18 feb 2016

Al revocatorio, como a paro-golpe petrolero del 2002

.-I-.
.- Con Revocatorio; más polarización, sin debate. Más candidaturismo más campañas.
Pese a la crisis que vive el país, a la experiencia, histórica, de las parlamentarias y el 6D; al alcance político que han tenido; al desconcierto y la desmoralización que hoy domina a los venezolanos habiendo ganado la AN, sin que suceda casi nada de lo que se esperaba y de la expectativa que se promovió y manipuló. No hay debate. Seguimos sin debate, sobre nada. 
A pesar de la circunstancia de estar viviendo la tercera experiencia en dieciocho años de polarización; las dos del 1998 y del 2002, de habernos sacudido al autoritarismo, para luego regresar a lo mismo o peor; hoy nuevamente derrotado y puesto contra la pared al autoritarismo; las burocracias partidistas oposicionistas y gubernamentales, siguen jugando a continuar y profundizar la polarización. Aunque  la deriva de ese juego es la de una nueva regresión; es que, siga sin haber un cambio real en el país; ni un verdadero impulso hacia él.
Frente a  la respuesta, previsible  del madurismo ante la pérdida de la AN, de desconocerla y anularla; de negar y trancar cualquier dinámica entre los poderes; las burocracias partidistas y candidaturales de la MUD, juegan a empujar al país a más polarización. Ahora promoviendo la revocatoria del mandato de Maduro; luego de la que, lo único seguro es que seguiremos en campaña habrá  más  electoralización y más candidaturización.
Pues, en caso de ser revocado; constitucionalmente, en un lapso determinado, habrían  nuevas elecciones presidenciales; simultáneas o sucesivas con las regionales de gobernadores, este mismo año. Para seguir el próximo 2017 con las locales, municipales; e, inmediatamente casi, con las nuevas presidenciales del 2019. O sea, seguir tres años en cada vez más polarización y partidización. Seguir en campaña continuada, sin debate y sin ni siquiera apuntar a las causas profundas, estructurales, de la crisis. Con la retórica de que la cuestión está en que el gobierno y Maduro son malos, como lo fueron Chávez el suyo; y que sacándolos, con otro gobierno y  otro presidente, esos sí, “buenos”, saldríamos adelante. Y, no solo es que no hay debate ni se promueve; sino, peor, se bloquea y descalifica como supuesta “antipolítica”, toda idea o  intento de plantear y mover la atención hacia la base estructural histórica, bicentenaria  de la crisis.