.- Primarias, una
simetría perfecta.
Enmarcadas en el contexto
político-institucional actual, las primarias de la MUD y del PSUV fueron
sustancialmente iguales en significación y alcances políticos. Aunque
diferentes en su concreción cuantitativa; en costos, manipulación mediática,
recursos propagandísticos operativos e
infraestructura; etcéteras. Las del oficialismo fueron un derroche de abuso en
la utilización de los recursos del Estado.
Las de las oposiciones, restringidas a los aportes de los propios candidatos y
de quienes los apoyaban. Pero ambas tuvieron igual propósito. Ambas fueron
manipuladas por las cúpulas psuvistas y mudistas, con dos propósitos complementarios;
proyectar la imagen de que hubo selección participativa en las candidaturas; junto a garantizarle a
sus burocracias partidistas las posiciones salidoras.
Ambas primarias, conformaron
una simetría. No solo en lo ya apuntado; del propósito con que se hicieron y su
concreción, etcétera; sino en la respuesta de la gente, en su participación; y
el producto resultante. A pesar de las campañas, sobre todo de la oficialista,
llamando a votar; la gente, el país, no se dio por enterado. Y los días de votación,
los centros electorales estuvieron en general vacíos. La gente, “las bases”; ni
de la oposición ni del oficialismo, votaron; sino, en tal caso mínimamente; y
en el de éste último según nóminas, bajo presión o movida desde gobernaciones y
alcaldías. Lo que obviamente se reflejó en las totalizaciones, en su ocasión;
gruesas; dadas por ambos comandos; que, a pesar de la manipulación y la
retórica, de ambos, demostraron, no solo la falta de apoyo real que tienen;
sino, hasta el rechazo de que son objeto por las mayorías.
Igual a pesar de las huecas retóricas
triunfalistas, el resultado de ambas primarias;
con diferencias relativas; fue el de candidatos de las burocracias y
cúpulas, puestas, o impuestas; no de la gente, ni de las bases.
Candidaturas, la mayoría ficticias,
producto de procesos, según,
“participativos”; “unitarios”; realmente entubados; que a contrapelo de la
unidad que se pretende vender, muestran la profunda crisis interna en que
ambos, chavismos y oposiciones están.
. 2004-2015: de la
polarización a la despolarización.
Del 2004 al 2006; cuando el
revocatorio y la primera reelección de Chávez, ya con la CRBV; el país estuvo y votó absolutamente
polarizado; los venezolanos estaban con él o contra él. Hoy a diez años de
entonces, la realidad política y electoral no tiene nada, o casi, que ver. Hoy
los venezolanos no están polarizados ni política ni electoralmente. Aunque la
inmensa mayoría, tres cuartos o más, estén contra el madurismo y cualquier
variante de chavismo; y aunque previsiblemente voten en contra; no será por
votar por las oposiciones ni porque se identifique
con la MUD ni las varias versiones de puntofijismo que la constituyen. Sino por
votar antichavista; concretamente antimadurista.
La dinámica político-institucional
actual se soporta en las relaciones de poder entre un autoritarismo hegemónico
que controla todos los mecanismos de poder fácticos e institucionales; y una
oposición; propiamente, unas oposiciones, atenidas a los márgenes y pautas que
se le imponen y permiten para su actuación.
Aparte la narrativa de cómo y por qué eso es así; que no es el tema; esa
es la realidad. Las oposiciones no tienen ni la más mínima capacidad para
enfrentar y frenar ninguna acción del chavismo por muy irracional arbitraria y
anticonstitucional que sea. Y, se limitan, en tal caso a denunciarla y
rechazarla; en tal caso, de acuerdo a la circunstancia; a llamar a votar en contra. O; a retorizar
oportunista e irresponsablemente, sobre una supuesta “salida”; por lo demás,
sin tener con qué ni apoyo sociopolítico importante; salvo de factores
tradicionales de poder. Tal cuadro político-institucional en el, que, desde el
principio, Chávez soportó la consolidación de su autoritarismo; tanto que hasta
lo transfirió testamentariamente, “sin un tiro”; y que le ha permitido
mantenerse a Maduro; se soportó y soporta sustancialmente, en la polarización.
