.-* Maduro se “deslastró” de los militares del 4F
La importante entrevista de
Sofía Neder al vicealmirante Rafael Huizi Clavier, del Frente Institucional Militar,
(EN 11.08.13), periodísticamente se promocionó en sus referencias a la
corrupción en las FANB y a la cuestión fronteriza; enmarcadas en su sobria
visión crítica general de la situación militar actual. Pero en sus respuestas a
Neder, Huizi, sin énfasis y solo como referencias, hace afirmaciones de gran
alcance y significación políticas; concretamente en relación a los mandos y al
poder militares internos; que, según, hoy están configurados muy diferentes a como cuando
Chávez; y a como los dejó a su muerte.
A una pregunta de la
periodista sobre “el cambio generacional en la FANB”, el vicealmirante
respondió: “A Maduro le tocó deslastrarse
de los militares del 4F y dejar ese tejido limpio Muchos estaban señalados de
estar incursos en el narcotráfico con antecedentes de corrupción. Los militares
que emergieron, en su mayoría, vienen haciendo su carrera con méritos”.
.-* Un 5 de julio no rutinario
De entrada, lo importante de
la afirmación de Huizi, mas que autorizada por lo demás, es que da base a la
percepción que algunos tuvimos, de que el 5 de julio en la FANB sucedió algo bien
determinante; nuevo, nada rutinario; mucho más allá de los anuales previstos
ascensos, pases a retiro y nombramientos militares. Por una parte, y en lo institucional, los
candidatos a que más fuerte se apostaba como posibles ministro de la defensa,
fueron pasados a retiro; aunque luego fueron a otros destinos de la burocracia
chavista; pero sin nada que ver con lo militar. Quedaron solo Meléndez y
Rodríguez Torres; ella en el despacho y él en el MIJ; dos del generalato
chavista, que si también se les mencionaba en las enumeraciones más amplias de
posibles ministro; no estaban entre “los favoritos”. Vale destacar, en
concordancia con la apreciación de Huizi Clavier, que la ministro Meléndez, no
participó el 4F; ni el 27N en el golpe, de su fuerza, la Armada; jefatureados
por Gruber Odreman y Cabrera Aguirre; que al contrario, entonces ella enfrentó
activamente a los golpistas. Además, que entre los más destacados altos oficiales
retirados no-chavistas, se le reconoce
competencia y haber hecho “su carrera con
méritos”, (Huizi dixit).
.-*El hecho de poder, mas importante desde
el 2002
La primera consideración que
hago en esta nota; sin entrar en el tema; es que Maduro, como tal, no tenía
entonces, ni tiene ahora, poder propio para liquidar de una vez, como hizo, a
todo el generalato, básicamente del 4F, como señala el vicealmirante, mediante
el que Chávez ejercía su control y manejo de la FANB. Sobre todo, porque el poder
institucional, y el poder político de que dispone, siendo presidente por
designación; y además, electo por carambola y fraudulentamente; sin base
propia; no dan como para equipararse ni confrontar a ninguno de los cuatro o
cinco generales que, antes en nombre de Chávez; pero luego en el suyo propio; tenían “mando de tropa”;
poder de fuego real. Además de que, todos, “de quién a quién” aspiraban y
ambicionaban por igual. Y que sin embargo, “Maduro”, sin más, los pasó a
retiro. Cómo, sobre qué bases y con el uso de cuál poder fáctico lo hizo; no es
tema de esta nota. Pero sí vale destacar que desde el punto de vista de las
relaciones fácticas de poder; es el hecho más importante, de más alcance y
trascendencia, que se ha producido en la política nacional, dentro del régimen
chavista, desde la postración y muerte de Chávez. Pero incluso hasta desde más allá, desde el 2002.
