de ella. Sobre todo con la absoluta inexistencia de segundos, de sucesores, mas o menos a la altura.
Las condiciones en que hoy está el chavismo son resultado de lo que realmente  fue ‘’el proceso’’; de la secuencia de ideas e impulsos que Chávez, él como primer y único protagonista de la política en que se involucró, fue marcando, incluso desde antes del 4F, hasta su muerte. No creía en la organización política ni en colectivos ni en debates. Su visión organizativa y operativa fue siempre, militar; jerarquía, líneas de mando, subordinación disciplina obediencia y cumplimiento; inteligencia y contrainteligencia. El MBR-200 fue una estructura estrictamente conspirativa igual siempre, sin dinámica interna, salvo el paso de líneas, la asignación de tareas y entrega de informes, etcétera. Absolutamente militar. Con relaciones con civiles siempre en crisis, solo tangenciales, subordinadas; y en general solo con civiles atenidos lo militar. Salvo alguna retórica secundaria, y la creencia ingenua de algunos cuadros civiles vinculados; la conspiración de da realmente el carácter ni el contenido  cívico-militar que a posteriori se ha pretendido. El 4F fue un golpe solo y absolutamente militar, del que fueron excluidos expresamente, los grupos e individualidades civiles que a la sazón,  los meses anteriores eran los que se mantenían en relación conspirativa con Chávez y los comacates.
.-* Chávez y Ceressole
La concepción militarista de Chávez, fue teorizada, por el ideólogo de los carapintadas, mlitares fascistas argentinos; a quién, desde su encuentro con ellos en Argentinay  durante varios años lo asumió como su propio ideólogo; Norberto Ceressole; declarada y activamente pro-nazi y antijudío. Lo trajo y viajó por Venezuela, donde escribió, sobre y para la conquista y el ejercicio revolucionario del poder, su obra, ‘’Caudillo Ejército y Pueblo: la Venezuela del Comandante Chávez’’. Una tesis en que define su concepción del poder y la perspectiva en que él lo ubicaba; inspirada básicamente en la acción de ‘’los coroneles turcos’’ y de Nasser y luego de Kadafi; no tanto en la de Perón; aunque de alguna forma en las  experiencias de Velazco Alvarado y a Pérez Jimenez; en la que recogió la concepción militar y militarista, mesiánica y autoritaria, que Chávez tenía.
El modelo ceressoleano sistematizado a la medida para Chávez dimensionaba el discurso militar-nacionalista mesiánico del MBR-200, justificando históricamente el 4F. Aunque ambiguamente, el chavismo de entonces, luego del golpe lo siguió manejando ya Chávez y los ‘’comacates’’ en libertad. Pero cuando éstos se activaron político-institucionalmente y se planteó y comenzó a manejar la candidatura presidencial de Chávez, el modelo ‘’caudillo-pueblo-ejército’’ hubo de subsumirse, aunque conservándose en esencia, en el modelo degaullista, (Charles De Gaulle,1890-1970), de alcance preservación y manejo del poder con el que participó en las elecciones del 98, en el proceso para la Constituyente y en las elecciones del 2000. Modelo que aún se mantiene, a pesar y luego de los bajones sufridos después del 2004; en las parlamentarias del 2005 cuando  hubo casi 80% de abstención; en las presidenciales del 2006 en las que, con todo y fraude quedó bien lejos de los ‘’10 millones por el buche’’ que había anunciado. Resultados electorales estos, indicadores del encogimiento creciente y sostenido de su base sociopolítica, a pesar de la implantación y ampliación de las misiones. Esos eventos  del 2005, del 2006; como luego  las regionales del 2008, y los del 2009 de la Reforma constitucional, (RC), mostraron que la extrema polarización que hubo en agosto del 2004, cuando el revocatorio, se ralentizaban sostenidamente; que pese a la manipulación mediática a cuatro manos, para inducirla, el país se despolarizaba. Sin embargo de esa despolarización, hasta hoy sostenida; entonces, y hasta hoy, el modelo degaullista, de régimen político-institucional asumido desde fines de los 90, se mantiene, aunque ahora inserto en la perspectiva de la vital  implantación del ‘’Estado Comunal’’, propiamente, de ‘’La nueva geometría del Poder’’ a la que responde el ‘’Programa de La Patria’’, única opción imaginada por Chávez para mantenerse indefinidamente en el Poder.
