2 jul 2014

Notas sobre la carta de Giordani, la deschavistización y el postchavismo

.-*Maduro deschavistiza su gobierno.
Algo a lo que no se ha puesto atención en relación a la carta de Giordani es al contexto en que Maduro lo destituye. Estando sí bastante claro que hacerlo le era indispensable en su requerimiento de vida o muerte de definir políticas que le permitan lograr alguna gobernabilidad. Para lo cual una de las trabas principales era él. Pero el aspecto más importante que contextualiza tal medida; es el de la deschavistización de su gobierno que, entre otras cosas se expresa en su militarización extrema, mayor que la de Chávez. La sacada de su alter ego y apuntador durante veinte años;  es un acto clave  de esa deschavistización, de la burocracia gubernamental; y de una nueva orientación político-administrativa que intenta desarrollar. La sacada de Barrientos, antes la de Samán, y luego  hacer investigar a Sader. La reciente sacada de Osorio de CVG y la eliminación del de los REIS como entes con rango ministerial; y la sacada de  Daniels de la “Comisión Guyana” de la Cancillería. Mencionando  solo algunos de los más significativos hombres de Chávez últimamente desplazados por Maduro; son demostrativos de la voluntad de darle otra identidad y otra orientación a su gobierno.
.-* Una carta golpista.
Igualmente vale visualizar el propósito de Giordani al lanzar su carta; al menos de entrada, con  menos impacto profundo, en los chavismos, que el video de Mario Sliva y el G2 hace un año. A pesar que aquella gigantografía de la corrupción medular chavista, no provocó, entonces, ni en una mínima proporción las reacciones cupulares que éstas de  ahora. La de Giordani, es “una carta a García”; sobre todo por lo pormenorizado,  tendencioso y selecto de su contenido, tiene un destinatario; es un informe a alguien. La referencia concreta, detenidamente acentuada, a la pérdida de  “la unidad cívico-militar” que se estaría dando; y a los efectos que, según, ello conlleva. A pesar, de la referida extrema militarización del régimen de Maduro; insoslayablemente lleva a la consideración de que esa carta está dirigida a  militares que sí estarían ganados para preservar el “legado de Chávez”. Y que no son los que  están en gobernando con Maduro. En otros términos se trata de una carta golpista. Siendo que, tratándose del ministro estrella de Chávez, despedido por su sucesor; o pretende ser una apelación a la consciencia chavista, 4-febrerista, que aún habría o quedaría en las FANB; a pesar del proceso de deschavistización que en ellas se ha venido dando. O, es que se está alineando con “la derecha endógena”, chavista; Cabello, Ameliach, etcétera; que viene confrontando y entrampando a Maduro, precisamente sobre acusarlo de incapaz, de “conciliador con el capitalismo”, etcétera, y de que en sus manos ese está perdiendo “el legado de Chávez”. Que es lo más grueso que se plantea en la carta de marras.


.-*Nadie en los chavismos, ¡ni siquiera Maduro!, niega lo que Giordani señala en su carta.
Tal sentido golpista de la carta de Giordani explicaría, aunque en parte,  la intensidad con que, al menos aparentemente sorprendido respondió Maduro  y el alcance que le dio. Pues alguna reacción  tenía que haber previsto, incluso fuerte; aunque no golpista; al ser despedido o destituido, quién durante veinte años fue el inspirador y “teórico” más involucrado en los  aspectos clave del manejo del propio Chávez de la economía y sus delirios orwelianos, panópticos. Y que, antes y más que cualquier otro, fue el oráculo del Socialismo del Siglo XXI.
