El sistema electoral venezolano, hoy CNE, antes
CSE; fue siempre y lo sigue siendo manipulado a discreción por las burocracias partidistas;
antes puntofijistas; ahora chavistas. Desde
hace quince años es controlado, herméticamente por éstas; compartido, literalmente, entre el
madurismo y el 4-febrerismo. Es una “caja negra”, manejada su sistema medular, absolutamente,
por la Inteligencia cívico-militar chavista. Tal cual; pese a los inesperados y
aparentemente incoherentes resultados del 6D. Lo sorprendente, lo nuevo, es la
curiosa manera como hoy las oposiciones de la MUD lo asumen; como se refieren a
él y lo legitiman; en indisimulada sintonía, con las burocracias
chavistas. Cómo se refieren a él, al CNE, y lo asumen; en relación a las
elecciones regionales de gobernadores; de su suspensión, que solicitan desde
ambos lados. Suspensión que a él tocaría decidir; en función, explícitamente,
por parte de la MUD, e implícitamente por parte del GPP; de la realización del
Revocatorio.
.- Suspender las regionales; una manipulación burocrático-partidista
del calendario electoral como las de 1998 y de 2012.
En 1998, año de elecciones presidenciales y parlamentarias: las
cúpulas puntofijistas evaluando el riesgo de que Chávez ganara las elecciones
de ese diciembre; “sin ton ni son”, como se dice, adelantaron, o, instruyeron
al entonces CSE para que hiciera las parlamentarias en octubre; manteniendo las
presidenciales según lo establecido, para diciembre. Se trataba de una
manipulación chata en función de su interés estrictamente
burocrático-partidista; candidatural, propiamente. Fue para evitar el “efecto
remolcador”; de que la tendencia a votar nacionalmente por Chávez, indujera una
tendencia similar a votar regionalmente por quienes lo apoyaban. Fraude
puntofijista incluido, naturalmente; el resultado fue el previsto; un Congreso
absolutamente puntofijista como en general, los anteriores desde 1858.
En el 2012 año de las segundas
megaelecciones previstas en la Constitución; las primeras fueron en el 2000;
Chávez, estaba consciente de que su base sociopolítica, propia, venía menguando
y desmotivándose. Y de que los chavismos se mantenían juntos solo en torno a su
jefatura; y electoralmente, en torno a su candidatura; pero que la lucha
interna era a cuchillo. Con razón, evaluó que si las elecciones presidenciales
se hacían en un solo proceso con las
regionales y municipales; la fragmentación interna iba a afectar la imagen de
homogeneidad que necesitaba dar. Entonces, junto a anunciar la “Victoria
Perfecta”; instruyó al CNE de separar las tres elecciones. De adelantar las
presidenciales para octubre, mantener las de gobernadores para diciembre; y
dejar las municipales para principios del 2013.
Hoy, 2016; a diez y ocho y
cuatro años, respectivamente, de las ocasiones referidas; se plantea una nueva
operación de alteración del calendario electoral, pautado constitucionalmente;
en función de los intereses de las burocracias partidistas-empresariales. Igual
que antes lo hizo el puntofijismo y luego Chávez. Se pretende, dicen,
“suspender”, ni siquiera posponer, las elecciones regionales para gobernaciones
pautadas en la CRBV para este año. Con el argumento formal, por la MUD, de que técnico-operativamente
no pueden hacerse simultáneas con el revocatorio; y, el abiertamente político,
sin tapujos, de los chavismos de que no
les convienen en este momento. La única diferencia real entre los dos discursos;
ambos responden a la misma motivación; es el tapujo. el pretexto oposicionista del
revocatorio que los oficialistas,
notoriamente se ahorran.
