.-*Silva la voz de Chávez;
el Aponte Aponte de los medios
Después
de Chávez, Mario Silva ha sido el vocero, más que oficioso y el rostro mediático
del chavismo; la otra voz del propio Chávez. Éste mismo decía que veía siempre
“La Hojilla”; telefónicamente con frecuencia participaba en ella; y muchas
veces la usó para anunciar decisiones importantes; “tubazos”. “La Hojilla” era
Chávez y Mario Silva su operador; el Aponte a Aponte de los medios.
Lo
que llegó a ser Silva en los medios y la política fue absolutamente por Chávez;
su capacidad y calidad reales, posibilitadas por el ventajismo y de garantizada
inescupulosidad; cínicamente ejercidas noche a noche; se muestran nítidamente
en la grabación misma. Disponía y manejaba la información obtenida, procesada y
elaborada por el G2 del que era su principal difusor. Como Aponte Aponte, era
detestado y despreciado dentro del mismo chavismo; y estaba en la mira hasta de
los de su misma calaña de la cúpula chavista; de la “alacranera” a la que
Muller Rojas se refería sobre el entorno, o, los entornos, de Chávez. De sus
siempre muy seleccionados enrocados y vueltos a enrocar entornos; siempre
mayormente conformados de miserables y resentidos, de corruptos
incondicionales, que él manipulaba mejor mientras más lo fueran, dispuestos a
todo para ser tolerados y mantenidos por él en el Poder.
.-* La cúpula chavista
ante “los chismes y opiniones personales de Mario”
Sin
necesidad de “las pruebas” que cínicamente, como siempre desde la corrupción
del poder, que es quién las tiene, el chavismo reta a que se presenten; el
fresco que Silva hace de la cúpula
chavista, del “chavismo sin Chávez”; que cualitativamente es el mismo chavismo
con Chávez; es su realidad. Es el cuadro vivo, el retrato en familia, en tiempo
real, de la cúpula chavista; de siempre; y actual, luego de su muerte. Es la
alacranera cívico-militar, descrita por Muller, en la que él se montó siempre. Nada nuevo ni diferente. Alacranera de la que, precisamente, él, Silva, era y hasta
hoy fue uno de las sus ejemplares más notables. Por lo que, explicablemente,
sin siquiera disimular, lo avala; refiriéndose al mismo, hasta ufanándose, como
a ”un muy buen montaje de la CIA y el
MOSAD”; pero sin negar, ni su existencia ni la veracidad de su contenido; ni
que él fuera quién, en tal caso, proporcionó o aprobó proporcionarle a esas
agencias de inteligencia, los componentes de tal supuesto “montaje”. Hasta twitear que “no tiene nada de que disculparse
con nadie”. Como igual lo corroboran las reacciones iniciales, espontáneas, no
oficiales, chavistas; de Carreño al calificar la grabación de “chismes y
opiniones personales de Mario”; de Valera igual. Del mismo Cabello que para
negar el debate sobre la grabación de Silva y Palacios, dijo que “en la AN no
se trataba sobre chismes sino sobre
pruebas”. Por cierto, de “un chisme”, por definición y coloquialmente, su
contenido es cierto; no es falso sino, impertinente y/o malintencionada su
difusión; diferente a lo que sería un
“falso testimonio” o una “caluminia”. La conciencia de la cúpula chavista, de
la realidad de la grabación de Silva y Palacios; y de la veracidad de su
contenido es tal, que notoriamente ha asumido no tocarlo para nada; con la
clásica “muerte del mensajero”; que se expresa en la repetitiva retórica de
Maduro, torpemente indicativa por lo demás, al descalificar ¡a Ismael García!
como “traidor, etcétera”; pero sin referirse en concreto ni a la grabación ni a
su contenido. Ni a cómo le llegó a García.
.-* La grabación no es de
Mario Silva sino del G2
Obviamente
la grabación no fue de Mario Silva; convenida diseñada y hecha con él, sí: pero
fue del G2; y del alto mando cubano; que con Palacios como escucha, queda a
consciencia y voluntariamente, en el primer plano. Quizás, a sugerencia o
propuesta suyas, de Silva, pero decidida en Cuba. Una grabación sin el sentido
que se pretendió darle; de su “informe” a La Habana, según, sobre el cuadro
actual y la coyuntura de la cúpula chavista. Siendo Silva un agente y operador del
G2; sí, su principal operador mediático; pero que lo que hacía era manejar
programada y pautadamente la información de inteligencia y contrainteligencia
cubano-chavista de ese cuerpo y que la proporcionaba; en ese acto de grabar, como
siempre, no estaba “informando al G2”,
que es el dueño de la información. Con el control de todo el sistema nacional
de comunicaciones; contenido de esa grabación, todo, lo manejan sobradamente
los cubanos, más que ningún venezolano; incluido Silva. Y en vida, más que
Chávez mismo. Aramís Palacios es o era el jefe cubano de inteligencia y contrainteligencia de la
Presidencia.