Pero ya en el 2007 la
despolarización sociopolítica, de la gente, comenzó a mostrarse;
intensificándose y profundizándose sostenidamente desde entonces; hasta hoy
cuando prácticamente no la hay. A pesar de que las cúpulas de ambos ismos; chavismos y oposiciones;
aunque sin ni siquiera ellas mismas estar polarizadas; juegan a polarizar
electoralmente el país.
.- La simetría de las
“unidades perfectas”
Los dos ismos polarizadores, cúpulas
chavistas y mudistas; usan la misma retórica sobre sus fórmulas electorales,
según, resultados de sus respectivas primarias y supuestos consensos internos.
Ambos hablan de la “unidad perfecta”; como resultado de las ficciones que
realmente son sus “procesos internos”;
manipulados, trampeados y clientelarizados entre ellos mismos;
Y tales “unidad perfecta”, no
son ficciones solo por la forma como se manipularon internamente las postulaciones
y se forzó o montó la votación que, realmente hubo; sino porque la supuesta
“unidad” con que se les califica se garantiza mediante el perverso mecanismo de
la franquicia electoral y/o candidatura. Ni disidencias ni alternativas
“internas” a las candidaturas avaladas por ambas cúpulas y burocracias tienen
realmente vida electoral por su cuenta; impedidas de todas las formas para la
utilización de las franquicias electorales que ellas controlan; y de registrar
las suyas propias. De tal forma que el carácter “unitario” de sus candidatos;
aparte el porciento de quienes realmente los hayan votado internamente; resulta
del encallejonamiento de, casi siempre, la mayoría que votará por ella bajo
chantaje o por no ‘perder el voto.
.-Las disidencias los verdaderos
enemigos de ambos.
Paradójicamente; algunas de las
“disidencias” tienen más base real y desarrollo que las burocracias y cúpulas partidistas
principales; que en concreto y, salvo algunos desarrollos regionales reales;
mayormente, no son más que eso, burocracias; o partidos de maletín, gestorías que
administran franquicias electorales o candidaturales. Sin vida real sino en las
elecciones. Tanto que en los tiempos electorales se activa un mercado de
compra-venta de partidos y tarjetas. Aunque en esto no hay simetría. El mayor
desarrollo de las disidencias en las oposiciones, anteceden a la recomposición
del cuadro de cúpulas burocráticas que
hoy forman la MUD. O sea, los partidos actuales resultan de reales o ficticios reagrupamientos
a partir de la implosión del puntofijismo de los años noventa y primeros del
siglo. Mientras que las chavistas, al
contrario, son el resultado concreto; en tiempo real; de la implosión del
chavismo, hoy, “en pleno desarrollo”, desde años antes de la desaparición de
Chávez.
Este aspecto, de las
diferencias en las morfogénesis de las
disidencias de ambos ismos, es clave para entender la radicalidad con que desde
ambas burocracias se asume y endurece la polarización. Y la manipulación perversa
para imponerla. Porque, el principal problema de ambas está en sus disidencias;
y para algunos sectores; más que ganarle al otro. Luego de las primarias de la
MUD, Ramos Allup declaró que sus resultados apuntaban, algo así, como a que “las dos disidencias quedarían
convertidas en polvo cósmico”. No cito textualmente; pero en concreto fue eso
lo que declaró; y con esa misma figura de “polvo cósmico”, usual de Chávez. Como expresión de esa misma
consciencia de que sin la polarización, activándose las disidencias, las
cúpulas pierden el control de la dinámica político-institucionales; Maduro
últimamente, en varias ocasiones se ha referido a la supuesta
“desideologización” y “despolitización” que se estaría dando en las bases
chavistas.