La masificación del clientelismo y la manipulación y el fraude electorales crecientemente costosos e ineficaces, era evidente que en algún momento próximo iban a ser insuficientes para garantizar la permanencia en el poder con base solo al modelo degaullista. Fue entonces, en el 2007, que Chávez  asumió y comenzó a  manejar la idea, que siempre rechazó, de formar un partido; que tenía que ser único; aunque formalmente lo llamó ‘’unido’’. Fue cuando presionó hasta el chantaje y la compra, a las organizaciones diferentes al MVR que estaban en ‘’el proceso’’,  en el Frente Patriótico Bolivariano; para que se integraran en un solo partido, el ‘’Partido Socialista Unido de Venezuela’’, (PSUV). La pobre respuesta de los aliados, con el rechazo abierto de algunos; junto a la tensión electoral, lo forzó a inventar luego el ‘’Gran Polo Patriótico”; una entelequia como el PSUV, con solo función electoral; y también bajo su absoluto mando personal. Y, desde entonces hasta hoy, con el discurso de ‘’La Nueva Geometría del Poder’’; de la RC del 2009; fue manipular hacia la implantación , como salto de sobrevivencia hacia adelante, del ‘’Estado comunal’’, una estructura total y única de Poder, ésta sí, según el modelo del estado cubano         
.-*De Gaulle, degaullismo, chavismo    
Finalizada la IIa Guerra Mundial, De Gaulle se presentó a los franceses, logrando su propósito, como el salvador de Francia; la opción al caos y la guerra civil que amenazaban al país. Promovió una constituyente para la refundación de la república y la creación de la ‘’Va República’’ .Aunque promovió o aceptó la formación de ‘’partidos’’ y aceptó el apoyo de algunos tradicionales, los suyos fueron neta y declaradamente “degaullistas”, sin dinámica propia alguna, que existieron solo si y cuando él, De Gaulle, bajo sus condiciones los reconocía. Su relación, según, era con los franceses, con Francia; sin mediaciones. Nacionalista, y como tal, de derecha, en los bordes del nacional-socialismo, de lo que con razón se le acusó; era antinorteamericano y hasta antieuropeista; llegó a sacar a Francia de la OTAN y a exigir a los EEUU la conversión en oro de sus reservas dolarizadas. En la anomia de la segunda posguerra se convirtió en el factótum de la política francesa, y de sus colonias, durante dos décadas. Logró el control absoluto, autoritario, de la institucionalidad del país; siempre dentro de las normas y relaciones de la democracia burguesa-representativa, que él remodeló referencialmente hasta reducirla al régimen plebiscitario en el que cualquier votación se redujo, en concreto,, a votar ‘’si o no’’, ‘’por o contra él’’; ‘’por De Gaulle o contra Francia y por sus enemigos’’.  Redujo y en la práctica eliminó la independencia de los poderes, particularmente del legislativo; incrementó el poder de la Presidencia, convocó varios referenda, gobernando amplia y decisivamente por decreto, mediante poderes extraordinarios que el parlamento degaullista le otorgó siempre que los solicitó.
La médula degaullista del régimen chavista, que su primera cúpula legal, chavista-puntofijista, asumió e inició su promoción e implantación en lo político-institucional, como opción  para “contener el estallido social que amenazaba desde el 27F’’; y ante la anomia puntofijista en que vivía el país desde los ochenta, salta a la vista. Hasta en los recursos formales para su proyección mediática. En los documentos de base del 4F, elaborados por civiles comprometidos en función del golpe, aunque  ignorados siempre; se manejaba que se trataba de fundar la IVa República; no la Va, como sobre la marcha y de hecho se pasó a manejar y se establece en el ‘’Para salir del laberinto” que ya pre-lanzado candidato hizo para Chávez  el ‘’Grupo Garibaldi” de la UCV. En Francia y para De Gaulle se trataba de fundar la Va República. Pero en Venezuela, en tal caso hasta que Chávez, simplemente cambió su discurso, se trataba de la IVa.
Electo Chávez en diciembre 1998 el modelo ceressoleano, aunque sustancial a su proyecto personal, concretado en “el proceso’’, ni era políticamente pertinente ni tácticamente podía manejarse abierta electoralmente. Ya presidente por elecciones, dentro de la democracia representativa, y luego de una campaña inicialmente hecha por una convergencia partidista, de izquierda y progresista, la negación abierta de la organización partidista era incongruente. De tal forma que  ya en 1999, unas pocas semanas de estar Chávez en Miraflores, a partir de incidentes y explicaciones oscuros, expulsó a Ceressole, luego de regresarlo al país y de años hacerse asesorar e inspirar por él. Lo expulsó ignominiosamente, esposado, y con prohibición de regresar. Pero sus tesis fundamentales, particularmente la de negar toda instancia intermedia entre él y la gente; del esquema fascistizante de ‘’enemigo o incondicional’’; y del carácter militar y militarizante del ejercicio del Poder, como base de su concentración y consolidación, la mantuvo hasta su muerte. Solamente que subsumidas en el esquema degaullista con el que, por lo demás,  no le fue difícil conciliarlo.
.-*El delirio cubanizante de ‘’La Nueva Geometría del Poder’’ o ‘’El Estado Comunal’’
El modelo de estructura de poder cubano, castrista, no le debe nada o casi al soviético ni al chino; aunque llamado ‘’comunista’’,ni siquiera se autodefine como ‘’obrero’’, ni como ’’proletario’’ ni ’’campesino’’. Aunque tenga algo de todos los regímenes revolucionarios y militares autoritarios, stalinistas, del siglo XX. Hoy ya agotado, hasta como estructura de control total; incluso reconocido por el propio Fidel; y en trance de desmontaje; sin embargo, es el que Chávez delirantemente pretendió implantar en Venezuela, con su ‘’Estado Comunal’’, propiamente, ‘’La Nueva Geometría del Poder”; con el “Programa de La Patria”
Resultado de su morfogénesis, en Cuba no existe sino una sola y piramidal estructura de Poder. Bajo un autoritarismo absoluto, aunque administrado o ejercido a través de colectivos partidistas, reales pero, sin ninguna independencia, siempre atenidos a dictámenes superiores, el partido el ejército el gobierno y los sistemas de control político-ideológico e inteligencia-contrainteligencia, conforman una sola estructura con diferenciación interna solo de ejecución, di división del trabajo; desde el nivel nacional hasta el de manzana, pasando por el provincial y comunal. Lo político lo militar lo económico lo administrativo y lo sociopolítico, a cualquier nivel y en cualquier área, es manejado como un solo proceso desde un solo mando, político-militar. No es el tema; pero esta absoluta unidad estructural de todas las funciones del Estado, en el ejercicio del poder total en Cuba, es específica, no tiene equivalente. Y, por descontado, no es repetible. El derrocamiento de Batista en 1959 con el total desmoronamiento absoluto del pervertido régimen y la institucionalidad existentes manipulado a voluntad por los EEUU; fue un triunfo absoluto de Fidel Castro y del Ejército Rebelde, guerrillero, con el apoyo organizado básicamente del Movimiento 26 de Julio; en contra incluso del Partido Comunista Cubano. El único elemento fáctico de Poder, entonces, fue el Ejército Rebelde, todavía guerrillero y el M26J aún poco organizado. Dos años después, en 1961, ante la invasión de ‘’Bahía de Cochinos’’ o ‘’Playa Girón”, el pueblo cubano bajo la comandancia de Fidel Castro, masivamente movilizado y militarizado logró, sin relativismos, un triunfo absoluto sobre la sucia acción contrarevolucionaria financiada montada y ejecutada con todo, por la CIA, por el gobierno de EEUU. Este segundo espectacular triunfo histórico, de la pequeña Cuba sobre la acción imperialista, justamente, dimensionó el liderazgo de Fidel y a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Cuba y al G2, ambas entonces en formación, junto al M26J,igual en proceso, como los ejes de convocatoria movilización y organización de los cubanos en todos los niveles y áreas, frente a las posteriores continuas  amenazas y agresiones concretas siguientes; el bloqueo el saboteo y el terrorismo que durante años acosaron a ese país. Luego vino la conformación del nuevo Partido Comunista de Cuba, junto a la asociación con la URSS. Pero el derrocamiento revolucionario de Batista y el triunfo de Playa Girón; las  iniciales tareas de defensa y producción y sobrevivencia en una gran precariedad y acoso, fueron las condicionantes que explican, desde mediados de los sesenta, la formación consolidación y permanencia absoluta de la sola  única y total estructura de Poder que todavía hoy hay en Cuba.