.-* No hubo ni hay “Chavismo sin Chávez ”
Pero lo que motiva este comentario,
aunque a partir de lo anterior, se refiere más específicamente a la dinámica
política actual. Concretamente a lo que, ya antes reiteradamente planteé, la
imposibilidad de que hubiera alguna variante de “chavismo sin Chávez”. La
liquidación, haya sido como haya sido, del generalato del 4F, no es más que un
aspecto; de gran alcance cierto; pero uno más; en el desmontaje de la
estructura y el cuadro de gestión y ejercicio del poder montados por el propio
Chávez; y que quedó al desaparecer. De la burocracia, los impulsos y prácticas
ejecutivos, y del discurso chavista, de Chávez, hoy no queda prácticamente
nada. Mismo desde que Maduro asumió como vicepresidente encargado de la
Presidencia, se evidenció un manejo gubernamental diferente; notoriamente con
otros protagonismos; enmarcado en actitudes más abiertas, menos
confrontacionales; que a pesar de la retórica de la “continuidad” y la “radicalización
de la revolución”; a pesar del “Chávez vive la lucha sigue”; indujeron con
base, a pensar en que se trataba de que se estaba dando alguna forma de
racionalización de la política oficial; nueva; negada durante todo “el proceso”.
.-* Desmontando el modelo chavista
Luego del 14A, ya presidente,
lo que parecía un manejo circunstancial, atribuible a la transición y lo
imprevisto de la situación sobrevenida entonces; se convirtió, si no en una
política, sí en una serie concatenada de decisiones por las que fueron, y siguen
siendo sacados del escenario gubernamental, uno a uno todos los mas permanentes
y conspicuos “hombres de Chávez”; los mas fijos. Ministros, presidentes,
directores y jefes de entes gubernamentales, en todas las áreas y niveles de
ejercicio, decenas, fueron en su mayoría sacados de la burocracia; y algunos,
los menos, enrocados. La confrontación, “anticapitalista”, “antimperialista”, y
hasta la “antiamericana”, se ensordinó; junto a avanzar abiertamente en la
diplomacia del restablecimiento de relaciones, intercambios y hasta posibles
colaboraciones; con los que hasta solo semanas atrás, todavía vivo Chávez, eran
el diablo; eran “el enemigo”, “la derecha”; según, siempre amenazante,
desestabilizador, magnicida; siempre arqueado, tenso a punto, esperando el momento propicio para saltar
sobre la revolución; sobre el petróleo. Internamente, el gobierno de Maduro, se
abrió hacia el sector privado; sistemática y ritualmente anatematizado por
Chávez; en todas las áreas, obvia, y hasta declaradamente, en función de poner
a funcionar al país; sacarlo del entrabamiento básico en que fue metido por él
y sus hombres. Inevitablemente, aunque sin declararlo, posponiendo, o
renunciando, al delirio chavista de implantar, el Capitalismo de Estado,
rentista-petrolero; a lo que se contrae en definitiva el “Estado Comunal”
socialista. “Estado Comunal”, del que si bien
sigue la retórica; y la aprobación y reforma inerciales de leyes para su
supuesta implantación; en el mismo seno del chavismo, hay consciencia de su
inviabilidad.
.-* Ahora sigue, la lucha sin cuartel
contra la corrupción
Al desplazamiento de los mas
leales conserjes y “ordenanzas” burocráticos, de Chávez, el ensordinamiento de
la retórica pseudo-revolucionaria, y la implementación de una nueva diplomacia,
pragmática, con la “contrarevolución” mundial; se suma ahora, con su discurso
más exaltado y hasta pidiendo una ley habilitante, una supuesta ofensiva
radical y sin cuartel “contra la corrupción”. Que, por lo demás, ya habría
comenzado, aunque inicialmente acusando y haciendo presos, operadores de tercer
o cuarto nivel de las poderosas mafias de macro-corrupción cívico-militar chavista.
Aún tratándose de directivos; una acción insignificante, en relación a la
dimensión y alcance de la corrupción nacional; verdaderamente metastásica. Que
sin embargo, a corto plazo, hasta por la misma presión y confrontación
internas, tendrá que apuntar hacia arriba; hacia sus medios y mas altos niveles, mandos y jefaturas,
cívico-militares. Hacia “los peces gordos”.