Y junto a la inconcebible reacción, personal, doméstica, de Maduro; jefe de Estado causante de la carta de Giordani; las reacciones, de las cúpulas chavistas de todas, a favor, en contra, imparciales o ecuánimes; incluidas las de los aliados del  GPP,  han sido demostrativas de que realmente estamos en el postchavismo. Demostrativas de la inestructura que hoy es lo que en un tiempo fue el chavismo.; de la crisis terminal en que está. Giordani, y quienes se solidarizaron con él; son acusados de traidores, contrarevolucionarios, tontos útiles por los más agresivos e intensos. Por los menos intensos, son cuestionados por hacer públicos sus señalamientos; por “desconsiderados”, por “injustos”. Por “desleales”. Mientras que solo unos pocos  se han resteado en su defensa.  Sin que nadie, ni los unos ni los otros, precise en concreto, más allá de supuestos no explícitos; porqué los considera de una u otra forma. Con la particularidad de que nadie, ni siquiera Maduro mismo niega la verdad de lo que Giordani señala. Se le acusa de no decir todo, sino parte; de ser corresponsable, de la crisis que denuncia, y responsabiliza a Maduro, sin una sílaba de autocrítica. Pero no de que sus acusaciones son falsas. Lo que muestra la consciencia que hay en los chavismos de la crisis en que están y la situación de entrampamiento en que se encuentran Maduro y su gobierno. Y, “la revolución”. Cabello, según, defendiendo a Maduro, lo que hace es preguntarse, si “la crítica es más importante que la lealtad”. Por su parte, Jaua declara que “ninguna incomodidad justifica descolocarse”; y Carreño que Giordani y Navarro son “tontos útiles”. El PCV llama a discutir y luchar contra la corrupción y se reúne con el denunciante; y el PPT declara que Giordani debería haber ido a la CGR y a la FGR a hacer sus denuncias. Dicho en criollo: “tienes razón pero vas preso”.
El aspecto más indigerible de la situación en que están los chavismos a raíz de la carta de Giordani, es el resteo, notoriamente simulado, en que se ha colocado la derecha endógena, chavista, en defensa radical de Maduro; la más estridente, altisonante. Aunque siemprel sin negar la verdad de los señalamientos de su carta.  Simulado, porque precisamente han sido los sectores chavistas de derecha fascistizantes el verdadero y principal enemigo, interno y externo, de Maduro. Quienes encabezan el antimadurismo, que desde diciembre  han confrontado, saboteado y empujado a entramparse al gobierno; hacia sus peores y  políticamente más costosas actuaciones.
Mientras que lo más sintomático de la fase terminal en que está; es que el chavismo como dimensión sociopolítica real, viva, el chavismo de base, no aparece por ninguna parte. No es convocada. El  enfrentamiento  Giordani-Maduro, igual que el Mundial de Brasil, es visto por los chavistas de a pie, como por el resto de los venezolanos, como televidentes. Sin participación; y con la diferencia de que, según lo que se pulsa en la calle, en general la gente, salvo los activistas,  no  avala  ninguna posición.
.-*Las verdades de Maduro, Giordani y Silva-G2: ecosonograma de la metástasis terminal del chavismo
A Héctor Navarro, un fijo de Chávez para lo que fuera; en los noventa corredactor con Giordani de “Para salir del laberinto” y de la “Agenda Alternativa Bolivariana”; miembro de la Dirección Nacional del PSUV; por solidarizarse con él y pedir a Maduro respeto y que se discuta su carta; lo suspendió de su cargo de dirección el “Tribunal Disciplinario” sin  ni siquiera reunirse. Ante lo que Maduro,calificándolo de traidor, de desleal; anunció que ira al PSUV “a decir alguna verdades”. Pero no a debatir ni revisar nada. Por el contrario,  exige “lealtad absoluta”.   
Aparte lo obscuro y encogido de la personalidad de Giordani; de su dogmatismo catecísmico albanés; de los indisimulados resentimiento  y sentido golpista de su carta. Aparte igual de  lo que no dice ni menciona; y de lo sesgado de lo que dice. Su carta pone de bulto cuestiones de fondo,  procesos estructurantes absolutamente descalificatorios del chavismo como “proyecto”, de los discursos del Socialismo Siglo XXI, del bolivarianismo, de “la revolución”. Del propio Chávez naturalmente, de sus cortes de “rodilla en tierra”; y de él mismo y su gente. Con solo lo que Giordano selectivamente  muestra y apunta; sin lo que a consciencia deja de lado; del chavismo y del “legado de Chávez”, no se rescata nada. No ya por ética o consciencia revolucionarias, en el supuesto de que las hubiera; sino que hasta por un básico instinto de sobrevivencia, de pudor; lo menos que Maduro y las cúpulas chavistas tendría que asumir  es abrir el debate. A pesar de que no haya ni capacidad ni disposición ni mecanismos para ello. Que nunca los hubo, no la hay y difícilmente ahora se intente seriamente que los haya. Pues, y obviamente, para quién ha declarado que pedir la renuncia de  Maduro es parte de un magnicidio; y que cualquier crítica protesta o propuesta de debate es desestabilización y guerra económica. El solo levantar la mano para pedir el derecho de palabra constituye terrorismo. Aunque, en realidad, tienen razón. La debilidad e inconsistencia medulares de los chavismos y del régimen de Maduro no permite ni una duda.     
