29 abr 2016

Las regionales son prioridad sobre sacar a Maduro



.- Chavistas y MUD sintonizados contra las regionales.-
El  sistema electoral venezolano, hoy CNE, antes CSE; fue siempre y lo sigue siendo  manipulado a discreción por las burocracias partidistas; antes puntofijistas; ahora chavistas.  Desde hace quince años es controlado, herméticamente  por éstas; compartido, literalmente, entre el madurismo y el 4-febrerismo. Es una “caja negra”, manejada su sistema medular, absolutamente, por la Inteligencia cívico-militar chavista. Tal cual; pese a los inesperados y aparentemente incoherentes resultados del 6D. Lo sorprendente, lo nuevo, es la curiosa manera como hoy las oposiciones de la MUD lo asumen; como se refieren a él y lo legitiman;  en  indisimulada sintonía, con las burocracias chavistas. Cómo se refieren a él, al CNE, y lo asumen; en relación a las elecciones regionales de gobernadores; de su suspensión, que solicitan desde ambos lados. Suspensión que a él tocaría decidir; en función, explícitamente, por parte de la MUD, e implícitamente por parte del GPP; de la realización del Revocatorio.
.- Suspender las regionales; una manipulación burocrático-partidista del calendario electoral como las de 1998 y de 2012.
En 1998, año de elecciones presidenciales y parlamentarias: las cúpulas puntofijistas evaluando el riesgo de que Chávez ganara las elecciones de ese diciembre; “sin ton ni son”, como se dice, adelantaron, o, instruyeron al entonces CSE para que hiciera las parlamentarias en octubre; manteniendo las presidenciales según lo establecido, para diciembre. Se trataba de una manipulación chata en función de su interés estrictamente burocrático-partidista; candidatural, propiamente. Fue para evitar el “efecto remolcador”; de que la tendencia a votar nacionalmente por Chávez, indujera una tendencia similar a votar regionalmente por quienes lo apoyaban. Fraude puntofijista incluido, naturalmente; el resultado fue el previsto; un Congreso absolutamente puntofijista como en general, los anteriores desde 1858.


En el 2012 año de las segundas megaelecciones previstas en la Constitución; las primeras fueron en el 2000; Chávez, estaba consciente de que su base sociopolítica, propia, venía menguando y desmotivándose. Y de que los chavismos se mantenían juntos solo en torno a su jefatura; y electoralmente, en torno a su candidatura; pero que la lucha interna era a cuchillo. Con razón, evaluó que si las elecciones presidenciales se hacían en un  solo proceso con las regionales y municipales; la fragmentación interna iba a afectar la imagen de homogeneidad que necesitaba dar. Entonces, junto a anunciar la “Victoria Perfecta”; instruyó al CNE de separar las tres elecciones. De adelantar las presidenciales para octubre, mantener las de gobernadores para diciembre; y dejar las municipales para principios del 2013.    
Hoy, 2016; a diez y ocho y cuatro años, respectivamente, de las ocasiones referidas; se plantea una nueva operación de alteración del calendario electoral, pautado constitucionalmente; en función de los intereses de las burocracias partidistas-empresariales. Igual que antes lo hizo el puntofijismo y luego Chávez. Se pretende, dicen, “suspender”, ni siquiera posponer, las elecciones regionales para gobernaciones pautadas en la CRBV para este año. Con el argumento formal, por la MUD, de que técnico-operativamente no pueden hacerse simultáneas con el revocatorio; y, el abiertamente político, sin tapujos, de  los chavismos de que no les convienen en este momento. La única diferencia real entre los dos discursos; ambos responden a la misma motivación; es  el tapujo. el pretexto oposicionista del revocatorio  que los oficialistas, notoriamente se ahorran.   
