.-
.- HAY
TANTAS AGENDAS COMO COMO OPOSICIONES.
.- Aun con similitudes con la
coyuntura del 2016; esta confrontación con el autoritarismo madurista, tiene
diferencias importantes. Un, de parte de las oposiciones; es que está siendo llevada más a pulso; sin
que no los haya; con menos retórica y radicalismo que cuando el arrebato
revocatorio de entonces. Aunque no hay definición clara de hacia, y por donde,
podría derivar; hay menos extremismo; menos emocionalidad; más racionalidad.
Dos; nadie logra, aunque algunos lo, pretende imponer una sola agenda; la suya. Para
bien o para mal; no hay una agenda. Hay varias agendas; tantas, como
oposiciones hay.
Lo que es igual en el
oficialismo; aunque menos notorio; pero evidente. La respuesta a las protestas;
su contención y represión; sin relativizar su desproporción; está siendo
llevada también a pulso. Se diría que bajo un solo mando. Completamente diferente al 2014; cuando la GNB
y sus colectivos atizaron y provocaron continuadamente la radicalización de las
guarimbas; actuando por su cuenta y con una política propia; independiente del
MIJP y MD. En esta coyuntura ese cuerpo sin el liderazgo concreto de Reverol y
González López; responde directamente al CEOFANB. También a nivel del gobierno
madurista y militar-cívico; es evidente que no hay una sola agenda; y tampoco entre
los chavismos.
.- NO
HAY INTERLOCUCIÓN. NO HAY AGENDA.
.- No hay interlocución real;
no hay interlocutores válidos. Ni del lado de las oposiciones; por razones
obvias; y notoriamente. Ni, menos notoriamente del de los chavismos; ni
siquiera del gobierno madurista.
No hay ni capacidad concreta
ni disposición ni mecanismo; y en consecuencia ni, en tal caso; forma de
definir una sola agenda, única; unitaria. No hay cómo consensuarla; ni, igual
para bien y/o para mal; cómo imponerla.
Más allá de la coincidencia general de activar “la calle”; sin unidad de
criterio sobre hacía donde orientar las movilizaciones de calle; sobre; y que
es contra Maduro; sobre casi más nada, hay posibilidades de consenso entre las
burocracias y cúpulas oposicionistas. Igual como tampoco las hay entre las
chavistas.
Sin embargo las retóricas
polarizantes de ambos bloques proyectan la idea irreal; reduccionista; de que
se trata de dos agendas opuestas, que se definen a partir
de negarse mutuamente. Algo así como una sola agenda en dos partes; común; o
sea de todos; o más bien de nadie; y para nada concreto; que no va más allá del
reduccionismo binario de: Maduro, sí o Maduro, no..
De tal forma que; en la
hipótesis de que Maduro saliera abruptamente por un golpe; o porque renunciara
o porque se negociara; poco probable, por lo demás; esa agenda binaria; además,
planteada en forma terminante y sin progresividad; no es ni sería base para ningún consenso o procesamiento
entre el oficialismo y los chavismos actuales y las oposiciones. No hay agenda.