Y hay que preguntarse, ¿cuáles “algunas verdades” y, a quién? va a decir Maduro en la Dirección del PSUV . Quien lo ataca, en el caso concreto, es Giordani; no la dirección del PSUV,  que, aunque controlada por la derecha endógena, en este momento está, según, resteada con  él. Tanto que suspende a Navarro; por una solidaridad casi filial. Que, por cierto; las “verdades” que, según,  Maduro dirá en el PSUV; además de las que no diga, que al menos en  parte estarán entre las que dice Giordani en su carta. Juntadas con las del video Silva-G2; la mayoría de las cuales, seguro que ninguno de los dos dirá, pero que completarán las de  ambos; nos darán el ecosonograma de máxima resolución del chavismo en su metástasis final.
.-* El principal enemigo de Maduro, es interno; pero no “la izquierda trasnochada”, sino “la derecha endógena”.
Difícil determinar si realmente se lo cree; o si es retórica de conveniencia. Pero al Maduro declarar que “ni la izquierda trasnochada ni la derecha guarimbera” lo sacarán; apunta exactamente  180o grados en el sentido opuesto de donde está su verdadero y principal enemigo real, concreto. La amenaza real, concreta, que ha hecho y seguirá haciendo para, socavarle el piso, y lo ha saboteado continuadamente, no es ni lo que representan Giordani, Navarro, Osorio y demás; ni “la trilogía del mal”, López, Machado, Capriles, Ledezma. Su verdadero y más irreductible  enemigo es interno; habiéndoselo demostrado; y de lo que su equipo tiene que tener plena consciencia. Comparte con él el poder, “el proyecto”, el discurso, el ADN de Chávez; está con él en las tribunas de los actos. Estuvo con él en la del 24 de junio. Y aunque igual no tiene, como Maduro, mayor liderazgo propio, ni civil ni militar; y fue puesta a dedo por Chávez; mantiene el control de la Dirección y los mandos  del PSUV. Es el  grupo mafioso que internamente en los chavismos, desde tiempo atrás, es identificado como “la derecha endógena”; constituido principalmente por Diosdado Cabello, Francisco Ameliach, Rangel Gómez, Carrizales; que reclamándose los verdaderos compañeros de Chávez el  4F; “comacates” de entonces; se consideran sus verdaderos herederos y sucesores. Y no reconocen ni el liderazgo  ni la legitimidad ni la capacidad de Maduro para preservar “su legado”.    
Aunque dijo que pasaba la página con ellos; en el supuesto de que, como anunció, “para decir algunas verdades”, finalmente  se reúna con ella; que Maduro asuma a la dirección del PSUV como el espacio para dirimir la confrontación en su contra de Giordani y Navarro, la “izquierda trasnochada”; se constituiría en la trampa perfecta, a él, de la derecha endógena. Tan perfecta, que él mismo la planteó, y  se metería en ella motu proprio, por sus propios pies; además, bajo los efectos del “bajeo” del montaje que le tiene del “magnicidio” Con la significación política interna que ello tendrá; de acreditar el supuesto resteo total en su defensa por parte aquella; resteo bien  mal escenificado en el que nadie cree Y, de más significación todavía, al constituir  el  espaldarazo legitimador, ya sin  Chávez que fue quién la puso a dedo y sostuvo; de reconocerla de hecho como la dirección del chavismo. Siendo como es una dirección burocrática descalificada  y cuestionada  internamente por todos los chavismos a todo nivel; que piden su salida. Y que rechazan que el IIIer Congreso del PSUV de ahora Julio, no la renueve.   