Ahora, se trata de lo mismo, exactamente y en función de lo mismo; que cuando,  entonces, el CSE adeco-copeyano y, últimamente, el CNE-SMARTMATIC chavista; trastocar el calendario electoral pautado constitucionalmente. En el primer caso para adelantar las elecciones parlamentarias sin mover las presidenciales; en el segundo, al revés, adelantar éstas sin mover las regionales; suspendiendo las locales. Ahora se trata de suspender las regionales, y seguro, “sobrevenidamente” las locales; según, para hacer el Revocatorio. Pero realmente, con igual propósito; de que las dinámicas sociopolíticas de base, regionales y locales; con determinaciones diferentes a las nacionales; primero, no impidan poner las cosas en  blanco y negro, polarizar en el “si o no” de sacar o  no a Maduro; y segundo, la partidización, la imposición de sus candidatos por las burocracias nacionales, no tenga mayor resistencia   En otros términos; bloquear que las comunidades, la gente, incluidas las mismas bases partidistas actúen despolarizadamente; y neutralicen la estrategia polarizadora de las burocracias partidistas-empresariales. O sea, manipular las elecciones regionales y locales como lo hicieron con las parlamentarias; hasta el punto de que, más allá de las retóricas; el que se saque o no a Maduro; siendo una hipótesis ya casi absolutamente negada; se reduce al discurso polarizador justificatorio de la suspensión de las regionales.
.- Con la MUD; igual que … “con Chávez un solo gobierno”.
De fondo; desde el punto de vista de las relaciones de Poder en que se sustenta la dinámica político-institucional nacional; y son la base de nuestra crisis estructural bicentenaria; la suspensión de las elecciones regionales con el pretexto del revocatorio, sería una nueva concreción de la prevalecencia, de su continuidad, de “lo nacional”, de  lo central, de lo partidista, sobre lo local de base ciudadana. La negación de lo local  de base, de lo comunal, de lo ciudadano; por lo cupular burocrático; bipartidizante.
En este sentido, de fondo, resulta suficientemente indicativa, en relación a la intención de suspender las regionales; la coincidencia absoluta e indisimulada entre las burocracias de la MUD y de los chavismos; al menos de las de los que tocó declarar. Ambas manejan la misma línea de supeditar lo local, de base a lo nacional, burocrático central; una de las determinantes de la concentración del Poder; y de la inexistencia de autonomía de los poderes públicos. Y en este  aspecto, también las diferencias entre los discursos son solo adjetivas; se trata del mismo discurso con retóricas diferentes.  
Chávez, con la anuencia de los chavismos; enmarcado en su retórica pseudo-revolucionaria, acuñó el eslogan  de “con Chávez y equis o zeta, (gobernador o alcalde),  un solo gobierno”. A partir de ese eslogan, justificó la designación a dedo de todos los candidatos a gobernador y a alcalde; y diputados; y de  la mayoría de los concejales y legisladores; que cuando no los designaba directamente, tenía que aprobarlos, él.
Pues en el fondo, no hay diferencias, salvo entre las retóricas, en cuanto a lo que se refiere a la partidización; de poner los candidatos adedo; entre la idea de “con Chávez un solo gobierno” y  la de “con la MUD, un solo gobierno”. Salvo entre las  retóricas; y salvo que Chávez si logró concentrar personalmente el autoritarismo; mientras que en la MUD y las oposiciones, todavía hay varios en la liza por sustituirlo.  
.- Pragmáticamente ambos están asumiendo que Maduro no sale antes del 2019.
La otra sintonía polarizante; más indicativa y sorprendente que la anterior; es que ambos atribuyen y se atienen a que sea el CNE quien tome la decisión de suspender las regionales. Esto a pesar de que  ambos están, al menos formalmente, respondiendo a motivaciones exacta y absolutamente opuestas. Al menos aparentemente, digo; o, por encima, El vocero y demás de la MUD; estarían  según, por la suspensión, concretamente para darle viabilidad a revocar a Maduro; mientras que los del GPP estarían para que no sea revocado. Sin embargo, tal incoherencia, al menos aparente; la hay, o habría, sería a partir de la premisa de que hay una verdadera tensión entre que se dé o nó el Revocatorio; y/o la Enmienda. De que la confrontación entre sacar y no sacar  a Maduro es real. Pero, si se está asumiendo, pese a las retóricas oposicionistas;  que por ninguna vía sale; que ni enmienda ni revocatorio ni renuncia ni constituyente; que ni golpe, ni “la calle” ni invasión gringa; etcétera; ni “Carta Democrática; impedirán que llegue al 2109. Si la premisa, pragmática, realística;  hasta sintonizada y/o consensuada; es que no hay condiciones ni políticas ni político-institucionales para sacarlo; y que, además, realmente, no es deseable ni conveniente para ninguna de las dos burocracias; entonces sí se entiende que  ambas estén por lo mismo; por suspender las regionales. Y que ambos se lo pidan al CEN.