.-*Las cuatro conformaciones del chavismo
Desaparecido Chávez, el chavismo que dejó, como movimiento, como régimen, como estructura de poder; y como proyecto histórico, digamos ‘’ideológico’’; tiene conformaciones diferentes e incompatibles entre sí, solo articuladas en su vértice   superior común de poder en el que el único al mando, siempre fue  él, Chávez.
Como movimiento, es esencialmente ceresoleano, como dramáticamente se mostró con el sin precedentes vacio de dirección que quedó a su muerte. Chávez logró, sistemáticamente, que entre él, (‘’el caudillo’’) y el chavismo, la masa chavista, (“el pueblo’’), no hubiera nada ni nadie. Cuadros y dirigentes chavistas no fueron nunca más que ejecutores, en la nomenclatura militar, ’’ordenanzas’’, de sus mandos y órdenes. Y, el ‘’ejército’’, clientelizado depurado compuesto y recompuesto igual progresiva y sistemáticamente, bajo su mando absoluto, no solo llegó, su oficialidad con mando real, a declararse ‘’socialista’’, sino ‘’chavista’’. Ni siquiera el ejército coreano ni el cubano, se declararon nunca kimilsunistas ni fidelistas.
Como régimen es degaullista. ‘’Todo dentro de la constitución” que manipuló sin límites mediante el control y la sumisión total de todos los poderes; dispuso de cuatro leyes habilitantes con las que gobernó por decreto en total cerca de cinco años en los que decretó unas 200 leyes. Hizo promover y  financiar nacional e internacionalmente,  sin precedentes el culto a la personalidad; su autoritarismo mesiánico, nacionalista y bolivariano, fascistizantes. Era antiamericano, realmente no era ni anticapitalista ni antimperialista; como De Gaulle. Salvador de la Patria a la que, según, él, convertiría en ‘’una potencia’’; haciendo ‘’una revolución en democracia’’, legitimada electoralmente siempre mediante un sistema electoral, realmente plebiscitario bajo su fraudulento control absoluto, que le posibilitó la implantación de la regresión de ‘’un solo gobierno con Chávez’’; y hasta  montar ya al final, la ‘’victoria perfecta’’.
Como estructura de Poder, el chavismo, es militar y militarizante. No ya por ceresoleano, o nasserista; sino por idiosincrasia y formación. Por mentalidad. Por la concepción del ejercicio político del  Poder que conlleva la formación militar. La idea de que el ejercicio y la preservación del Poder se garantiza es con su concentración, con unidad de mando; y con la disposición y la posibilidad del uso monopólico y discrecional de la violencia armada La facistización implícita en la chavistización de las Fuerzas Armadas, Chávez la complementó con la militarización  sin límites de la administración pública a todo nivel sector área y zona. La idea de la unidad cívico-militar, siempre fue retórica vacía. La exclusión a última hora de los civiles el 4F, resuelta por los comandantes, redujo esa acción a un simple acto putchista, a costa de su fracaso; que no hubiera sido igual con la gente en la calle como siempre se planteó a lo largo de su preparación.     