.-* La trampa: Maduro legitimaría el control del PSUV por la cuestionada “derecha endógena”, su principal enemigo.
El PSUV no pasa de ser un buró de gestión y coordinación política de  aprovechamiento y manipulación corrupta a gran escala de los recursos y posibilidades del Estado; sin ninguna vida interna partidista real; mucho menos democrática. Activado en función de los intereses personales y grupales, político-empresariales, de algunos de sus jefes; que junto a los gobernadores, son quienes lo manejan. Que, como ya señalé, en contra la voluntad de las bases chavistas fueron puestos a dedo por Chávez, luego de las últimas primarias internas, y para las últimas  elecciones regionales de diciembre del 2012. Su existencia, como burocracia partidista simbiotizada con la del Estado; hasta hoy, garantía de las cuotas de poder que tienen sus jefes; y de su enriquecimiento por el control de las grandes contrataciones del Estado; se mantiene políticamente, precisamente a partir de la manipulación, del chantaje, de la ficción de la unidad chavista. Lo que nos remite  a la idea de  Maduro meterse en la trampa de reunirse con su dirección; porque  a pesar de su carencia de liderazgo, de la precariedad e inconsistencia de la base sociopolítica que realmente tiene; él no necesita ni le debe nada a la burocracia psuvista. Su permanencia en el gobierno no ha dependido para nada  de su apoyo. Mientras que ella si depende de la unidad de los chavismos; de la cual, a pesar de las verdades de Giordani, de sus errores e insuficiencias; él Maduro y su gobierno, por razones obvias, son la única referencia que queda a los chavismos. Una crisis interna declarada, abierta, una división en los chavismos, en el PSUV y en su relación con el gobierno; se proyectaría a todos los ámbitos de las instancias político-institucionales de Poder manejadas por ellos; incluidos AN y CNE, por solo nombrar los dos más importantes; dejando sin su control a la mayoría de los burócratas chavistas, oportunistas muchos, rechazados por las bases. Que sobreviven, precisamente a partir de la retórica de la supuesta unidad chavista, revolucionaria, etcétera. De la retórica de la necesidad de la unidad ante la supuesta ofensiva externa.
.-* Los dilemas de Maduro: ser o no presidente de la transición.
En el chapoteo en que se mantienen Maduro y su gobierno, de incertidumbre, improvisación, incoherencia; de corrupción generalizada;  está atrapado en dos dilemas; uno determinado por el otro; que no logra resolver. Aunque por momentos da muestras de que lo intenta. Uno, el determinante, es el dilema entre ejercer el poder que tiene, para garantizarse seguir en él indefinidamente; manipulando clientelarmente sin límites  los problemas de la gente en función de eso. O, al contrario, utilizar el poder y sus recursos, para acometer y resolver realmente, como prioridad, los problemas del país, de la gente.   
Chávez, como muchos autócratas mesiánicos, tanto en nuestra propia historia como en la mundial; no se planteó nunca ese dilema. Como, por cierto, lo muestra Giordani en uno de los más importantes contenidos de su carta; en el que se refiere a la emergencia del 2012. El nunca dudó de que los recursos de que disponía y lograra  disponer, eran, por encima de todo, para utilizarlos a discreción, en función de mantener y concentrar al máximo el Poder; como fuera; sin necesariamente nada que ver con la solución concreta de los problemas de la gente; salvo asumir los inevitables costos del clientelismo indispensable en que soportó su régimen,
El otro dilema, correlativo al anterior y que lo supone resuelto; es entre dedicar los recursos subjetivos y concretos de poder; con  la superioridad fáctica  relativa, coyuntural, que hoy tiene sobre los otros chavismos; a imponerse como el líder único e indiscutible de la revolución bolivariana; como el verdadero sucesor y continuador de Chávez; acatado por todos. Y, lo contrario, aprovechar tales recursos y ventajas relativas que todavía tiene, asumiendo que ya estamos en el post-chavismo; para promover y conformar el que sería un gobierno de transición. Hacia promover dinámicas que apunten hacia que el país vaya saliendo de la crisis en que inercialmente está.