Ahora, se trata de lo mismo,
exactamente y en función de lo mismo; que cuando, entonces, el CSE adeco-copeyano y,
últimamente, el CNE-SMARTMATIC chavista; trastocar el calendario electoral
pautado constitucionalmente. En el primer caso para adelantar las elecciones
parlamentarias sin mover las presidenciales; en el segundo, al revés, adelantar
éstas sin mover las regionales; suspendiendo las locales. Ahora se trata de
suspender las regionales, y seguro, “sobrevenidamente” las locales; según, para
hacer el Revocatorio. Pero realmente, con igual propósito; de que las dinámicas
sociopolíticas de base, regionales y locales; con determinaciones diferentes a
las nacionales; primero, no impidan poner las cosas en blanco y negro, polarizar en el “si o no” de
sacar o no a Maduro; y segundo, la
partidización, la imposición de sus candidatos por las burocracias nacionales,
no tenga mayor resistencia En otros términos; bloquear que las
comunidades, la gente, incluidas las mismas bases partidistas actúen despolarizadamente;
y neutralicen la estrategia polarizadora de las burocracias
partidistas-empresariales. O sea, manipular las elecciones regionales y locales
como lo hicieron con las parlamentarias; hasta el punto de que, más allá de las
retóricas; el que se saque o no a Maduro; siendo una hipótesis ya casi
absolutamente negada; se reduce al discurso polarizador justificatorio de la
suspensión de las regionales.
.- Con la MUD; igual que … “con Chávez un solo gobierno”.
De fondo; desde el punto de
vista de las relaciones de Poder en que se sustenta la dinámica
político-institucional nacional; y son la base de nuestra crisis estructural
bicentenaria; la suspensión de las elecciones regionales con el pretexto del
revocatorio, sería una nueva concreción de la prevalecencia, de su continuidad,
de “lo nacional”, de lo central, de lo
partidista, sobre lo local de base ciudadana. La negación de lo local de base, de lo comunal, de lo ciudadano; por
lo cupular burocrático; bipartidizante.
En este sentido, de fondo,
resulta suficientemente indicativa, en relación a la intención de suspender las
regionales; la coincidencia absoluta e indisimulada entre las burocracias de la
MUD y de los chavismos; al menos de las de los que tocó declarar. Ambas manejan
la misma línea de supeditar lo local, de base a lo nacional, burocrático
central; una de las determinantes de la concentración del Poder; y de la
inexistencia de autonomía de los poderes públicos. Y en este aspecto, también las diferencias entre los
discursos son solo adjetivas; se trata del mismo discurso con retóricas
diferentes.
Chávez, con la anuencia de los
chavismos; enmarcado en su retórica pseudo-revolucionaria, acuñó el
eslogan de “con Chávez y equis o zeta, (gobernador o alcalde), un solo gobierno”. A partir de ese
eslogan, justificó la designación a dedo de todos los candidatos a gobernador y
a alcalde; y diputados; y de la mayoría
de los concejales y legisladores; que cuando no los designaba directamente,
tenía que aprobarlos, él.
Pues en el fondo, no hay
diferencias, salvo entre las retóricas, en cuanto a lo que se refiere a la
partidización; de poner los candidatos adedo; entre la idea de “con Chávez un
solo gobierno” y la de “con la MUD, un
solo gobierno”. Salvo entre las retóricas;
y salvo que Chávez si logró concentrar personalmente el autoritarismo; mientras
que en la MUD y las oposiciones, todavía hay varios en la liza por sustituirlo.
.- Pragmáticamente ambos están asumiendo que Maduro no sale antes del
2019.
La otra sintonía polarizante;
más indicativa y sorprendente que la anterior; es que ambos atribuyen y se
atienen a que sea el CNE quien tome la decisión de suspender las regionales.
Esto a pesar de que ambos están, al
menos formalmente, respondiendo a motivaciones exacta y absolutamente opuestas.
Al menos aparentemente, digo; o, por encima, El vocero y demás de la MUD;
estarían según, por la suspensión, concretamente
para darle viabilidad a revocar a Maduro; mientras que los del GPP estarían para
que no sea revocado. Sin embargo, tal incoherencia, al menos aparente; la hay,
o habría, sería a partir de la premisa de que hay una verdadera tensión entre
que se dé o nó el Revocatorio; y/o la Enmienda. De que la confrontación entre
sacar y no sacar a Maduro es real. Pero,
si se está asumiendo, pese a las retóricas oposicionistas; que por ninguna vía sale; que ni enmienda ni
revocatorio ni renuncia ni constituyente; que ni golpe, ni “la calle” ni
invasión gringa; etcétera; ni “Carta Democrática; impedirán que llegue al 2109.