.-* Un ‘’proceso’’ pragmático sin contenido ideológico real
Como proyecto histórico fue pragmático. El llamado ‘’Proceso’’ se redujo a la secuencia de cambios de retórica y autoidentificación en función de los cambios en sus relaciones ocasionales con intelectuales y factores de poder desde la conspiración  y el golpe del 4F hasta su muerte; a lo largo de sus casi quince años en la Presidencia. Chávez fue un pragmático sin definición ideológica, obsesionado por el Poder y con la  visión mesiánica-autoritaria propia de la mentalidad militar mas primaria. Fue solo en el 2005 cuando se declaró socialista. Para ese entonces, tenía 50 años cumplidos; hacían 33 de haber ingresado a la Escuela Militar, tenía más de 20 conspirando; y habían pasado 13 años del 4F, y, 6 como presidente de La República. Y, según él mismo y los testimonios conmovedoramente desprevenidos de sus  testigos de excepción, fue entonces, ¡entonces!, cuando, según, tomó conciencia de ‘’lo malo e inhumano, etcéteras, que es el capitalismo’’, de que ‘’no va a resolver los problemas de la humanidad y el Mundo’’: y de que no mas hay solución, ‘’sino el socialismo’’. Hacían  2 años de su amarre a Fidel Castro en su estrategia de uso agresivo clientelizante de la renta petrolera para revertir el rechazo masivo activo de la mitad del país y la neutralidad de la otra mitad el 11A del 2002; y mantenerse en el Poder de cualquier manera
Salvo auto-referencia circunstanciadas, Chávez no se identificaba como de izquierda; ni se identificaba con la izquierda; sino en tal caso como revolucionario seguidor selectivo del pensamiento bolivariano, robinsoniano y zamorano. También en ocasiones se autocalificó de peronista de maoísta de seguidor la ‘’Tercera Vía’’, de nitcheano; de fidelista. Y no se identificaba como de izquierda, a conciencia de que lo hacía. Antes de ingresar a la academia Militar en 1971, a través de su hermano Adán ya sabía de Ruptura con la que posteriormente en alguna de las fases del MBR-200 se vinculó, temporal y circunstancialmente. Como a lo largo del tiempo se vinculó, igual solo por algún tiempo, con Bandera Roja, la Liga Socialista, Tendencia Revolucionaria, Desobediencia, Causa R: y con grupos menos conocidos de diferentes grados de radicalidad e identificación como de izquierda y revolucionaria. De todos, tanto personalmente como a nombre del movimiento, luego de algún tiempo, se desvinculó total o parcialmente; y, en general, con la justificación y descalificación de que, según, ‘’estaban infiltrados’’. Aunque así               descartaba relaciones orgánicas con cualquier organización, mantenía sí relaciones personales con cuadros de ellas. En los últimos tiempos previos al  golpe del 4F mantenía relaciones, no organizativas sino personales conspirativas, con civiles del llamado Grupo Occidente, de Desobediencia y de Tendencia Revolucionaria, con miembros de Causa R y del MEP y de agrupaciones locales. Relaciones que fueron suspendidas y desactivadas antes del golpe; a pesar de que a esos cuadros y organismos correspondía o tocaba, era su compromiso, precisamente la movilización popular de barrios comunidades universidades y sindicatos, base del carácter insurreccional cívico-militar del movimiento y el golpe. Por su parte, como luego se evidenció, en el MBR-200 en general y concretamente a nivel de los comandantes lo que había era, patriotas, en tal caso bolivarianos-nacionalistas, idiosincráticamente militares, nada que ver con izquierda ni con revolución; al contrario, y, comenzando por el mismo Chávez, fascistizantes.         
El MBR-200 post-4F constituido mayormente por grupos y activistas intelectuales y dirigentes de izquierda,mayormente civiles, fue liquidado sobre la marcha para crear el MVR, (Movimiento Quinta República), indiscriminadamente con cuadros de la centroizquierda, empresarios y militares, puntofijistas, muchos de centroderecha y en función estrictamente pre-electoral; y con empresarios intelectuales y dirigentes políticos de centroderecha. El MVR no tenía nada de izquierda ni nada que ver con ella; ni anticapitalista ni antimperialista ni socialista; era solo antiadeco y anticopeyano; retóricamente antipuntofijista. El programa electoral de 1998 de Chávez, ‘’Para salir del laberinto’’, para la refundación de La República, hacia la Va República vía una constituyente, nacionalista y para humanizar el capitalismo, fue hecho por un grupo de profesionales de centroizquierda de competencia y compromiso político disparejos; a instancias de Chávez, escindidos de los talleres de bien calificados y comprometidos profesionales universitarios de izquierda, que de tiempo atrás venían trabajando en la UCV, en la formulación de un Proyecto Nacional, no solo reformista del capitalismo sino en función de cambios reales en las estructuras del Poder y del carácter rentista de la economía nacional; para el desarrollo soberano de Venezuela.
Aparte el financiamiento concreto de organizaciones y movimientos en el extranjero; las asesorías y promociones internacionales, costosamente dolarizadas, que en ‘’el proceso’’, ya en Miraflores Chávez compró, mayormente fueron de extranjeros; principalmente de europeos, en su mayoría sin vinculación concreta con las luchas concretas; más que nada relacionados con medios de opinión; anticapitalista o antimperialista, antoglobalización. Para él, de hecho, ningún intelectual verdadero venezolano, ni siquiera chavista jurado, ni siquiera con larga y reconocida identificación y militancia de izquierda, tuviera la calidad y el nivel que fuera; que los hubo y aún los hay; estuvo a la altura de que su visión y calidad teórica sirvieran de aportes concretos de debate en relación a lo que fuera; en relación al ejercicio del Poder. Cualquier extranjero de año sabático dispuesto a ser tarifado a cambio de no entrar en profundidades ni concretar  ni cuestionar nada , encontró el espacio la infraestructura la tribuna y los dólares que regularmente se les ninguneó o negó a intelectuales y teóricos  criollos, chavistas, de muy superior nivel y calidad; pero crítico y dignos, que hasta por estética se encontraron limitados en la incondicionalidad que se les exigía.
