.-¡-.
.-*Inteligencia y contrainteligencia
soporte de Maduro
Carmen Meléndez y Miguel Rodríguez
Torres, salvo que se me escape otro, fueron los únicos ministros que se
mantuvieron en sus carteras, durante 19 meses desde que Maduro asumió en marzo
del 2013. El ahora exministro, concentró y manejó en este gobierno,
inteligencia y contrainteligencia; luego de haberlo hecho durante los diez
últimos años del gobierno de Chávez; el control absoluto que durante ese tiempo
ejerció sobre lo político y militar, la estabilidad de que disfrutó, en mucho,
fue responsabilidad de él. Igualmente la
estabilidad que el madurismo fue logrando;
primero en la confrontación con los
restantes chavismos; y luego con las oposiciones; básicamente ha sido,
resultado de la gestión del MIJP.
Los tres sacudones que Maduro,
el madurismo en promoción desde el Poder, ya produjo; contra, el generalato 4Febrerista, primero, en
el 2013; y este año, dos, contra Giordani, y Ramírez y Jaua; y ahora, el cuarto
en marcha contra Cabello; fueron posible y, según, siguen siendo posibles, por la superioridad en poder fáctico
que Rodríguez Torres logró en el MIJP; y la consistencia política con que lo
manejó. Sin ese manejo y los “sacudones” que posibilitó, Maduro no hubiera logrado
desmontar los “duque de alba” en los que
Chávez montó su autoritario manejo del Poder. Ni, hubiera sobrevivido a la desestabilización, golpista,
que la derecha endógena, chavista, jefatureada por Cabello y Ameliach. provocó
con los muertos del 12F pasado y atizó
durante febrero y marzo; cuando puso en marcha su “ofensiva fulminante
antifascista”. Acción golpista chavista denunciada con precisión y nombres de ejecutores,
etcétera, por el propio hermano de Juancho Montoya, el más notorio de esos
muertos.
.-* En la revolución no
hay delito sino “lucha de clases”
Que “el extraño incidente de
Quinta Crespo” como lo calificó Maduro; el martes 7 de octubre,; haya sido un
enfrentamiento entre bandas; o, entre el CICPC y una banda; o, entre el CICPC y
un colectivo; que haya sido masacre y no un enfrentamiento; se irá o no aclarando,
u oscureciendo; según la manipulación de los hechos que se haga; sin garantía de
nada. Lo que salta a la vista es que, sin una investigación completa y sus
conclusiones; lo que se maneja oficialmente; no explica, ni justifica; al
contrario; la sacada de Rodríguez Torres del MIJP. Al contrario; contradice la
premisa, de que en la orientación
político-institucional de la gestión de Maduro y el madurismo hacia una gobernabilidad;
uno de sus aspectos determinantes es el desarme de los colectivos; al menos de
algunos que bajo sus propios mandos y con franquicias chavistas; se mueven en las interfaces entre el delito
común, “por cuenta propia”, y el delito
“político” tarifado y en nómina. Simbiosis a partir de la que en la revolución,
ya no hay “delitos” sino “lucha de clases”
.-II-.
.-*Los colectivos ni
sacaron a Rodríguez Torres ni gobiernan.
Hay “colectivos”” y
“colectivos”. Con muchas diferencias entre ellos. De forma tal que no tiene soporte afirmar que “los colectivos
sacaron a Rodríguez Torres”; ni que “son quienes gobiernan”. Quienes pidieron
concreta y abiertamente su renuncia fue el “Frente 5 de marzo” liderizado por
Odreman, el “Colectivo Escudo de la Revolución”, adscrito a aquel, instalado en el edificio
Manfredi; y sectores chavistas vinculados o que oportunistamente se
identificaron con ellos. La mayoría de colectivos, comenzando por los más
emblemáticos, los del 23E, no lo hicieron. Siendo que desde tiempo atrás,
algunos entes que los agrupan como el “Secretariado Revolucionario”, excluyeron
al F-5M y condenaron su actividad, según, delictual. De tal forma que si éste en
el comunicado declaró la ruptura total con el gobierno y acusó de asesinos a
Maduro, Rodríguez Torres y Cabello; en el comunicado del “Colectivo Fabricio
Ojeda”, lo condena y acusa de varios asesinatos; y de haber estado provocando situaciones, precisamente., para
que Rodríguez saliera del MIJP y para frenar la política de desarme que venía
implementando.