Si la premisa, pragmática, realística;
hasta sintonizada y/o consensuada; es que no hay condiciones ni
políticas ni político-institucionales para sacarlo; y que, además, realmente,
no es deseable ni conveniente para ninguna de las dos burocracias; entonces sí
se entiende que ambas estén por lo
mismo; por suspender las regionales. Y que ambos se lo pidan al CEN.
.- Además, sobre el CNE medio-madurista; está la Sala Electoral del
TSJ; casi 100% madurista.
Pero la sorpresa es mayor aun,
cuando se repara en que cualquier decisión del CNE; aparte la perversión que
eso significa; está condicionada a la instancia de la Sala Electoral del TSJ.
Algo con lo que, obviamente, están contando los voceros de ambas burocracias;
chavistas y mudistas; cuando coinciden en solicitar la suspensión de las
elecciones regionales. O sea que, están contando con que la decisión que tome
este CNE; ahora; ya; que se le pide a partir del consenso o la sintonía
chavista-mudista; tendrá “luz verde”, del TSJ; o sea, del Madurismo; o sea, del
propio Maduro. No es necesario decir que Maduro no va a dejar de bloquear;
teniendo con qué como hasta ahora ha tenido; cualquier acción para sacarlo;
llámese Enmienda, llámese Revocatorio o Renuncia; o como sea.
La conclusión, desoladora y
todo para quienes fueron y sigue, siendo, estimulados por la MUD a crearse
falsas expectativas; es que ambas burocracias están, pragmáticamente, asumiendo
que Maduro no sale ahora; que sigue hasta el 2019. Que, ninguna vía de la MUD, resultará en nada concreto. Que se mantienen,
y previsiblemente se mantendrán, como estrategias mediáticas con base a la
lucha por el protagonismo candidatural en las buroicraccuias candidaturales que
la forman; pero, apuntando al 2019 a mantener la polarización hasta entonces.
Que en consecuencia, la suspensión de las elecciones regionales que piden ambas
burocracias, no tiene nada que ver con Revocatorio ni Enmienda; con sacar a
Maduro. Sino con la polarización; con la estrategia común de mantenerla de aquí
a allá; dos años largos; y, concreta e inmediatamente, con las condiciones y
dinámicas, regionales y locales, despolarizantes por naturaleza; que la
neutralizarían y revertirían. Que, relancinamente, el revocatorio es la
estrategia electoral-candidatural de Capriles y PJ para las elecciones
presidenciales sean cuando sean
.- Nada justifica ni justificaría, suspender las regionales. Son la
prioridad.
En ningún caso; ni siquiera si
fuera viable; se justificaría suspender las regionales para hacer el
Revocatorio. Ni siquiera si fuera cierto; que no lo es; que técnico-procesalmente
no pueden ser simultáneos. Pues en esa hipótesis, negada, repito; lo que
tocaría sería que éste fuera después. Elegir gobernadores y Consejos
Legislativos está pautado en la CRBV para éste año; como un derecho de todos
los venezolanos. En cambio el evento concreto para sacar a Maduro y, además, de
una forma específica; revocándolo; es un evento sobrevenido, promovido por un
sector específico del país; por un partido; cuya aspiración o expectativa bajo
ningún respecto tiene porque hacerse prevalecer por encima del derecho
universal de todos los venezolanos a renovar en el lapso previsto sus poderes
regionales.
Pero siendo evidente como es,
que realmente no hay tal lucha por sacar
ya a Maduro; que no habrá ni Revocatorio ni Enmienda; resalta la
conclusión de que el evento político más importante, de más alcance, que tiene
por delante el País; ahora mismo este
año; es el de la elecciones regionales para las gobernaciones y los Consejos
Legislativos; que esa es la verdadera prioridad nacional. Una
coyuntura de un alcance incalculablemente superior al de sacar a Maduro.
.- Una primera inflexión; que la gente, los ciudadanos, que sí tienen
con qué; y no los partidos; sean quienes hagan la agenda para la gestión de los
nuevos poderes regionales.