En la precampaña y la campaña electoral de 1998 Chávez, como Caldera en 1993; y hasta más; recibió el apoyo de los más capacitados honestos y comprometidos intelectuales profesionales y técnicos de izquierda del país. No cabe aquí listarlos; vale solo hacer referencia a que  contó con  el apoyo y disposición de algunos de los venezolanos más prestigiosos y reconocidos nacional e internacionalmente; muchos progresistas y algunos abiertamente de izquierda. Pero, sin relativismos y casi sin excepciones, a la hora de seleccionar responsables de áreas y asignar responsabilidades y roles importantes en sus gobiernos, en general, optó por figuras frecuentemente de menor nivel, hasta poco capaces y mediocres;  con frecuencia de origen notoriamente puntofijista o de derecha; militares mayormente, en general incompetentes, seleccionados por su incondicionalidad y su carencia de criterios propios o disposición a no manifestarlos. En los casos en que un designado suyo dio muestras de criterio e iniciativa propios, aunque ubicándose ‘’dentro del proceso’’, casi siempre lo removió sin explicaciones. La desprofesionalización  y la militarización son las características esenciales de la gestión chavista. Los gabinetes de Chávez, en general, sus designados en cualquier área de su gestión, como el actual se caracterizaron por la improvisación la mediocridad el oportunismo el pragmatismo y la corrupción. En ellos solo muy excepcionalmente ha habido, y casi siempre momentánea y circunstancialmente, alguna posición o gestión capaz y con un sentido verdaderamente progresista o de izquierda.
A la constituyente, idea manejada de años atrás en la izquierda, como  una ‘’constituyente originaria’’, no, ‘’derivada’,’ como fue la del 99, igual a la treintena que tuvimos antes; Chávez fue en alianza clara y sin relativsmo con el puntofijismo. La CSJ le aprobó ‘’sin decir ñe’’ la convocatoria en las condiciones que sus asesores puntofijistas de entonces le diseñaron; y conformó con algunos de los más notables constitucionalistas y administrativistas, puntofijistas, varios de centroderecha, un ‘’Consejo Consultivo para la Reforma Constitucional de la Presidencia de La República’’.         
.-* Conclusión de la segunda parte
Al desaparecer Chávez quedó el chavismo producto final de su oportunista  circunstancial y pragmático, armarlo y desarmarlo una y otra vez durante los quince y mas años de ‘’proceso’’; con la sola coherencia y sentido secuencial de responder a su obsesión por el Poder y  su concentración personal.
Cualitativamente, lo determinante del chavismo que Chávez dejó, es la in-estructura, la in-articulación de sus conformaciones principales; ahora sin él; sin lo único que las amarraba al ‘’Proceso’’.’’Cabulleras sin asa’’; el chavismo como régimen, como movimiento, como estructura de Poder y como ’’proyecto’’, no tienen ninguna instancia ni amarre común. Salvo el sentido de sobrevivencia y la retórica mediática vacía, de la ‘’revolución y  del  ‘’socialismo’’, del ‘’imperio’’, que sí son comunes; y, salvo el instinto de mantenerse en el Poder, habiendo quedado en él; no tiene ni razón de ser común ni lógica funcional. Sus conformaciones son contradictorias y excluyentes. Con Chávez a los  entes gubernamentales, a cualquier nivel y área, realmente no les tocaba una u otra problemática, atenderla estudiarla diseñar soluciones proyectar; sino ejecutar sin más lo que él mandaba. Nadie opinaba sobre la orden que recibía; independientemente de lo irracional e incumplible que, por lo que fuera, se sabía que era. Pero él era el dueño de todo; de entrada, de los votos; y del Poder. Del petróleo de los satélites del mar de los límites y el territorio; de la Patria de la soberanía de Bolívar; de la división político-administrativa; de la conciencia de quienes lo rodeaban. De todo y sobre todo decidía él. Evidentemente, ni en su última venida de diciembre ya reservadamente diagnosticado, ni  él ni nadie de las cúpulas chavistas se paseó por que el chavismo con Chávez, el chavismo real, iba a terminar inmediatamente; porque él, no iba a estar más en ninguna forma. De manera que, sí, el chavismo está, sigue, en el Poder. Pero no tiene el Poder; ni siquiera sobre sí mismo; ni siquiera sobre y dentro de sus conformaciones. Tampoco, menos, sobre el país. Haber marcado una sucesión, más o menos  cumplida, no garantiza ni una transición ni una continuidad.
El chavismo con Chávez sentado a la diestra de Dios Padre, puede dar algún resultado en lo electoral, inmediato circunstancial. Pero no aporta nada en perspectiva ni en relación a la cuestión de fondo que es la del Poder real; y que en este momento, ni individual ni colectivamente, nadie tiene, ni hay perspectiva razonable de que alguien lo tenga. La forma absoluta como él concentró y ejerció el Poder; primero, resultó del surfeo que  hizo de la larga y cada vez mas inercial crisis en la que el puntifijismo empujó al país desde mediados de los setentas, durante 25 años de desmantelamiento integral, hasta la anomia que vivimos en los noventas; segundo, la percepción que en la subjetividad nacional, la dimensión inconcreta del Poder, llegó a haber, de que él era el Poder, no que lo tenía ni que estaba en él, sino que  le era inmanente; y que no tenía límite. Ninguna de estas líneas morfogenéticas, es transferible ni rebobinable. Luego de cuatro décadas de desmantelamiento continuado, con la desaparición de Chávez, el verdadero fin del Siglo XX; del chavismo y del puntofijismo;  hoy en Venezuela en cuanto a la cuestión del Poder, y lo que deriva de ella, no hay nada que continuar ni que reponer ni reconstruir. Ni que acometer y menos resolver con un simple cambio de gobierno ni de régimen.   
Durante quince años chavismo y antichavismo tuvieron como referencia única a Chávez. Así como el chavismo sin Chávez, no es posible; igual no lo es el antichavismo sin Chávez. Inevitablemente, salvo que ocurra un milagro, viene, afortunadamente, un proceso de gran dispersión, de ambos ismos; de despolarización máxima. Ambos resultaron de años continuos de un autoritarismo sin contrapoder, y de una polarización artificial, mediáticamente inducida a cuatro manos;  precedidos de largas décadas de total anomia. El curiosísimo autoritarismo de Chávez, ni siquiera decimonónico, sino, pre-moderno; fue posible, indispensablemente sobre la renta petrolera; pero por el caos inercial y la dispersión en se ha mantenido el país, desde mediados de los años setentas. La bien bendita crisis en que hoy estamos, con el abrupto final del último autoritarismo del Siglo XX, es de gran alcance y potencialidad históricos. Pero, a partir de ella, salir hacia un verdadero futuro, dejando atrás los dos últimos recientes pasados de autoritarismo; no es cosa de instalar un buen gobierno chavista o antichavista.
