El pasado lunes 21, (EU),
FEDEUNEP, federación sindical de los empleados públicos hoy manejada por el
chavismo, declaró solicitaría a Maduro que, mediante la Habilitante, convocara
una constituyente sindical; para refundar el movimiento sindical; se entiende
que el chavista; aunque obviamente se refería, a todo el sindicalismo nacional.
También comenzando la semana pasada, circuló en las redes una comunicación de
personalidades de oposición, a la MUD; pidiéndole que se planteara convocar una
constituyente; en este caso, nacional. Las dos iniciativas, en intención y
propósitos, cien por cien, opuestas; sin embargo, en cuanto a lo que se supone
que apuntan como sus eventuales resultados; son exactamente la misma, en cuanto
a su correspondencia con la crisis nacional actual.
.-* Dos constituyentes convocadas y a ser
manejadas desde el Poder
Ambas propuestas, la chavista
y la puntofijista; primero, evidentemente, resultan de la consciencia compartida,
de que la crisis actual; en sus dimensiones, sectorial-sindical; pero implícitamente
nacional para la primera; y explícitamente nacional, para la segunda; no tiene salida sino mediante una
refundación o una reinstitucionalización; que solo es posible por la vía de un
debate de fondo; constituyente. Igualmente; y,segundo, coinciden en el carácter
que, según, ha de tener las constituyentes que proponen; aunque la una
sectorial y la otra nacional; y en la forma en que serían convocadas.
Sindicalistas y personalidades, promueven por igual que sean “constituyentes
derivadas”; o sea, pautado programadamente su contenido; controlados desde el
Poder su desarrollo y resultados; y, naturalmente, la que fuera en definitiva, convocadas por él. La diferencia entre que el
sindicalismo chavista se la pida a Maduro, para yá; con que se presente un
proyecto, a consciencia inviable, de solicitud al CNE actual, mediante
recolección de firmas, etcétera; no es tal, en la medida de que, al fin y al
cabo, la expectativa teórica es de que la constituyente propuesta por las
figuras puntofijistas, se concretaría
sería con otro presidente en Miraflores.
.-* Dos
propuestas de constituyentes ,polarizadas y polarizantes
Vale destacar que en los
supuestos de que cualquiera de ambas constituyentes que se habla de convocar,
se realizara; una u otra, naturalmente; la que fuera; sus resultados obviamente,
serían exactamente opuestos a los que hubiera tenido la que no se hubiera
hecho. Con el efecto de que la polarización actual; que es el epicentro del
círculo de causación acumulativa de la crisis nacional; se mantendría. Y, se
profundizaría. La polarización actual, que se expresa en ambas propuestas
referidas de convocatoria de constituyentes cualitativamente iguales, pero con
propósitos, irreconciliablemente opuestos; se repotenciaría; resultando,
además, constituyentemente legitimada.
.-* La propuesta de un debate nacional no
de una constituyente
En mi escrito “CONSTITUYENTE
NO, UN PROCESO CIUDADANO CONSTITUYENTE” de junio pasado; que contiene el desarrollo
de mis reflexiones sobre el tema, en la “Cátedra Pio Tamayo”; y mi posición y propuesta;
dije:
“.-*Ni cambiando el gobierno ni con otra constituyente”
“La
crisis nacional, estructural, profunda, ciertamente no se resuelve con un
simple cambio de gobierno; con la eventual sustitución de este mal gobierno,
por otro, según, “bueno”; como el que han ofrecido la MUD y Capriles sería el
que harían. Pero tampoco, con una Constituyente como las más de treinta que
hemos tenido, incluidas las dos últimas de 1961 y 1999. Pues cabe preguntarse,
sobre qué sería lo que se quitaría de la constitución actual; y sobre qué, lo que se pondría en la nueva o
reformada; resultado de dicha Constituyente que promueven sectores de la
oposición; que por sí mismo, por ya no estar, y, por ahora sí estar en el nuevo
texto; sería clave para que el país avanzara hacia salir de la crisis en que
estamos y se profundiza inercialmente, hace ya tres largas décadas. Ni “la
institucionalidad” consagrada en la constitución del 61; ni la de la del 99;
como ninguna de las anteriores; sirvieron para impedir las variantes de autoritarismo
y las perversiones del ejercicio del poder; el desconocimiento y la
manipulación de sus contenidos; que durante sus cincuenta años de vigencia se
acumularon; sin nada que las impidiera”.
Mas adelante dije:
“ .-* Un proceso constituyente originario: primero el debate
ciudadano y luego la constitución”
“Hablamos de un “Proceso Ciudadano
Constituyente”; cercano a la idea de una “constituyente originaria”; negando
expresamente la de la “constituyente derivada”, como han sido todas las que
tuvimos. Lo sustancial es que se promueve de forma que no será convocada desde el Poder; por ningún
factor de poder de cualquier naturaleza o signo. Según, la figura de la
“constituyente originaria”, es de origen napoleónico; en términos del discurso,
de ”la revolución primero y luego la
constitución”; porque la constituyente de la que resulte la constitución
no deriva del poder existente; sino que es “originaria”; resultado de la
revolución que es su negación. Pero en nuestro planteamiento, no está la idea
de que hay que hacer la revolución para que haya una nueva constituyente y una
nueva constitución. Partimos es de que, antes de “una constituyente”,
quién en tal caso debe estar “convocada”,
es la gente, los ciudadanos; todos los
venezolanos, todos. No solamente algunos, según, “los competentes”. El que está
planteado en Venezuela, constituyente; primariamente y de fondo, no es un
debate académico; técnico-político. Es político. Sobre el Poder; sobre el Poder
y la gente. Por ello, lo que toca, es que todos los venezolanos, se convoquen
para SU debate, sobre el Poder; sobre cómo bicentenariamente sin escampe se ha
ejercido autoritariamente; y causando la profunda crisis en que estamos. Para
un debate libre, abierto, sobre quiénes y cómo lo han ejercido; lo ejercen y
pretenden ejercerlo. Por lo que obviamente, no son quienes han estado ni los
que están en él; quienes van a convocar y promover una constituyente para
debatir y eventualmente condicionar, precisamente, quienes, porqué y como lo
han de ejercer. Y, en tal caso, deben seguirlo ejerciendo.