Las regionales de este año;
pueden convertirse en la primera inflexión en cuanto al dimensionamiento de lo
regional y local ante y sobre lo nacional central; de contraposición al poder
central; luego de doce o diez y seis años de regresión bajo la idea de “un solo
gobierno con Chávez”; y de décadas de partidización puntofijista también
perversa. Hay condiciones de coyuntura y subjetivas para que en ellas se dé el
primer debate nacional ciudadano sobre sus problemas concretos, regionales,
territoriales; con incidencia política local inmediata. Luego de 26 años de elección directa y de unos
ocho gobernadores electos en cada estado; con toda una gama de resultados; la
gente tiene criterio para determinar la mejor conveniencia para su estado. Para
evaluar postular y elegir según su consciencia y propósito; en función de los
intereses, valores y expectativas
reales. Minimizando los efectos de la manipulación partidista-empresarial
habituada a superponer sus intereses a los de las comunidades. De hecho, el
debate ciudadano, con su propia agenda regional y local de cada estado y
municipio; para el ejecutivo y el legislativo regionales que se elija; es una
dinámica de contrapoder; un debate constituyente de base, como el que nunca se
ha dado; debiendo haberlo habido, al menos desde que se estableció la elección
directa; pero que ha sido negado por la partidización.
.- Regionales despolarizadas y despartidizadas; activándose un nuevo
sujeto político; una nueva correlación regional de poder fáctico; federalizante;
frente al centralismo y e presidencialismo.
El debate y la dinámica ciudadana que espontáneamente se activan, regional y
localmente en las elecciones locales; tienen como calidad determinante el no
ser polarizado a partir de lo nacional. Al contrario; lo nacionales es tamizado
a través de lo regional. La perversión del presidencialismo, demostradamente y
hasta en las condiciones más desventajosas; la manipulación polarizante,
partidizante, desde el poder central, se reduce y hasta minimiza por efecto de
la beligerancia, la insurgencia y la disidencia
regionales y locales; de los liderazgos y movimientos de base,
ciudadanos. Incluso de las mismas bases militantes de los partidos. Concretándose
esta movilización libre de base en la activación del nuevo sujeto político que
será la clave de la salida de la crisis nacional; y sin el que nunca saldremos
del estancamiento en que estamos
De las elecciones regionales
inevitablemente surgirá una nueva correlación político-institucional media; que
tiende a ser absolutamente plural y diversa; ni homogénea ni polarizada. Ni
responde al esquema actual de gobierno-oposición, de madurismo-mudismo;
tendiente al bipartidismo. Con gobernadores y legisladores de todo signo
político e ideológico, representativos de la voluntad electoral de la gente que
es diversa y plural. Sin que haya el riesgo; a menos que se pervierta
totalmente el proceso; de que el mapa nacional siga siendo de dos colores, de
uno más que de otro.; de que resulte un mapa regional multicolor.
Y, lo más importante y de más
alcance; tanto en relación a la coyuntura concreta; de la crisis actual y la
cuestión de Maduro; como en perspectiva luego de que salga, ahora o en el 19;
es la capacidad fáctica, el poder fáctico que de cualquier manera tendrán los
gobernadores frente a la presidencia; a
la concentración de poder del gobierno
central. El cuadro actual de gobernadores; de la mayoría; eunucos políticos
anuentes ante el gobierno central a cambio de tener carta blanca para la
corrupción; no se repetirá; si, como es posible, los nuevos gobernadores son el
resultado de procesos electorales
ciudadanizados, no determinados partidista-empresarialmente. Si llegan a las
gobernaciones, no por imposición
autoritaria de un jefe ni de una burocracia; sino por la voluntad mayoritaria
de sus comunidades y el reconocimiento hasta de quienes no los votaron.
De entrada hay que decir que,
de seguir Maduro; el mayor contrapeso que puede tener, es un cuadro nacional
de gobernadores que ejerzan a tiempo
completo, soberanamente, su condición de representantes de la voluntad
electoral de sus regiones; que no le deban nada a él, sino a su gente. De tal
forma que el Consejo Federal de Gobierno, deje de ser la escenografía del
autoritarismo que es; para ser el espacio de nivelación y equiparamiento de las
regiones con el Centro Lo que es válido también en el caso de que salga; ahora
o luego; en relación al presidente de la República que venga, sea el que sea.
Sobre todo a partir de que nuestro presidencialismo bicentenario; nuestros
autoritarismo y mesianismo endémicos, no fueron ni inventos ni específicos de Chávez.