Caracas abril 2013













4 abr 2013

LA CAMPAÑA / I



.-*Lo que no es esta campaña / El chavismo no es la izquierda
No es cierto que en esta campaña hay que optar entre la izquierda y la derecha. Ni el chavismo y su candidato son izquierda y, menos, la izquierda; ni la oposición y su candidato son derecha, y tampoco, la derecha.
De entrada hay que decir, que no se es de izquierda porque se ataque al Imperio y al capitalismo; se pretenda estar construyendo un socialismo, se cargue una gorra con la cara de el Ché y se le pida la bendición a Fidel. Y menos, porque lo dijo Chávez.  
La retórica chavista pretende que el chavismo es izquierda, pese a que buena parte de sus dirigentes, mayormente militares aunque también de los civiles, los que mas poder y posiciones tienen, son notoriamente reaccionarios y fascistizantes. A buena parte de los candidatos a gobernadores impuestos por Chávez y hoy en ejercicio, las mismas bases chavistas del PSUV y el GPP, los acusaron de reaccionarios, de derecha; además de corruptos; como acusan igual a Cabello y a Jorge Rodríguez y a muchos otros en todo el país. El mismo Chávez; que aunque no se identificaba claramente como de izquierda, aunque frecuentemente atacaba a ‘’la derecha’’, practicó una concentración y acumulación personal de poder; cuando luego del siglo de autoritarismos y totalitarismo, según de izquierda, que fue el Siglo XX; precisamente la concentración de Poder; ha marcado la regresión y la fascistización, de cualquier proceso político por muy progresista y revolucionario que haya sido en sus orígenes. Y sin ir más allá, y, ‘’en tiempo real’’, nada tan derechizante como la campaña chavista, de Maduro, en la que se llama, por devoción religiosa, y por pagar ‘’los favores recibidos’ al ‘’Cristo de los Pobres’’, a ‘’San Hugo Chávez’’ que ‘’está a la diestra de Dios Padre’’, a votar por su hijo, por su apóstol.
Cierto que en el chavismo hay gente y agrupaciones de izquierda; honestas y consecuentes. Y que se han mantenido apoyando a Chávez por estar contra del puntofijismo; y por moverse en la onda popular de masas que fue el chavismo. Gente de izquierda que siempre fue utilizada como señuelo por él; pero que igual, siempre fue excluída maltratada descalificada y combatida dentro de las conformaciones oficiales chavistas. Una gente de izquierda, siempre excluida de la definición de políticas y la toma de decisiones; que nunca, ahora tampoco, tuvo presencia ni peso real dentro de un chavismo cada vez mas militarizado mas excluyente elitesco y fascistizante. Una gente de izquierda cuya presencia en el chavismo, ni cuantitativa ni cualitativamente, da como para caracterizarlo como de izquierda. Ni siquiera, para hablar de que en él hay o se identifica una izquierda, una corriente o tendencia concreta que merezca tal calificación.
.-* Ni la oposición es la derecha
Tampoco la oposición en genérico, es ni la derecha, ni de derecha. Desde mismo la  Independencia y la Federación; hasta el hundimiento del puntofijismo y el surgimiento del chavismo; pasando por el trienio adeco y el pacto de Punto Fijo; en Venezuela nunca ha habido base para una derecha; ni siquiera moderada. Como se evidencia en esta  segunda parte de la campaña presidencial; la mayoría del antichavismo a pesar de la polarización, lo que rechaza es el autoritarismo la concentración del Poder la arbitrariedad y la militarización de la gestión pública; la excusión y el desconocimiento de la condición y  los derechos ciudadano a quienes no lo apoyan. La mayoría del antichavismo está por el cambio; y, en contra del regreso a cualquier variante de puntofijismo. Estando sociopolíticamente conformada, aparte por mas clase media que el chavismo, tan igualmente plural y policlasista que éste; movida por las mismas expectativas tan progresistas y si se quiere de izquierda que él.
Es cierto que en la oposición, en sus cúpulas y dirección, han predominado factores de derecha y derechizantes; factores de poder, mediáticos y financieros, que han sido determinantes; que se hicieron del control y manejo de la campaña presidencial del 2012 hasta sectarizarla y pervertirla como lo hicieron; hasta el  impacto lamentable que en la subjetividad nacional tuvo, no tanto sus resultados en sí, sino su desenlace. Sin embargo, ya no por la MUD y el Comando Venezuela; esta campaña actual está siendo llevada, por otra gente y de otra manera; y hasta  con un discurso diferente del candidato, aunque es el mismo; saliendo la gente del bajón anterior, del que él, Capriles, fue corresponsable junto a su comando de entonces, su partido y los factores de poder, reaccionarios, sí de derecha, que hegemonizaron  excluyentemente y  se robaron la campaña. Si la campaña presidencial para octubre, sí fue derechizante, mesiánica, y con un contenido neoliberal ex profeso mal disimulado; esta campaña es diferente; es incluso, si se quiere, izquierdizante; hasta el  punto de que  chavistas la han calificado de copia de la suya; mientras que puntofijistas la han calificado de populista. En mucho, ambos con razón. Lo concreto e importante, no es garantía de nada, es que esta campaña es diferente y no está siendo manejada por misma gente anterior ni de igual manera; y, aunque con el mismo candidato, con un discurso diferente.