.- Además, sobre el CNE medio-madurista; está la Sala Electoral del TSJ; casi 100% madurista.
Pero la sorpresa es mayor aun, cuando se repara en que cualquier decisión del CNE; aparte la perversión que eso significa; está condicionada a la instancia de la Sala Electoral del TSJ. Algo con lo que, obviamente, están contando los voceros de ambas burocracias; chavistas y mudistas; cuando coinciden en solicitar la suspensión de las elecciones regionales. O sea que, están contando con que la decisión que tome este CNE; ahora; ya; que se le pide a partir del consenso o la sintonía chavista-mudista; tendrá “luz verde”, del TSJ; o sea, del Madurismo; o sea, del propio Maduro. No es necesario decir que Maduro no va a dejar de bloquear; teniendo con qué como hasta ahora ha tenido; cualquier acción para sacarlo; llámese Enmienda, llámese Revocatorio o Renuncia; o como sea.
La conclusión, desoladora y todo para quienes fueron y sigue, siendo, estimulados por la MUD a crearse falsas expectativas; es que ambas burocracias están, pragmáticamente, asumiendo que Maduro no sale ahora; que sigue hasta el 2019. Que, ninguna vía de la MUD,  resultará en nada concreto. Que se mantienen, y previsiblemente se mantendrán, como estrategias mediáticas con base a la lucha por el protagonismo candidatural en las buroicraccuias candidaturales que la forman; pero, apuntando al 2019 a mantener la polarización hasta entonces. Que en consecuencia, la suspensión de las elecciones regionales que piden ambas burocracias, no tiene nada que ver con Revocatorio ni Enmienda; con sacar a Maduro. Sino con la polarización; con la estrategia común de mantenerla de aquí a allá; dos años largos; y, concreta e inmediatamente, con las condiciones y dinámicas, regionales y locales, despolarizantes por naturaleza; que la neutralizarían y revertirían. Que, relancinamente, el revocatorio es la estrategia electoral-candidatural de Capriles y PJ para las elecciones presidenciales sean cuando sean
.- Nada justifica ni justificaría, suspender las regionales. Son la prioridad.
En ningún caso; ni siquiera si fuera viable; se justificaría suspender las regionales para hacer el Revocatorio. Ni siquiera si fuera cierto; que no lo es; que técnico-procesalmente no pueden ser simultáneos. Pues en esa hipótesis, negada, repito; lo que tocaría sería que éste fuera después. Elegir gobernadores y Consejos Legislativos está pautado en la CRBV para éste año; como un derecho de todos los venezolanos. En cambio el evento concreto para sacar a Maduro y, además, de una forma específica; revocándolo; es un evento sobrevenido, promovido por un sector específico del país; por un partido; cuya aspiración o expectativa bajo ningún respecto tiene porque hacerse prevalecer por encima del derecho universal de todos los venezolanos a renovar en el lapso previsto sus poderes regionales. 
Pero siendo evidente como es, que  realmente no hay tal lucha por sacar ya a Maduro;  que  no habrá ni Revocatorio ni Enmienda; resalta la conclusión de que el evento político más importante, de más alcance, que tiene por delante el País; ahora  mismo este año; es el de la elecciones regionales para las gobernaciones y los Consejos Legislativos; que esa es la verdadera prioridad nacional.   Una  coyuntura de un alcance incalculablemente superior al de sacar a Maduro.  
.- Una primera inflexión; que la gente, los ciudadanos, que sí tienen con qué; y no los partidos; sean quienes hagan la agenda para la gestión de los nuevos poderes  regionales.