Cáiganos eso como nos caiga; el hecho es que la vida y la política nacionales, sus dinámicas estructurantes, concretas, aún sin Chávez; todavía hoy orbitan en torno a ese agujero negro que es la crisis interna de los chavismos; en su deriva final ya en el postchavismo. En la deschavistización general de las relaciones de Poder, burocráticas y militares montadas desde el 2002. Y dentro de esa crisis interna, y esa deschavistización; en el marco de la anomia e inestructura que hoy es el país; el único factor político-institucional, militar, civil, con capacidad fáctica relativa y coyunturalmente superior a las de los demás factores, chavistas y no chavistas; con capacidad para provocar impulsos importantes en la sociedad; aparte las insuficiencias e incapacidades que lo caracterizan, es  Maduro y el madurismo. Quiere decir que, en el horizonte de lo previsible, a la vista; lo que suceda en el país en el futuro inmediato, dependerá determinantemente y en el lapso, de lo que haga su gobierno. Y, de en cuales términos, opción y descarte, resuelva los dilemas arriba apuntados.  
Si Maduro y su equipo optan por llevar adelante la transición; con base a una  gobernabilidad básica inmediata; hay recursos y potencialidades de sobra; y disposición en todos los sectores y niveles para ello. Se podrán crear condiciones para frenar y revertir  la inercia actual hacia el colapso total, en que hoy está el país, de chavistas y no chavistas. Sobre la despolarización en que hoy ya se ubica la mayoría de los venezolanos; pueden abrirse perspectivas de desarrollo nacional, hacia adelante; trascendiendo el autoritarismo militar y militarizante con capitalismo de Estado que Chávez implantó  Sin regresar al  autoritarismo civil partidizante puntofijista, neoliberal. En función de tal perspectiva, existe una subjetividad nacional madura suficiente; propicia a una verdadera socialización del Poder; que es lo que históricamente hoy se plantea la Humanidad; y el país; mediante la ciudadanización de la política y las relaciones de Poder. Sobre el ejercicio universal de la soberanía ciudadana. Así, en un lapso probablemente corto, estaríamos moviéndonos hacia un desarrollo socioeconómico sostenido; con máxima inclusión social; enmarcado en un régimen político de verdadera y soberana participación universal ciudadana.
Si, por el contrario, se deja empujar por la pretensión de convertirse en el líder  de todos los chavismos; desde la “derecha endógena” fascistizante, hasta las izquierdas, estalinista, “trasnochada”, clasista. Y del país. Si entra  en la trampa de la imposible unidad del chavismo que promueve la “derecha endógena”; reconociéndola y legitimándola como la dirección del PSUV y del chavismo. Y se enreda en la implantación del “Estado Comunal”, imponiendo la aplicación del “Plan de la Patria”; con el delirio de Chávez de que con él va a poder controlar el país y eternizarse en el Poder. Entonces, la inercia caotizante actual continuará y se profundizará; hasta la parálisis y el colapso total del país. Cuando, estamos cerca, la renta petrolera y el endeudamiento, ya hoy en niveles críticos; sea tan insuficiente, que los mecanismos de financiamiento del clientelismo interno tengan que desmontarse, no a pulso como están siendo hoy; sino abruptamente. Punto de saturación que ya está pendiente. Y entonces, sea hecho irse del Poder; no por la MUD ni “La salida” ni “la trilogía del mal”; ni por golpe militar, ni magnicidio. Ni por el golpismo antimadurista interno “cívico-militar”, de “la derecha endógena” o el de “la izquierda trasnochada”.  Sino por la gente; por la calle, sí. Pero sin nada que ver con ningún factor ni chavista ni puntofijista de Poder.
Si es por la retórica, ambigua y contradictoria como siempre; hay que esperar que se vaya por la opción delirante. Si es por algunos aspectos concretos, macroeconómicos y hasta macropolíticos; pudiera ser que se fuera por la de encontrar alguna gobernabilidad. Y ser el presidente de la transición.

Caracas Junio 2014.

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