Indicativo es que ambas campañas, más porque es inevitable que sea así, que por limitaciones de tiempo, etcétera; es que tienen el mismo modelo y similar calendario de movilizaciones. La acusación que ya se le ha hecho a Maduro de un discurso pragmático, válida ciertamente; aunque no es la peor que habría que hacerle; igual cabe hacerla a Capriles: su discurso es pragmático. Y, para ambos, es imposible  de otra manera; como, el contexto político-institucional en que se da la campaña, la realidad y su dinámica concreta lo evidencian. A pesar de la retórica utopista y mesiánica chavistas; de la delirante pretensión de imponer el imposible ‘’Estado Comunal’’; la concreción de los programas reales que en perspectiva postelectoral, con variantes casi solo formales, será básicamente la misma, sea Maduro, sea Capriles, el próximo presidente. Igual que si fuera Chávez.
.-* Lo que sí es esta campaña / La ciudadanización de la beligerancia social              
No siendo esta campaña una confrontación entre  ‘’la izquierda y la derecha’’; tampoco lo es entre ‘’comunismo y democracia’’ ni entre ‘’capitalismo y socialismo’’; ni ‘’entre capital y trabajo’’ ni entre ‘’burgueses y proletarios’’. Con cualquier resultado, la perspectiva concreta de gobierno en cuanto a los problemas nacionales, es casi la misma con variaciones de retórica estilo y acento en la orientación del clientelismo; y en cuanto a la a exclusión y el  autoritarismo con que se maneje el Poder. El contenido real de esta campaña, a pesar de los chavistas y del fantasma de Chávez; y también a pesar de la oposición y de sus cúpulas puntofijistas; es que en ella la gente, ya mayormente antichavista a conciencia vuelve a activar electoralmente su beligerancia contra el Poder. El Poder, aparte cualquier retórica aparte cualquier retórica y manipulación mediática; y aún cuando no sepan ni cómo ni qué hacer con él; el Poder del Estado Burgués que es el que hay en Venezuela; hoy y aquí, está en las manos del chavismo, o, mas precisamente, en las manos de los chavismos, de las varias cúpulas chavistas que hay, ahora sueltas; tan burguesas  empresariales y capitalistas como las cúpulas de la oposición.
A pesar de la oposición; de sus cúpulas empresarial-partidistas, de su disminuida MUD y el candidatural partidista-empresarial que es; a pesar del candidato, que es el mismo; esta campaña es diferente y tiene un contenido y alcance socio-político diferentes.  La trampa que hizo montar Chávez y su sistema para la reelección indefinida, (SAIME-CNE-PR-TSJ), mediante su plan-calendario para la ‘’victoria perfecta’’; en la que metió a la oposición desde agosto pasado; y que luego de muerto, han tenido que re-programar sobre la marcha, apretándolo; si ciertamente la puso en ‘’tres y dos’’, y Capriles, que no quería, tuvo que volverse a lanzar; terminó entrampando al mismo chavismo: El trampero cayó en su propia trampa. Increíblemente, incluso ya en campaña, Jorge Rodríguez, jefe del comando y varios otros dirigentes chavistas, y el mismo Maduro; han repetido y repiten,  sobre su certeza de que Capriles retiraría su candidatura. Su fatua prepotencia, no les permite captar ni entender cómo; que a pesar de  ser una campaña obscenamente diseñada por el CNE a la medida de la coyuntura chavista; en desventaja e incertidumbre absolutas, el antichavismo se haya y esté reactivado, ahora con mucho alcance e intensidad y calidad política con que lo hizo cuando las espectaculares primarias de febrero del 2012. Por lo visto, en las cúpulas chavistas, subestimando y desconociendo la calidad política del venezolano, había la certeza de que lo inmediato y compacto de la campaña iba a impedir una respuesta importante del antichavismo. Pues se volvieron a  equivocar. Como en las primarias, y a pesar de todo, como en agosto, la respuesta antichavista actual, otra vez, cualitativa y cuantitativamente, arropa a la chavista. Y aunque siendo nuevamente Capriles el candidato,  con estilos y contenidos diferentes no  arrancó de cero; y sin los peores protagonismos individuales y grupales de la oposición, que hubo en la campaña de agosto; y con otro comando; lo determinante de la fuerza con que la gente se está movilizando electoralmente, es que la unidad total ahora si se dio, ahora con la tarjeta única, que haciendo desaparecer electoralmente los partidos, dimensiona nacionalmente la beligerancia de la gente; despartidiza y ciudadaniza la beligerancia, circunstancial y coyunturalmente antichavista;  pero de fondo antiautoritaria, antipoder. 
.-* También se inicia el postchavismo-postpuntofijismo
Resulte lo que sea luego del 15A estas elecciones marcan el fin del cuadro político-institucional conformado desde mediados de la década de los ochenta del siglo pasado; desde cuando a partir de la creciente movilización nacional contra el puntofijismo, se fueron creando las condiciones para el surgimiento y la conformación del chavismo, derivadoación y continuidad de aquel. Incluso antes de la desaparición de Chávez, el chavismo en mengua continuada tendía a su fin, marcado por los procesos electorales del 2012 y 2013; y al que pretendió frenar con la huída hacia adelante que fue la ‘’victoria perfecta’’ para la implantación del ‘’Estado Comunal’’, o, ’’La Nueva Geometría del Poder’’. El Estado Comunal, regresivo y primitivizante, ya era inviable con él vivo; sin él, ni siquiera los gestos de intentarlo implantarlo podrán concretarse. Cancelándose imparablemente tal huída hacia adelante, única posibilidad, digamos, ‘’teórica’’, de sobrevivencia del chavismo; dentro de la diáspora que será a corto plazo; ya estamos en el post-chavismo.