Por otra parte, vale pesar la
real capacidad de ese o, en tal caso, de los colectivos armados que rompieron
con el gobierno de Maduro; medir su capacidad real, fáctica y, en tal caso,
política; como para que se diga que son quienes gobiernan. Y que su presión haya
sido determinante de una decisión de tanto alcance e implicaciones; como la de sacar al ministro más importante de su
gobierno y uno de los funcionarios de inteligencia clave del anterior de
Chávez. El cortejo fúnebre de Odreman, velado en la sede del F5M en Cotiza en
su recorrido por la avenida FFAA hacia el Cementerio, no fue nutrido; al
contrario, más bien reducido, sobre todo considerando que se realizó bajo el
impacto de la muerte de su jefe y la
forma como se produjo.
La conclusión a la que se
llega es que si bien tuvo que ver; en tal caso como referencia circunstancial;
la sacada por Maduro de Rodríguez resultó de otras motivaciones más
determinantes; en nada o casi vinculadas al incidente del Manfredi.
.-*Regresando de Cuba,
Maduro saca a Rodríguez Torres.
Momentos antes de ser muerto,
Odreman responsabilizó a Rodríguez Torres de lo que le pasara; de ser quién
estaría montando “esos escenarios” en
los que “están matando a los camaradas; se entiende que se refería a Montoya,
Otaiza, Sierra,…. Horas después, Maduro, anunció que había “ordenado investigar ese extraño
incidente”. Hasta la fecha trascurrido casi un mes, no se conoce información
oficial de los resultados de dicha investigación. La FGR ordenó privación de
libertad de 6 funcionarios; orden acatada y ejecutada por la Directiva Nacional
del CICPC; aunque declaró oficialmente que el cuerpo respaldaba a sus
funcionarios y que los apoyaría poniéndoles “los mejores abogados” para su
defensa. Luego el día 19 el Presidente viajó a Cuba al ALBA sobre el EBOLA; y a
solo horas de regresar, el 24, sin explicación ninguna, anunció la destitución
de su ministro político. Horas después, igual sin explicación, la sustitución de la directiva del CICPC; y la
del comandante de la GNB; cuerpo que, hasta lo que se sabe, no tuvo nada que
ver con los sucesos.
.-*Rodríguez, según, de
hecho sería responsable de la
infiltración de las policías
Luego del enroque, precipitado;
de la Contralmirante Meléndez al MIJP y del General Padrino a Defensa, sin salir
del CEOFAN; Maduro anunció la reestructuración y depuración de todas las
policías; CICPC,SEBIN ,PNB Indisimuladamente, aunque no declarado oficialmente;
la destitución de Rodríguez Torres; y la anunciada depuración policial; queda vinculada
a los, según, “masacrados”; en el Manfredi Y a la infiltración de las policías,
que sería una de sus causas; de la que, de hecho, se le responsabiliza. Resultando
todo en que, a partir de la increpación de Odremán; el ministro-decano del
gabinete de Maduro y de los organismos de inteligencia del chavismo, incluso
desde el MBR-200; es simplemente sacado; aunque sin en concreto acusársele de
nada; al contrario, agradeciéndole sus servicios, y dándole “15 días de
vacaciones”; mientras, según se le destina a otras funciones revolucionarias.
.-*Los puentes directos del
ministro con las bases chavistas
A raíz de Manfredi, algunos jefes
chavistas, a pesar de las acusaciones que se les hicieron, aunque ambiguamente,
declararon sobre el “Frente 5M” y el “Colectivo Escudo de la Revolución”; reivindicando
sus relaciones políticas directas o indirectas con el chavismo; su
participación en el proceso. Aunque por otra parte, hubo también acercamientos y
puentes inexistentes hasta el momento; entre el gobierno, el madurismo, y los
colectivos; en general y en concreto, con algunos de los más emblemáticos. Todavía
ministro, Rodríguez Torres, se reunió en su sede con la directiva del “Alexis
vive”, y recorrió con ella, el Sector Central del 23E; días después. en una
segunda visita, fue entrevistado en la emisora comunitaria de ese colectivo.