El sentido de “originario” que está
implícito en la idea del “Proceso Ciudadano Constituyente”; se refiere a que,
primero haya el debate, ciudadano, nacional, constituyente; para a partir de
él, y luego, ir a la constituyente; y, eventualmente a una nueva constitución.
En una secuencia en la que lo esencial, primero y prelativo, sea la
movilización y el debate ciudadanos; sobre los grandes problemas nacionales.
Luego, el establecimiento de las bases para una dinámica de consensuación
ciudadana. Para finalmente, mediante una constituyente bajo los dictados
ciudadanos, y los aportes del caso académicos y técnico-jurídicos ir a la
formulación de una nueva constitución; nueva o, como todas las anteriores, la
existente modificada”.
.-*Chavista y puntofijista, constituyentes
igual, derivadas
Desde junio pasado cuando
entregamos las reflexiones de las que son extractos los supra; nada de fondo a
cambiado que relativice su validez actual. Solamente, que, si entonces, además
de los núcleos de izquierda que en la “Pio Tamayo”, planteamos una constituyente originaria; era solo en las
cúpulas puntofijistas donde se hablaba de convocar su constituyente. Desde
entonces a hoy, Maduro y otros burócratas chavistas, en varias ocasiones han
amenazado con la suya; y que recientemente, el mencionado sector del
sindicalismo chavista; el más numeroso agrupado en FEDEUNEP; anuncia que
propondrá su convocatoria. Vale reiterar, que en todos los casos, se refieren a
constituyentes derivadas; convocadas y con partitura entregada desde el Poder. Que,
demostradamente, para el país ir hacia una salida a la crisis; no es la idea.
.-* Rouseff, Bachelet y las FARC proponen
constituyentes.
Yendo más allá al contexto
continental; a una mayor escala y una dimensión más profunda en la que la idea
de la constituyente tiene un sentido mayor; vale señalar que ella se está
manejando bien ampliamente a nivel continental; como salida a la crisis y/o a
situaciones de crisis de las que salir supone cambios importantes en las
relaciones de Poder; que es de lo que se trata. Aparte las reformas
constitucionales parciales, hechas en varios países latinoamericanos; Bolivia,
Ecuador, Colombia; siempre en función de la concentración de poder; de la
reelección. En este momento la presidenta Rouseff y la ex y futura presidenta
Bachellet, de Brasil y Chile; hablan de una constituyente, no solo de reformas.
Y las FARC entre sus propuestas al gobierno de Santos hacia concretar la paz; tienen la de convocar una
constituyente.
Si la propuesta de los septuagenarios
guerrilleros colombianos, parece obvia; las de las presidentas brasileira y
chilena, a primera vista, no; habida cuenta de los consistentes desarrollos
político-institucionales de sus países. Pero precisamente, tal aparente sin
sentido; solo aparente; de que las situaciones en sus países ameriten convocar
constituyentes; remarca lo inevitable de su promoción aquí en Venezuela.
Precisamente; pues a pesar de los desarrollos político-institucionales de esos
países, y de su relativa sintonía con las dinámicas socio-políticas; la maduración
e intensificación de éstas dinámicas; el desarrollo de la consciencia ciudadana
y del espíritu soberano ciudadano frente al Poder; determinan como insuficiente
la simple respuesta político-institucional convencional, consensuada entre
cúpulas, a su presión política, masiva, de base; en la calle.
Sin entrar a detallar la bien
interesante propuesta de constituyente de las FARC; ni las reformas que
promueven en las relaciones de Poder en Colombia; y sin que se trate de situaciones iguales a las de Chile y
Brasil; y tampoco a la nuestra venezolana; salta a la vista que, si en esos
países se justifica convocar constituyentes; pues aquí en Venezuela, mil veces
más.
.-*Necesitamos un debate nacional hacia
verdaderos consensos ciudadanos
De acuerdo a los insertos
arriba; comparto que aquí no es suficiente ni pertinente, como algunos preconizan,
convocar una constituyente; como en Brasil o Chile. Sino el amplio y denso
debate nacional ciudadano; que caracterizamos como un PROCESO CONSTITUYENTE
CIUDADANO; abierto, despolarizado; autónomo ante cualquier factor de Poder; que
en su desarrollo, y en tal caso, apunte hacia una constituyente; y, en tal
caso, a una nueva constitución. Pues, lo que, desde hace varios decenios,
caracteriza la conformación actual del país; su crisis profunda e inercial en
cualquier perspectiva; es el absoluto desfase entre la realidad que se expresa
en la intensa dinámica socio-política cotidiana; y las estructuras
político-institucionales, pervertidas igual desde hace decenios. Caracterización
ésta, que solo evolucionará a partir de verdaderamente densos consensos
ciudadanos, de base; no cupulares.