Una lucha contra la
corrupción, “sin cuartel”, como Maduro la declara; que, aparte de que en ella
involucre, manipulada, y hasta pretextualmente,
a la oposición; es claro que va, tiene que ir, dirigida axialmente hacia
esos, o hacia algunos de esos peces gordos, altos mandos y jefaturas
cívico-militares chavistas. Ello, aparte de cuál sea la proporción entre el propósito real de limpiar
o adecentar el chavismo; y su uso como instrumento de lucha interna para despejar la ruta hacia convertirse y consolidarse como una nueva jefatura.
.-* Imposible que Maduro no sepa, que hoy
cualquier corrupción en Venezuela está asociada al chavismo
Las limitaciones personales de
Maduro; en unos planos las mismas que las de Chávez; en otros,
incomparablemente mayores; sin embargo no son como para suponer que no tiene
idea de lo que significa su declaración de guerra a muerte contra la
corrupción. Que tal guerra a muerte, es, contra el alto mando, activo en
reserva y en retiro, del chavismo. Lo
tiene que saber; y tiene que saber en qué se está metiendo. Tiene que saber
que, recopilando, solo algunos, de los miles de expedientes de la corrupción
chavista; PDVAL, Antonini Wilson, Fernández Barrueco, Illaramendi, Bandes,
Velazquez Alvaray, Aponte Aponte, G2-Mario Silva, del fiscal Danilo Anderson, de
las mafias de la cabilla y las empresas básicas, del asesinato de la embajadora
en Kenya; etcétera; centenares de convenios y contrataciones milimillonarias; etcétera, etcétera; se tiene el mapa en alto
relieve detallado de la corrupción chavista; de la alta burocracia
cívico-militar chavista. Mapa interminable, en cuyos paralelos y medianos
cartográficos, hoy por hoy, luego de quince años de ejercicio absoluto del
poder; inevitablemente, tiene que insertarse cualquier plan, iniciativa o
pretensión de tráfico, lavado, intermediación, fraude, que sea; de y para lo
que sea y de quién sea; que tenga que ver con Venezuela. Maduro, tiene que
saber, que, sin relativismos, la corrupción
hoy en Venezuela es omnipresentemente chavista; que, sin alternativa, es
manejada por el chavismo. Obviamente, incluso la corrupción de la oposición o
de sectores parte de ella y sus asociados.
.-*Descartes, premisas y conclusiones;
ahora, el madurismo
Creo que hay que descartar, primero, que se trata de que Maduro no
sabe en qué se está metiendo; segundo,
que lo que pretende es cargar sobre la oposición su ofensiva anticorrupción; y,
tercero, que su problema sea sanear,
ética y moralmente, un chavismo, que por obra y gracia de Chávez, es
medularmente corrupto. Nada de eso. Toca es partir de la premisa de que la
declaración de guerra a muerte contra la corrupción, responde a una estrategia
de poder; enmarcada en la situación interna del chavismo. Aparte de quién la
concibió y diseñó; en función de él y su gente, convertirse en el mando
concreto real del chavismo actual.
Y sobre tales descartes y
premisa; y en la dirección de esta reflexión a partir de lo dicho por el
vicealmirante Huizi Clavier a su entrevistadora Sofía Neder; inevitablemente, y
hasta nuevo aviso; hay que concluir: uno,
que liquidado el chavismo en forma y contenido concretos, no hubo, hay ni puede
haber, “chavismo sin Chávez”; dos, que
la “lucha frontal contra la corrupción”, en su parte determinante, es interna,
dentro del chavismo; del sector que al menos formalmente lideriza Maduro,
contra otros y por su eliminación; tres,
que si él, y él y los factores de poder
en que se apoya, tuvo con qué,
“limpiar”, (Huizi dixit), los altos mandos militares, liquidando al generalato
del 4F que tenían el mayor poder interno; pues tendrá con qué “limpiar”, con
qué purgar políticamente a la cúpula burocrática chavista actual. Y, cuatro, que en tal contexto, de lo que
se trata ahora, es del MADURISMO sin Chávez.
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