Los
cubanos habrían decidido hacerla montarla y sacarla; notoriamente, para poner en
evidencia a toda, o prácticamente a toda, la cúpula chavista en su cuadro
terminal actual. Porque ya no cuentan
con ella; o, porque en perspectiva, asumen
que ya no van a poder seguir contando con ella, como era con
Chávez. O porque asumen como política no seguir contando igual; ir tomando
distancia; des-involucrase progresivamente del chavismo actual, fragmantario y
residual; cada vez mas insuficiente; del
que en perspectiva, ya en el post-chavismo, no les cabe esperar sino
cada vez menos; y con costos políticos crecientes Hacen y hacen difundir su grabación del G2; a
pesar; o precisamente; y luego, de la visita de Maduro a Cuba y de la renovación de
las decenas de milmillonarios dolarizados convenios que se firmaron en ella.”O precisamente; luego de su visita…”; digo. Pues no puede haber sido
casualidad, que la grabación de Silva y Palacios, según, hecha recién el 14A,
sea ahora, ya ratificados dichos tratados, cuando “llega” alas manos de la oposición y es difundida.
.-* Como en la de Aponte
Aponte, en la grabación del G2 nadie se salva
Porque
no hubiera resultado creíble hacerlo diferente, o porque se asumió así, en la
grabación de Silva y Palacios, como fue en las de Aponte Aponte, de Antonini,
de Velázquez Alvaray; no se salva nadie;
ni siquiera ellos; ni Silva ni el cubano. Ni siquiera se salvan quienes son
puestos entre ”los buenos”; que se pretende
defender y presentar como los legítimos continuadores de “la revolución”; de la obra de Chávez. Muy probablemente el
formato se mantenga, cuando, quizás dentro de poco, algún ex-fiscal y/o algunas
ex-presidentas, ya excluidas de la cúpula; concluyan y actúen en consecuencia,
que es su momento de echar para afuera
todo, de lo que no, según, no habrían
sido ni los únicos ni los principales responsables y autores; y hagan como
Silva su panorámico aporte a “salvar la revolución”.
Al
adoptar la forma de un supuesto informe
interno, a la superioridad de la inteligencia y la jefatura cubana;
confidencial; Silva, ni Palacios, aparecen como atacando al chavismo, a la revolución; ni a
Maduro. Según, al contrario, estaría es defendiéndolos; salvándolos o
advirtiéndolos de sus enemigos internos; de “traidores y corruptos”
infiltrados;, sacrificándose y corriendo riesgos, en función de su continuidad.
Desde el punto de vista personal y político; la salida o sacada de Silva, a
pesar de su altísimo protagonismo con Chávez vivo, podía haber sido menos estridente
y desbastadora ; como ha sido en otros casos. De tal forma que sin otra
explicación posible; los cubanos, redefiniendo sus relaciones con Venezuela; ya
conscientes de su carencia de futuro, habrían optado, mediante la bomba de
profundidad que ha sido la grabación del G2, por aplanar, por emparejar al chavismo; de
manera que ninguno de sus sectores, particularmente los anti o no pro-cubanos en
ascenso y cada vez mas abiertos; tenga
superioridad ni actual ni en
perspectiva cercana, sobre los demás.
.-* Cuidando de evidenciar
que era con el G2 de aquí
Siendo
innecesaria; porque Silva no informaba a Palacios nada que él no manejara; la
grabación fue hecha de forma de hacer notoria que era al G2 a quién estaba “informando”.
Las interrupciones, aparte poderse evitar con solo parar el equipo de grabado;
registraban fragmentos de la conversación del cubano con algún tercero; que, si
bien no dicen nada del tema que trataba, sí muestran que se hizo fue aquí y en
alguna sede del alto gobierno; concretamente de Fuerte Tiuna.
Inimaginable,
que el G2, por muchas deficiencias que a estas alturas tenga; haya caído, haya pifiado,
en grabar una reunión de una conversación y un informe secretos, en los que
aparece involucrado; permitiendo que el informante hiciera su propia grabación.
Y, además, que se la llevara con la
posibilidad de disponer a discreción de ella; a sus espaldas. La grabación la
hicieron ellos y quedó en poder de los cubanos; que, o fueron quienes la
sacaron; o quienes se la dieron a Silva para que él la hiciera llegar a la
oposición. Que, a todas luces, habría sido lo que pasó realmente. Con el
impacto esperado; y que tuvo y está teniendo su difusión.
.-* La alacranera chavista
actual, sin Chávez, ya no le sirve a los cubanos
El
fresco, gran formato, que pinta la grabación, cubano-venezolana de Silva y
Palacios; es el paneo en vivo y tiempo
real de la cúpula cívico-militar chavista. Y no de la que habría sido su deriva luego de la muerte de Chávez. No. Esa
de hoy, o igual, fue la que él armó siempre; y que quedó al no estar más; una
verdadera red de mafias. El “pozo de alacranes” como Muller Rojas lo llamó.
Especialmente a partir del 2004, la cúpula chavista fue eso; lo que él armó de
manera de que no hubiera ninguna posibilidad de acumulación, parcial, personal,
local, de Poder; ni de concertación ni de enlaces horizontales de factores,
fuera de su control absoluto, vertical, radial. Esa alacranera suelta desatada,
exacerbada, sin Chávez ni nadie que en su lugar, la maneje; ya no le sirve al régimen
cubano.
Caracas 22.05.13
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