Correlativamente, la limitada, y mas mediática que concreta, recomposición del puntofijismo, a partir del 2009, con sus viejos y nuevos partidos y liderazgos, básicamente mediáticos, tuvo su mejor momento y alcance con la MUD y las elecciones primarias de febrero del 2012. Alcance achatado y pervertido, uno, por los sectarismos partidistas antiunitarios, los protagonismos partidista-financieros y el peso de los de poder tradicionales, dominantes en la MUD; y, dos, por la manipulación de que fue objeto la subjetividad antipuntofijista por Capriles mismo como candidato y por su oscuro comando de campaña. Pues, lo que resultó en octubre con las elecciones presidenciales; y, luego y derivadamente en diciembre con las regionales, determinaron la cancelación de dicha, ya de por sí limitada, recomposición del puntofijismo. Con los desastrosos resultados de las elecciones del 2012; en Venezuela finalmente entramos en el post-puntofijismo.
Si el chavismo y el mesianismo autoritario fascistizante de Chávez se conformó ‘’surfeando’’ en la perversión puntofijista, y en la manipulación mediática y polarizante de su negación; correlativamente, el puntofijismo, primero sobrevivió aunque ‘’boquiando’’ durante los primeros años de Chávez; para luego intentar recomponerse, montándose en el antichavismo creciente, en la negación mediática, igual polarizante, de su perversión. De tal forma que el fin del uno conlleva e implica ineluctablemente el fin del otro. Estar en el post-chavismo, entonces, es estar en el post-puntofijismo. Se cierra políticamente el Siglo XX.
.-* Hacia la despolarización
Y, sobre la polarización, habría que decir que bien probablemente, estas elecciones presidenciales sean la últimas en que la polarización sea importante. Ella fue, nada original por cierto, básicamente inducida mediáticamente a cuatro manos, por el chavismo y por el puntofijismo. Su punto más alto fue cuando el RR de agosto del 2004; desde entonces ha mantenido una tendencia decreciente, aunque en momentos menos que en otros. Mismo para la última reelección de Chávez, al PSUV le costó forzar a que quizás, hasta un tercio del chavismo votara; tenía la actitud de abstenerse; y el 7O se estaba absteniendo aunque finalmente remolcado, votó. Como no votó y se abstuvo cerca de un 40% en las elecciones regionales de diciembre.    
Constatablemente, en los últimos procesos electorales, la despolarización, por estar en el Poder, ha afectado más al chavismo que a la oposición. Más tienden a abstenerse los chavista que los antichavistas. El agravamiento de la crisis nacional, y el deterioro de las condiciones de vida de la gente, la decepción el rechazo a la militarización, a pesar del clientelismo masivo de las misiones; la corrupción; junto al impacto de la unidad oposicionista; tiene el efecto polarizante, circunstancial electoral, de motivar a participar contra el chavismo; mayor que la motivación a apoyarlo. Sin embargo, siendo inevitable la implosión de éste, contenida cada vez mas dificultósa y costosamente desde tiempo atrás por Chávez;  y a pesar, de la importante experiencia unitaria actual; porque la crisis no comienza con Chávez; también la implosión, o más propiamente, la re-dispersión de la oposición puntofijista, es imparable. Si hay realmente las elecciones locales en julio, se verá como tanto las bases chavistas como las antichavistas, despolarizadamente, desconocerán las decisiones sobre candidaturas locales que las direcciones partidistas pretendan imponer    
.-* Los resultados vuelven a estar cantados. Pero la gente v a votar
SAIME-CNE-PR-TSJ, obviamente actuarán igual que siempre, y  como en los estos últimos procesos. Partiendo, como nadie seriamente a demostrado que no; de que técnicamente  pueden hacer el fraude que se requiera para garantizar los números al chavismo, ya cantados; que para eso están; la decisión que les falta tomar entonces es sobre cuánto fraude es necesario y hay que hacer. Si solo el suficiente para que, razonable y creíblemente Maduro resulte ganando a Capriles; si mas bien, tanto como para que Maduro tenga los 8,5 millones que Chávez tuvo en octubre, y  para que Capriles tenga más o menos los mismos 6,5 millones. O si, ‘’yéndose por la calle del medio’’, le ponen a Maduro los mas de 10 millones que nunca se atrevieron a ponerle a Chávez. Lo que sí parece evidente,  se ve en la calle,  es que, si  hipotéticamente no es posible el fraude y se cuentan solo los votos verdaderos, y Maduro gana de verdad; pues será por muy poco margen. El espíritu de Chávez, ni siquiera sentado como se pretende que está ‘’a la diestra de Dios Padre’’, va a hacer el milagro de que los ocho y tantos que, en buena parte remolcados, votaron por él el 7O; lo vuelvan a hacer ahora por Maduro. Y, mucho menos, que, además 2 millones más lo hagan.  Aparte que en el chavismo el visibilizarse electoralmente mucho menos que el antichavismo, parece indicativo de que  la tendencia a abstenerse en él será alta, quizás similar a la de diciembre.    
Sin embargo, el antichavismo, la gente, está movilizada y va a votar. A pesar del fraude y del ventajismo de los que es víctima y está consciente, y a pesar  del escepticismo, va a votar; seguramente tanto como en octubre. Y, no por caprilismo ni por Capriles, que se considera está haciendo su papel. Sino porque hay la conciencia de que a pesar de todo, la participación masiva ciudadana antichavista antiautoritaria, contra el Poder; a pesar de la simetría el fraude el ventajismo el chantaje y el clientelismo; es una afirmación de beligerancia ciudadana. Es un triunfo de la gente sobre el Poder.
Caracas abril 2013