Esos mismos días, gente de varios colectivos; los medios hablaron de “unos cincuenta”; trancaron la Avenida Urdaneta
frente al CICPC reclamando respeto,
etcétera; sin asumir posición ni
identificarse en relación a los hechos del Manfredi. Fueron recibidos, según
satisfactoriamente, por el todavía subdirector Rico. Y, el 20 de octubre, según,
a su propia iniciativa, el ministro participó, en la sede de la AN, en una
intensa y larga reunión, cerrada y no publicitada; con los parlamentarios y
algunos gobernadores chavistas; en la que se trató la situación, cuestionándose
fuertemente la actuación del CICPC; pero no la de Rodríguez en concreto.
.-III-.
.-*El ministro del
Interior chavista con más poder.
Contando los de Chávez; en los
quince años de chavismo; Rodríguez Torres ha sido el ministro del interior
que más poder fáctico concreto acumuló y
ejerció; particularmente más con Maduro, y, en determinadas coyunturas. Desde
el inicio de su mandato, con el “Plan Patria Segura”, soporte del primer “sacudón” del generalato
4Febreista, el 5 de julio del 2013;.y, ya este año, ante la referida, desestabilizadora,
“ofensiva fulminante profunda” de la derecha endógena chavista contra Maduro,
en febrero y marzo; exhibió y manejó más poder que Mindefensa; con mucho muy
superior al que podía ser movilizado por los otros chavismos, “4Febreristas” o,
según, cívico-militares, real o pretendidamente vínculados al “ala militar”
del chavismo. Mientras que siempre mostró un manejo político de calidad,
sobrio, nada que ver con el clásico chavista; muy superior al de todos los burócratas
jefes políticos y burócratas chavistas; y, notoriamente al de Maduro.
.-* Rodríguez Torres,
factótum del madurismo
Qué hubiera sucedido si él, en
llave con la contralmirante Meléndez en este año y medio largo, no hubieran
constituido el eje fáctico-político, soporte, del gobierno madurista; es algo que
entra en el orden de lo especulativo; no es el tema. Pero notoriamente tanto su
permanencia como ministro durante 19 meses, como su determinante protagonismo político;
corresponden a que fue sin relativismo el factótum de su estabilidad y del
impulso hacia lograr hacer prevalecer el madurismo, sobre los restantes chavismos; que fue su tarea. Fue, según, uno
de los tres participantes en la última reunión de trabajo, con Chávez, días antes de morir. De hecho, la idea, o el
“proyecto” de “madurismo”; de, desde cero, usando el Poder convertir a Maduro en el más importante líder post-chavista;
sucesor de hecho de Chávez; y, con una base sociopolítica propia; no hubiera sido ni siquiera pensable; sin los
contenidos ý manejos políticos, si se quiere cívico-militares, que Rodríguez
implementó. Manejos cívico-militares, a pesar
de la absurda militarización de la gestión actual; mayor, aunque con sentido opuesto, a la de Chávez. Hasta el punto de
que, paradójicamente, siendo un militar activo; más que Maduro, un civil, resultó
siendo el rostro civil por excelencia del gobierno, madurista. Viniendo a
colación la interesante entrevista al “Chino Carías”, uno de los jefes
históricos del Movimiento Tupamaros; un colectivo emblemático; en la que calificando abiertamente de error su sacada; considera a
Rodríguez Torres, el mejor ministro del Interior que ha habido, desde 1958
hasta hoy.
.-IV-.
.-* Una decisión que a consciencia debilita a
Maduro.
El alcance de la aunque rumeada,
precipitada, sacada de Rodríguez Torres, se mide referenciándola en el rol que
tuvo en la transición, según, hacia el chavismo sin Chávez, pero en concreto,
hacia el post-chavismo, a partir de su muerte. Político-institucionalmente su
ubicación tenía que ser el MIJP; no, Defensa. Y solo, complementariamente, para
atender las funciones político-institucionales propias de ese ministerio; es
decir, la cuestión de la inseguridad y la violencia social; y política interior;
etcétera. Porque, como va dicho, su tarea principal, concreta, como ministro
político, fue imponer a Maduro en el
marco de la lucha interna, inicialmente pareja, por encima de los demás chavismos cuales quiera que fueran. Cabe volver a destacar que la
decisión de sacar a Rodríguez; fue anunciada luego de más de dos semanas
de Manfredi, a su regreso de Cuba y su
reunión con Fidel, y, seguro, con Ramiro Valdés. Sobre lo que hay, es
inevitable, que colegir que habiéndose cocinado
en ella; se indujo, definió y programó su
ejecución, a consciencia del serio debilitamiento del gobierno que conllevaba.