.- La crisis nacional se tensa
entre partidización rentista y clientelizante; y la ciudadanización.
La crisis nacional, históricamente,
se ha tensado entre dos impulsos opuestos. El de la presión partidizante de la
concentración de Poder; desde arriba hacia las bases de la gente. Y el de la
ciudadanización, de “la participación”; cada vez más continuo, y hoy,
sostenido; inverso desde las bases de la gente frente al Poder; por el
ejercicio de la soberanía ciudadana. Vale hacer mención, solo de paso, que siempre se ha impuesto la
concentración partidizante y autoritaria del Poder sobre la ciudadanización,
siempre frenada y aplacada; en mucho pervertida mediante la clientelización. Y
vale también decir, que tal aplacamiento de la ciudadanización; negación
absoluta de cualquier variante de democracia; y socialismo; de cualquier
variante de contrapoder; es modernamente el resultado más perverso del
rentismo. El resultado político; socio-político y político-institucional; que
es más perverso y de mayor alcance que el económico. Pues, éste ha bloqueado y
bloquea, rueda libre, toda posibilidad de desarrollo real de nuestras
potencialidades; precisamente sobre la base de la inexistencia de un
contrapoder ciudadano.
.- La ciudadanización no las tiene fácil. Pero no hay condiciones para
una polarización como la de las parlamentarias. MUD y PSUV-GPP son dos
entelequias.
La idea de la ciudadanización,
no se maneja ingenuamente como cosa de
“coser y cantar”. No está dada. Pierden demasiado las burocracias y los factores de poder a que
responden si dejan de controlar los gobiernos
regionales, sus administraciones
y presupuestos; su potencial de negocios y clientelismo. Y si desde las regiones se dan impulsos concretos
hacia el cambio de las relaciones de Poder; hacia el ejercicio de la soberanía
ciudadana en la determinación manejo y control de los gobiernos locales y
regionales. La gestión referida de las dos burocracias ante el CNE para que se suspendan
las elecciones a gobernadores y consejos legislativos, da la medida de lo que
significa para ellas. Prefieren suspenderlas; porque saben que no las controlarán; que la
polarización no funcionará; que no se repetirá la del 6D.
Claro que las iniciativas
locales y regionales de las comunidades agrupaciones y liderazgos de base para
participar por su cuenta no la tendrán fácil. Se enfrentarán a la maraña de
desinformación trampas, requisitos normativas taquillas peajes y zancadillas,
que a través del CNE montan las burocracias partidista-empresariales para
encallejonar cualquier intento de participación hacia sus franquicias
polarizantes. Pero el cuadro político-electoral no es el mismo que el de las
parlamentarias del 2015. Por el contrario, hoy se repiten, con variantes,
obviamente, los cuadros referidos de 1998 y el 2012; cuando las burocracias y
cúpulas estaban conscientes de que no controlarían las beligerancias
electorales de base; por lo que optaron cambiar el calendario. Igual que hoy plantean la suspensión de las
regionales. Ni el PSUV-GPP, una entelequia; ni la MUD, otra entelequia; incoherentes, inestructurados, mediáticos sin
capacidad de convocatoria, ambos; no tienen con qué; aparte el entrampamiento
procedimental; ni siquiera atemperar, la efervescencia por la participación
electoral soberana, despartidizada despolarizada regional y local de la gente.
Porque en esa tensión entre partidización y ciudadanización que determina
nuestra crisis política; y, que a pesar de la polarización, fue lo que se
mostró el 6D; la dinámica ciudadana de base es más consistente y densa que la
presión partidizante. El costo político de bloquearla fácticamente; y hasta la
capacidad político-burocrática para hacerlo; serán, todo lo indica, demasiado
alto e insuficiente para lograrlo; y hasta para intentarlo.
Tales insuficiencia y
postración de las burocracias partidistas-empresariales; frente a la fuerza del
impulso de base regionales y locales,
nos coloca en el escenario de un gran
momento de ciudadanización de contrapoder frente al autoritarismo de cualquier
signo.
La deriva y el alcance reales del histórico 6D
son las regionales de este año. Son la prioridad. No el revocatorio.
Caracas marzo del 2016.-
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