Las regionales de este año; pueden convertirse en la primera inflexión en cuanto al dimensionamiento de lo regional y local ante y sobre lo nacional central; de contraposición al poder central; luego de doce o diez y seis años de regresión bajo la idea de “un solo gobierno con Chávez”; y de décadas de partidización puntofijista también perversa. Hay condiciones de coyuntura y subjetivas para que en ellas se dé el primer debate nacional ciudadano sobre sus problemas concretos, regionales, territoriales; con incidencia política local inmediata.  Luego de 26 años de elección directa y de unos ocho gobernadores electos en cada estado; con toda una gama de resultados; la gente tiene criterio para determinar la mejor conveniencia para su estado. Para evaluar postular y elegir según su consciencia y propósito; en función de los intereses, valores  y expectativas reales. Minimizando los efectos de la manipulación partidista-empresarial habituada a superponer sus intereses a los de las comunidades. De hecho, el debate ciudadano, con su propia agenda regional y local de cada estado y municipio; para el ejecutivo y el legislativo regionales que se elija; es una dinámica de contrapoder; un debate constituyente de base, como el que nunca se ha dado; debiendo haberlo habido, al menos desde que se estableció la elección directa; pero que ha sido negado por la  partidización.
.- Regionales despolarizadas y despartidizadas; activándose un nuevo sujeto político; una nueva correlación regional de poder fáctico; federalizante; frente al centralismo y e presidencialismo.
El debate  y la dinámica ciudadana que  espontáneamente se activan, regional y localmente en las elecciones locales; tienen como calidad determinante el no ser polarizado a partir de lo nacional. Al contrario; lo nacionales es tamizado a través de lo regional. La perversión del presidencialismo, demostradamente y hasta en las condiciones más desventajosas; la manipulación polarizante, partidizante, desde el poder central, se reduce y hasta minimiza por efecto de la beligerancia, la insurgencia y la disidencia  regionales y locales; de los liderazgos y movimientos de base, ciudadanos. Incluso de las mismas bases militantes de los partidos. Concretándose esta movilización libre de base en la activación del nuevo sujeto político que será la clave de la salida de la crisis nacional; y sin el que nunca saldremos del estancamiento en que estamos
De las elecciones regionales inevitablemente surgirá una nueva correlación político-institucional media; que tiende a ser absolutamente plural y diversa; ni homogénea ni polarizada. Ni responde al esquema actual de gobierno-oposición, de madurismo-mudismo; tendiente al bipartidismo. Con gobernadores y legisladores de todo signo político e ideológico, representativos de la voluntad electoral de la gente que es diversa y plural. Sin que haya el riesgo; a menos que se pervierta totalmente el proceso; de que el mapa nacional siga siendo de dos colores, de uno más que de otro.; de que resulte un mapa regional multicolor. 
Y, lo más importante y de más alcance; tanto en relación a la coyuntura concreta; de la crisis actual y la cuestión de Maduro; como en perspectiva luego de que salga, ahora o en el 19; es la capacidad fáctica, el poder fáctico que de cualquier manera tendrán los gobernadores frente a la presidencia;  a la concentración de poder  del gobierno central. El cuadro actual de gobernadores; de la mayoría; eunucos políticos anuentes ante el gobierno central a cambio de tener carta blanca para la corrupción; no se repetirá; si, como es posible, los nuevos gobernadores son el resultado  de procesos electorales ciudadanizados, no determinados partidista-empresarialmente. Si llegan a las gobernaciones,  no por imposición autoritaria de un jefe ni de una burocracia; sino por la voluntad mayoritaria de sus comunidades y el reconocimiento hasta de quienes no los votaron.
De entrada hay que decir que, de seguir Maduro; el mayor contrapeso que puede tener, es un cuadro nacional de  gobernadores que ejerzan a tiempo completo, soberanamente, su condición de representantes de la voluntad electoral de sus regiones; que no le deban nada a él, sino a su gente. De tal forma que el Consejo Federal de Gobierno, deje de ser la escenografía del autoritarismo que es; para ser el espacio de nivelación y equiparamiento de las regiones con el Centro Lo que es válido también en el caso de que salga; ahora o luego; en relación al presidente de la República que venga, sea el que sea. Sobre todo a partir de que nuestro presidencialismo bicentenario; nuestros autoritarismo y mesianismo endémicos, no fueron ni inventos ni específicos  de Chávez.