.-* Una inflexión: ahora
madurismo solo con Maduro.
Como han afirmado el jefe
tupamaro “Chino Carias”, y otros cuadros de las nomenclaturas chavistas; los
colectivos no sacaron a Rodríguez Torres. Quién lo sacó fue, Maduro; Maduro y, según,
“El Estado Mayor de La Revolución”. Y, no en el sentido, de que “el Presidente
es quién pone y quita”; ni porque, como él mismo dijo, ”los cargos no son de
nadie”. Sino que fue una decisión política; de alcance estratégico; sin nada
que ver con ningún otro evento ni circunstancia concreto. Fue una inflexión en
la estrategia original de desarrollo del madurismo, trazada e iniciada su
implementación por el propio Chávez; cuando en los primeros meses del 2012,
antes de la campaña presidencial, con el pretexto de la candidatura de Jaua
para Miranda; sin más, enrocó a Maduro de la cancillería a la Vicepresidencia.
Así, y definitivamente, la
sacada de Rodríguez Torres del MIJP, no fue sino una inflexión en la estrategia
sucesoral del propio Chávez; marcada por el “Estado Mayor de La revolución”;
que, asumió aprovechar las circunstancia, del Manfredi y de Serra
particularmente; para sacudírselo. Para sacudirse, precisemos, nó, a quién,
como ha circulado, con el tiempo “se vino convirtiendo” en el superpoder; con
“proyecto propio”, etcétera. Sino, aparte lo cierto que haya en ello; se sacudieron a quien, desde los últimos meses
y hasta de los últimos momentos de Chávez, fue cargado por él, con la tarea de
ser el factótum de la implementación y
desarrollo del chavismo-madurismo. O sea que, y dicho rápido: Maduro y el “Alto
Mando Revolucionario”, se sacudieron,
del último Ministro del Interior nombrado por Chávez.
.-V-.
.-*Increíble que realmente Maduro sepa lo que hizo
Salvo que, conscientemente se propusiera, darle el “palo a la lámpara”, o,
“trancar un juego seguro” para
“regalarlo”; o, chavistamente,“jugarse a Rosalinda”; no cabe en la mente que
Maduro realmente sepa lo que hizo o indujeron a hacer; de su muy largo alcance.
Pretender el madurismo sin Rodríguez
Torres,, hoy; a casi dos años de entonces; es pretender regresar la película a enero-febrero del 2013;
cuando nacional e internamente en los chavismos, y en el país, todo era
incertidumbre; cuando nadie sabía qué iba o podía pasar; ni nadie tenia claro
qué hacer. Cuando la única referencia que había, la única, hasta para las
oposiciones que la asumieron sin más; fue la última voluntad de Chávez. Ultima
voluntad, encriptada; además de confusa, políticamente enrevesada y de costosa
implementación. Hoy es peor. Al rebobinar se muestra que aquel escenario ya no está. Que hay es una
coyuntura ya totalmente inestructurada y más cargada de incertidumbre y, además, de
un deterioro acumulado en todos los
planos y aspectos de la vida nacional. Sin Maduro disponer ahora de aquel halo de sucesor
testamentario aceptado, universal, aunque circunstancialmente, para la
continuidad chavista, así en genérico, a
la que entonces todos los chavismos jugaban. Halo a partir del cual la retórica coral
de la “unidad en Chávez”; de los “hijos de Chávez”, de “Chávez vive la lucha
sigue”, etcétera, funcionó; permitiendo al chavismo, y el país, llegar sin
mayores traumas a las elecciones presidenciales de marzo y diciembre.
Fue a partir de Enero de este
2014, ya en el post-chavismo, que se desató la lucha interna entre chavismos, que
ha sido hasta hoy; y en perspectiva seguirá siendo; el epicentro de la crisis
política y político-institucional nacional. La precariedad y regresión en cuanto a gobernabilidad en que hemos
estado, no es superable; ni manejable; sin una coherencia básica en la gestión
pública, en el ejercicio del Poder; que
no es posible, mientras la capacidad concreta de gestión, esté ocupada en hacer para sobrevivir a la confrontación entre factores internos
de Poder.
