1 sept 2017

Regionales; participar o no; un falso debate II/IV

 .- Maduro como todos nuestros autoritarismos históricos se soporta en la asimetría del poder fáctico absolutamente concentrado en el gobierno central
Maduro sigue en el poder; digamos, “rueda libre” luego de  tres años de confrontarlo el país intensa y continuadamente, en todas las formas legales, pacíficas; pese a la peor crisis socioeconómica y humanitaria en la historia continental; a su empastelamiento político y al aislamiento internacional casi total.
Se explica, determinantemente, por la asimetría absoluta del poder fáctico que concentra el gobierno nacional; ante la carencia absoluta de capacidad para confrontarlo; de contrapoder; en el conjunto de la sociedad venezolana. En la sociedad venezolana a ningún nivel en ningún plano ni sector; ni históricamente ni hoy; ha habido ni hay la más mínima capacidad para frenar ninguna acción presidencial; del poder central. Ni históricamente se conformaron; nunca se permitieron, al contrario se reprimieron y/o pervirtieron; ámbitos de acumulación autónomos  o específicos de contrapoder ciudadano; de base. Hoy, a nivel nacional no hay posibilidad ninguna de acumulación de capacidad de confrontación ciudadana con el gobierno central.
Así, pese a la intensidad y calidad ético-política de cuatro meses de protestas y resistencias; la correlación general de poder concreto, fáctico, actual; nacional; es la misma de antes de las elecciones parlamentarias del 2015. Pese al deterioro y los fracasos políticos que ha tenido y la carencia absoluta de apoyo sociopolítico real; al entrampamiento en que esta y el estancamiento del país. Salvo en algunas regiones concretas; no ha habido crecimiento ni acumulación de capacidad real para confrontarlo. Obviamente porque la forma, digamos, “la estrategia” con que se le ha enfrentado  ha sido la polarización; ha sido retarlo “de quién a quién”; según “nacionalmente”; en su propio terreno; en el que tiene  todas sus ventajas. Cuando lo único verdaderamente nacional que hay en el país, es precisamente el gobierno; la presidencia. Aparte de lo que no hay en ningún plano de la sociedad  nacional; capacidad ninguna, fáctica concreta; realmente nacional; para promover ni implementar dinámicas políticas ni sociopolíticas nacionales. 
Lo único realmente serio; realmente político; que puede plantearse en función de avanzar hacia salir de la crisis; es promover en el marco del debate sobre el Poder, sobre su concentración;  la activación de  procesos de acumulación social, ciudadana, de fuerzas; hacia, en perspectiva, una correlación de fuerzas en la que la asimetría del poder nacional; no tenga las sobre-ventajas que hoy tiene.


.- La trampa de la “habilitación” partidizante, desregionalizante  perfecta. No hay sino candidatos nacionales.
Estas elecciones regionales son una trampa;  en la que, primero, está metido el país; sin opción  para el ejercicio de sus derechos electorales; que les son expropiados y ejercidos por las burocracias partidistas. Una trampa en la que estas mismas están atrapadas; sin juego ante la manipulación y discrecionalidad del poder electoral controlado político-institucionalmente; partidistamente; por el madurismo. Como siempre; pero ahora más que nunca; el venezolano solo vota; no elige.
Son una trampa perversa perfeccionada últimamente con la “habilitación”; la perversión partidizante perfecta de que no habrá candidatos regionales ni locales; sino nacionales; aunque sean postulados a gobernaciones legislativos, alcaldías y concejos municipales. Porque solo ocho o nueve partidos nacionales de oposición; del total de 22 pueden postular. Para las elecciones regionales; ahora para octubre aún sin fecha determinada; las organizaciones, movimientos y partidos locales y regionales no pueden postular. De hecho, no existen. La “habilitación” concreta  la legitimación de la des-regionalización electoral de las regiones; la captura y absorción por los factores nacionales y centrales de poder, de la soberanía ciudadana local y regional.
.- Via un bipartidismo imperfecto; hacia un monopartidismo.
Nada indica que haya alguna consciencia sobre el sentido real y el alcance de esta operación de “habilitación” de los   partidos y de su deriva en la desregionalización definitiva electoral y política de las regiones y municipios. Las burocracias partidistas oposicionistas; sus beneficiarias inmediatas junto a las chavistas; la han asumido e implementado hasta festinadamente. Sin embargo; bien vistas las cosas, es evidente de que se trata  de un encallejonamiento; inducido mecánicamente o, burocrática, fácticamente; de las dinámicas partidistas nacionales, regionales y locales; hacia un bipartidismo; hacia una cierta forma de bipartidismo. Que será casi perfecto  si como se intenta con las primarias; y se considera deseable; puede tener la concreción de que buena parte de las postulaciones  oposicionistas sean unitarias.
El detalle es que los chavismos participarán en las regionales prácticamente  con un  solo partido; el PSUV; con el suyo como único listado de postulados; que los otros partidos chavistas asumen con sus tarjetas . Quiere decir que el, madurismo tendrá en estas regionales sus primeras elecciones como “partido único de la revolución”    
La inducción a la bipartidización en ambos bloques de burocracias partidistas empresariales; artificial; sin base sociopolítica consistente; primariamente se promovió sobre la polarización y el reclamo  unitario de ambos. Por muchas razones nunca fue viable; ni siquiera con Chávez vivo. Hoy se avanza político-institucionalmente hacia ella; compulsiva, tramposamente; básicamente por la anuencia de las oposiciones; por sus luchas candidaturales; “nacionales”; que fluyen en los encallejonamientos estratégicos maduristas. Con la perspectiva dramática de que si en esta fase de la bipartidización, su concreción es imperfecta; los chavismos en la sola fórmula monopartidista del PSUV; y las oposiciones van en varias fórmulas partidistas. Los resultados previsibles; absolutamente manipulados y fraudulentos; como serán por el CNE; y su concreción en el cuadro de gobernadores resultante;  apuntan a convertirlos en las bases para el mono-partidismo; para el régimen de partido único que es al que tiende el madurismo.
Caracas agosto 2017,.


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