.-  La crisis nacional se tensa entre partidización rentista y clientelizante; y la ciudadanización.
La crisis nacional, históricamente, se ha tensado entre dos impulsos opuestos. El de la presión partidizante de la concentración de Poder; desde arriba hacia las bases de la gente. Y el de la ciudadanización, de “la participación”; cada vez más continuo, y hoy, sostenido; inverso desde las bases de la gente frente al Poder; por el ejercicio de la soberanía ciudadana. Vale hacer mención,  solo de paso, que siempre se ha impuesto la concentración partidizante y autoritaria del Poder sobre la ciudadanización, siempre frenada y aplacada; en mucho pervertida mediante la clientelización. Y vale también decir, que tal aplacamiento de la ciudadanización; negación absoluta de cualquier variante de democracia; y socialismo; de cualquier variante de contrapoder; es modernamente el resultado más perverso del rentismo. El resultado político; socio-político y político-institucional; que es más perverso y de mayor alcance que el económico. Pues, éste ha bloqueado y bloquea, rueda libre, toda posibilidad de desarrollo real de nuestras potencialidades; precisamente sobre la base de la inexistencia de un contrapoder ciudadano.
.- La ciudadanización no las tiene fácil. Pero no hay condiciones para una polarización como la de las parlamentarias. MUD y PSUV-GPP son dos entelequias.
La idea de la ciudadanización, no se maneja ingenuamente  como cosa de “coser y cantar”. No está dada. Pierden demasiado  las burocracias y los factores de poder a que responden si dejan de controlar los gobiernos  regionales, sus administraciones  y presupuestos; su potencial de negocios y clientelismo. Y  si desde las regiones se dan impulsos concretos hacia el cambio de las relaciones de Poder; hacia el ejercicio de la soberanía ciudadana en la determinación manejo y control de los gobiernos locales y regionales. La gestión referida de las dos  burocracias ante el CNE para que se suspendan las elecciones a gobernadores y consejos legislativos, da la medida de lo que significa para ellas. Prefieren suspenderlas; porque  saben que no las controlarán; que la polarización no funcionará; que no se repetirá la del 6D.
Claro que las iniciativas locales y regionales de las comunidades agrupaciones y liderazgos de base para participar por su cuenta no la tendrán fácil. Se enfrentarán a la maraña de desinformación trampas, requisitos normativas taquillas peajes y zancadillas, que a través del CNE montan las burocracias partidista-empresariales para encallejonar cualquier intento de participación hacia sus franquicias polarizantes. Pero el cuadro político-electoral no es el mismo que el de las parlamentarias del 2015. Por el contrario, hoy se repiten, con variantes, obviamente, los cuadros referidos de 1998 y el 2012; cuando las burocracias y cúpulas estaban conscientes de que no controlarían las beligerancias electorales de base; por lo que optaron cambiar el calendario.  Igual que hoy plantean la suspensión de las regionales. Ni el PSUV-GPP, una entelequia; ni la MUD, otra entelequia;  incoherentes, inestructurados, mediáticos sin capacidad de convocatoria, ambos; no tienen con qué; aparte el entrampamiento procedimental; ni siquiera atemperar, la efervescencia por la participación electoral soberana, despartidizada despolarizada regional y local de la gente. Porque en esa tensión entre partidización y ciudadanización que determina nuestra crisis política; y, que a pesar de la polarización, fue lo que se mostró el 6D; la dinámica ciudadana de base es más consistente y densa que la presión partidizante. El costo político de bloquearla fácticamente; y hasta la capacidad político-burocrática para hacerlo; serán, todo lo indica, demasiado alto e insuficiente para lograrlo; y hasta para intentarlo.
Tales insuficiencia y postración de las burocracias partidistas-empresariales; frente a la fuerza del impulso de  base regionales y locales, nos coloca  en el escenario de un gran momento de ciudadanización de contrapoder frente al autoritarismo de cualquier signo.
La  deriva y el alcance reales del histórico 6D son las regionales de este año. Son la prioridad. No el revocatorio.
Caracas marzo del 2016.-





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