.- Resultados y
cuadro convencionalmente en línea.
Según el procesamiento
convencional, de mediciones de opinión y la numerología, electorales; los
escenarios que se manejan varían solo en algún aspecto concreto; solo cuantitativamente.
El cuadro determinante, socioeconómico y sociopolítico de lo que será el 6D es
bien concreto y claro; está alineado. Convencionalmente, no hay incógnitas. Una
crisis nacional, total, sin precedentes; el país paralizado y caotizado ante lo
que el gobierno madurista, por lo que sea, no responde sino con retóricas. Una
corrupción que burbujea por todas partes, y el chavismo implosionado en
grupúsculos, en lucha de todos contra todos. Un rechazo
nacional, al chavismno en general y en concreto a Maduro de un 80%. En un
contexto internacional, continental y mundial, ni siquiera de aislamiento y
neutralidad; sino que presiona y escruta
abiertamente. En el que hoy, el ALBA muerta; el madurismo y los chavismos que
se mantienen en el Poder, no cuentan ni siquiera con la neutralidad de la UNASUR,
del 2013 y 2014; en cuya correlación interna hoy domina sin contemplaciones, la
presión y el reclamo subcontinentales de
transparencia electoral. Y, además, con unas oposiciones que, aunque incapaces
de ir más allá; capitalizan, inercial-electoralmente, la desmovilización y
diáspora finales del chavismo en su fase terminal del postchavismo. Pero solo
eso, y nada más allá.
De acuerdo a tal cuadro,
considerando solo las determinaciones
convencionales referidas; lo que será el 6D y los resultados que se cantarán
están, o, estarían, definidos. Contra el chavismo resultarían votando entre 55
y 60% y por el chavismo alrededor de un 35%. Con todo y el “guerrymandering”,
para una correlación parlamentaria de unos 85 a 90 diputados de oposición; y
unos 70 a 75 oficialistas. En tal caso no más de 5 disidentes o independientes.
Todas las encuestas, incluidas las más indisimuladamente chavistas, registran, a
dos semanas de votar, dan a la oposición una ventaja de 15%, la que menos.
Hinterlaces da 20%. Todas dan al chavismo como perdiendo la mayoría de la AN; y
lo único en que no se precisa, es en por cuantos puntos.
.- Ya hoy, nadie seria y honestamente niega el fraude.
A estas alturas, nadie seria y
honestamente niega que en el CNE hay capacidad para hacer fraude; sin La
precisión de cuánto es posible; ni, con completa identificación de sus
algoritmos. Una percepción
consistente con todas las
evidencias y secuencias indiciáticas habidas, incluso desde el 2004; ante las
que se insistía en que “no había pruebas”. Hoy, finalmente, nadie lo niega. La
última duda seria y honesta que podía quedar; la borró el espectáculo de desesperación y manipulación grotesca; con que
los chavismos asumiendo los más altos costos políticos, bloquearon toda
posibilidad de que hubiera el mínimo atisbo consistente y seguimiento del
proceso y el sistema; por una misión de observadores política y técnicamente,
confiable y neutra. Ni siquiera la de UNASUR, que, según, habían, pedido; fue
aceptada, cuando concretamente Brasil y Uruguay designaron sus candidatos a
encabezarla. Y se bloqueó la maniobra de Samper y Patiño de armar una misión a
la medida del resteo chavista de no abrir para nada la caja negra que es el
sistema CNE-SMARTMATIC.