La gestión de Maduro, durante este 2014, estuvo atrapada en esa
lucha interna; logrando cierta iniciativa y control relativo de las
situaciones, solo a partir de mediados de año, cuando comenzó a ganar terreno,
hacia una cierta gobernabilidad; al derrotar y neutralizar, determinantemente
desde el MIJP, las continuadas desestabilizaciones y saboteos antimaduristas chavistas,
particularmente, de la “derecha endógena”; el más agresivo y
ambicioso de los chavismos.
.-* Hacia la dispersión
y caotización final de los chavismos.
Tal avance hacia una cierta
gobernabilidad; no sobre una hegemonía
como tal; pero si sobre la preminencia del madurismo en la diáspora chavista, política y militar; avance que
apuntaba hacia un manejo más o menos
consistente de la crisis nacional; se para en seco y revierte con la sacada de Rodríguez Torres del MIJP; y las secuelas ya evidentes de ese tajo.
Secuelas que, muy indicativo, no llegó a haber, cuando los sacudones anteriores;
ni cuando el del drástico pase a retiro del generalato 4Febrerista, ni, cuando,
los de Giordani, de Ramírez
y Jaua. Y que no se esperaban, desde que fue puesto en marcha hacia su concreción final el de Diosdado.
Sucedía que los chavismos cada
vez más dispersos, fragmentados desentendidos y “rebullendo” todos entre sí;
sin embargo sobrevivencial-inercialmente orbitaban en torno al centro gravitacional en que, fácilmente, se
constituyó la gestión madurista-“chavista”; todavía sobre el cansón y hueco caletre de la polarización
antipuntofijista. Esa inercia orbital de los chavismos se mantuvo,
determinantemente, por la superioridad de poder fáctico; independiente y más
eficiente que cualquiera de la FAN; conformado, mantenido y ejercido consistentemente
y sin que le temblara el pulso, por Rodríguez Torres desde el MIJP; mismo desde
el inicio de la presidencia de Maduro. Su sacada del ministerio significa la
desaparición del centro gravitacional de los chavismos; que muerto Chávez, fue
lo que permitió que lo siguieran siendo;
con lo que su dispersión y caotización crecientes serán imparables.
.-VI-.
.-* Maduro ni el
madurismo fueron la transición al post-chavismo/post-puntofijismo
Las películas se rebobinan los
procesos sociales y políticos, no. No es posible volver a los escenarios de
marzo del 2913.Ni siquiera, tampoco al muy reciente cuando regresando de La Habana, el 24 de
octubre Maduro sacó a Rodríguez Torres del MIJP. La crisis política, general,
pero particularmente dentro de los chavismos, con impronta en la gestión
gubernamental y la vida nacional,
previsiblemente se profundizará inercialmente. Y no se trata, no es importante,
de que el proyecto del madurismo ya no
tiene vida; que no la tiene; como tampoco la tiene Maduro; ni el uno ni el otro
van, en tal caso, más allá del 2016 o del 2019.Se trata de que, demostrada la
inviabilidad del “chavismo sin Chávez”; la transición que ese proyecto del
madurismo conllevaba, que viabilizaba la vida nacional, hacia el post-chavismo;
y, más aún hacia el post-chavismo/post-puntofijismo,; se frenó y canceló.
Aparte de que hubiera o no
consciencia de ello; aparte la retórica y del propósito consciente que
tuvieran; Maduro y el madurismo en
promoción; y a pesar de sus insuficiencias y meandros; venían haciendo viable una
transición histórica; asimilable,
guardando las distancias, a la que viabilizaron López Contreras y el lopecismo
a fines de los treinta del siglo pasado; entonces del gomecismo al
post-gomecismo; que se concretó en la transición de la Venezuela del siglo XIX
que terminó con la muerte de Gómez en 1936; hacia el siglo XX, que, como
alguien dijo, fue entonces cuando
comenzó para los venezolanos.
Chávez fue el último
autoritarismo venezolano legitimado representativamente del Siglo XX. Ya en el
post-chavismo, es ahora cuando nos toca políticamente entrar al siglo XXI. Maduro
con su madurismo, como López con el lopecismo entonces; podían haber protagonizado;
estaba dándose; nuestra transición hacia
el siglo XXI. No fue así. Por lo visto, ni siquiera la consciencia de esa
perspectiva la tuvo. Aunque es seguro
que Fidel y Valdés sí la tuvieron; cuando lo empujaron hacia atrás.
Caracas noviembre 2014.
No hay comentarios:
Publicar un comentario