.- No se trata de las regionales sino de LO regional. Del debate y la
confrontación con el centralismo y el presidencialismo.
Desde enero del 2016; vengo
tocando el tema de “las regionales”, que eran y son LA prioridad prioridad real
para el país; sobre el revocatorio del 2016; y, este año, sobre la constituyente de Maduro. Llamé la
atención sobre el riesgo, que se concretó, de perder el 2016; a los, efectos de crear condiciones concretas para salir de la
crisis. Y, mismo hoy insisto, igual,
infructuosamente; en no polarizarnos políticamente con la ANC; aparte y más
allá de la protesta y la resistencia en la calle; para no perder también este
2017.
En el contexto chato; sin
espesor; de nuestra “política”; en el que “lo político” se reduce a lo
electoral; y la actividad o lucha “política” se reducen a lo candidatural; se
entiende que mis llamados a priorizar sobre las regionales y locales; se
malinterpretaran; como referídas a las elecciones regionales en concreto; que
igual manejadas por el CNE; no aportarán nada hacia avanzar significativamente
hacia la salir de la crisis.
Mi propuesta se refiere y
siempre la referí a, LO REGIONAL; no específicamente a lo electoral regional.
Viendo y asumiendo esto como un evento constitucional; una circunstancia, marco
y hasta pretexto; para el debate
ciudadano sobre la cuestión del centralismo, el presidencialismo y la
concentración nacional del Poder; con su correlato de la postración el
estancamiento y el subdesarrollo de las regiones. Y como ámbito para el desarrollo
político-organizativo de base regional; ciudadano; endógeno;
activando y potenciando las capacidades subjetivas y fácticas que en ellas hay.
Se trata de
diferenciar LO regional; como dimensión política y
político-territorial; su activación como
ámbito político a dimensionarse ante el poder central; de las elecciones
regionales; un proceso per sé
presidencializante, centralizante, nacionalizante; desregionalizante.
Ahora más que nunca; luego de la desregionalización perfecta de las
habilitaciones; a partir de las que no hay sino 22 partidos nacionales con derecho a postular.
Cualquier reflexión seria
sobre la coyuntura; y la relación de las
elecciones regionales con la crisis nacional; y aún más en concreto; en
relación a la confrontación con el proyecto madurista; debe partir de dos
premisas: 1.- las elecciones
regionales no son tales “regionales”; sino nacionales; 2.- manejadas nacional y centralmente; ni inmediata ni en
perspectiva, tienen nada que ver con las
realidades y crisis regionales; están en instancias diferentes; .y 3.- que solo a partir de la activación
del potencial endógeno de lo regional; en función de su desarrollo integral; a
partir de enfrentar y sacudirse el centralismo; será posible una acumulación
básica de contrapoder ciudadano hacia salir de la crisis.
.- Pasar de la protesta y la resistencia; a la ofensiva política
ciudadana regional.
Protesta, resistencia; grandes
movilizaciones de calle; con todo y el alcance histórico y la fuerza y la
calidad ético-política que han tenido; en definitiva han sido defensivas;
reactivas; con un mínimo efecto concreto;
por no decir, ninguno; en la estructura del poder y su aparato represivo. Amén
de que, como ya se dijo la capacidad de confrontación ciudadana, no ha
aumentado.
Se trata entonces a consciencia e inteligentemente, de pasar a
la ofensiva ciudadana; política; en el
plano en el que la beligerancia de la gente ha tenido más resultados concretos
e incluso se ha acumulado: en el plano de lo regional y local. Con la
consciencia luego de dos años de frustraciones derivadas del inmediatismo y la
polarización; de que el “punto uno” de
la agenda, no es sacar a Maduro; sino acumular capacidad para confrontar el
Poder; en tal caso; acumular capacidad
para sacarlo. Con la consciencia de que, esté quién esté en el poder; sea cual sea
la variante de autoritarismo o totalitarismo que lo concentre; mientras en la
sociedad venezolana se mantenga la asimetría extrema entre el poder fáctico
absolutamente centralizado; concentrado en manos del presidente; ante una
sociedad sin una mínima capacidad para confrontarlo: no saldremos del pantano
político en que estamos desde hace doscientos años.
.-Armar una agenda ciudadana
regional sobre los problemas y los factores regionales de poder; sus
responsables inmediatos; aunque sean proyección del centralismo.
Las regionales no incidirán en
nada en función de avanzar hacia salir de las crisis nacional. Al contrario
constituyen una regresión. El único beneficiario concreto de sus resultados
será el madurismo que quedará como el hegemón de los chavismos. Pero permites
para la confrontación con el proyecto madurista; en su dimensión regional y
local. Sobre una agenda ciudadana de organización movilización y confrontación,
concretamente, con los factores locales y regionales de poder; no ya como la
proyección del poder central, presidencial, que son; aunque también; sino como
estructura de poder regional y local; como los factores determinantes de las
formas como la crisis nacional se concreta regional y localmente.
En las regionales hasta la
última parroquia sufrirá la presión de las campañas candidaturales; y la
masificación de la supuesta relación de las propuestas electorales con los
problemas de la gente. Una masificación a la que sensorialmente no se sustraerá
nadie; sea cual sea su actitud y disposición ante lo electoral en concreto. Un
contexto político y sociopolítico propicio para un debate ciudadano;
contrastante con lo electoral; sobre lo tangible de los problemas que la gente
padece en su contexto vivencial y existencial; y sobre el Poder central,
nacional, que los determinan.
La clave está en que se active
la consciencia de que, a partir de la
protesta y la resistencia que ha habido; el escenario para avanzar elevando la
confrontación al madurismo; al poder nacional;
es regional y local. En no dejarse entrampar en lo electoral “regional”; que responde solo a las
pragmáticas de las burocracias partidistas centrales. Ni confundir con
supuestas estrategias “nacionales”; que no son sino manipulaciones y retóricas
mediáticas
La clave de lo que resulte en
ocasión de las regionales; está en no permitir sacar el debate y la
confrontación políticas del contexto regional y local.
.- Impulsar la activación de un nuevo sujeto político; el liderazgo, el
activismo; y las dinámicas sociopolíticas, regionales, locales,
sectoriales.
Inmediatamente; solo con la
emergencia y activación de un nuevo sujeto político; no, de “líderes nuevos”
sustitutos e iguales a los de siempre; saldremos de la crisis
política; del estancamiento en que hemos estado desde el 2015; y de la
regresión en la que entramos con la constituyente madurista. Un nuevo sujeto
político que no tiene nada que ver sino circunstancialmente con estas elecciones regionales; ni, menos,
con la pragmática participación de las burocracias partidistas en ellas.
Se trata de los líderes
locales y regionales; de los verdaderos y auténticos líderes de base religiosos, comunales, sociales
profesionales. De los partidos regionales; de las asociaciones, clubes,
movimientos, conjuntos gremios. Que pasen, de ser los activistas de base que
son hoy, de las campañas de candidatos y burocracias partidistas “nacionales”;
a ser los ´protagonistas de la política, regional; regionalizada.
Hablamos del sujeto político
que se activó, espectacular e
históricamente; en las condiciones más restringidas imaginables el 16J cuando
la Consulta Ciudadana. La mayor movilización espontanea de nuestra historia en
simultánea en todas las parroquias del país. Y que; independientemente de los resultados finales y del efecto concreto de las regionales en la
coyuntura; podría volverse a activar en
las primarias del 10S
No hay comentarios:
Publicar un comentario