Indicativamente; la atención o
preocupación por la disidencia; que, en el caso de los chavismos, se supone derivada
de la “desideologización”; y en el de las oposiciones, de la llamada
“antipolítica”; se activa, es en la
perspectiva electoral. A las cúpulas burocráticas de ambos ismos, no importa
nada que tenga que ver con lo ideológico o teórico o doctrinario; tampoco a la
mayoría de las disidencias. Les preocupa es que esas disidencias, activadas
electoralmente, le quitan y/o neutralizan importantes y determinantes sectores
de las bases y potenciales electores. De tal forma que por eso; aunque el
CNE-SMARMATIK se ocupa de ellas; son el enemigo común.
.-Postchavismo: de la
omnipresencia a la omniausencia de Chávez.
Desde la muerte de Chávez el país está paralizado;
en una inercia de deterioro creciente hacia el colapso; ante lo que el gobierno
de Maduro ni siquiera se da por aludido.
Cada día anuncia medidas y acciones, tan alegremente, como no se ejecutan; y
como luego no las vuelve a mencionar. O, como
simplemente las repite como si nada. Si se puede llamar así, la
“estrategia” de Maduro, según, hasta las parlamentarias, es mantener todo
igual; sin cambiar nada. No decide, solo anuncia. Realmente, no puede hacerlo. No
tiene con qué; y cada vez menos; enfrentar los efectos ni de la más mínima
alteración del equilibrio precario en que se mantiene. No tiene el poder real;
no tiene suficiente. Está en las estructuras de Poder; pero no las controla
sino muy parcialmente.
Como refracción de cuando
vivía; de cuando su omnipresencia era el epicentro de la política y la vida
nacionales; desde la muerte de Chávez el epicentro de la crisis actual del
país; y del gobierno; es la crisis total del chavismo; su omni-ausencia; su
desaparición absoluta. Luego de su muy corta eternidad; ya abiertamente en el
postchavismo; nadie, ninguno de los varios chavismos que hay, reconocen el
liderazgo de Maduro; ninguno lo acepta como su sucesor. Por la evidencia, luego de dos años en Miraflores, de que no
tiene con qué; además de por no reconocérsele más derechos “históricos” que los
que reclaman otros chavismos.
La “estrategia” de Maduro es
no decidir; no arriesgarse a pisar las “conchas de mango” que le ponen en su
camino; sobre todo, son quienes pueden, otros chavismos, sus verdaderos enemigos
concretos. E, igual que tiene parado el país, hizo parar el proceso hacia las
parlamentarias. Hizo que la directiva del CNE, controlada por el madurismo; sin
rubor ni explicación; obscenamente pospusiera decidir, fecha, calendario,
circunscripciones, actualización del RE. Se manejó como escenario bien posible;
muy, muy posible, posponerlo para el próximo año. Nada que ver con la oposición
ni el imperialismo ni la guerra económica; etcétera; ni estrategia de
desestabilización ninguna. Se trataba de que el madurismo no tiene el control
total del CNE; controla y maneja su directiva; pero no las partes medulares del procesamiento y las
totalizaciones; bajo control del 4-febrerismo. Y que es donde se determinan los
resultados concretos finales. La tranca estaba en que entre madurismo y
4-febrerismo no había acuerdo; peor aún,
en que ninguno cedía en relación al quantum del cuadro final de parlamentarios
de uno y otro.
.- Por la mediación de
Lula y Dilma hubo fecha para las parlamentarias.
Vicente Díaz; ahora sí, no siendo rector; declaró en términos muy precisos sobre
que el CNE no definiera la fecha de las
parlamentarias. Dijo que no había razones técnicas no operativas; que se
trataba de una cuestión política. Pero no entro en consideraciones más concretas
sobre el tema. Pasaron varias semanas, desde la fecha en que debían haber
definido todo; y los rectores en sus declaraciones a los medios no hacían
mención al asunto. No había fecha; y a pesar del costo político que implicaba;
el madurismo, trancado; realmente jugaba hasta a la posibilidad de posponer las
elecciones para el 2016. Así era de dura la tranca con el 4-febrerismo.
Diosdado Cabello no viajó casa
de Lula a comprar aspirina ni alkaselser;
“ni Vick Vaporú”, como dice Mingo. Fue a buscar, a negociar, su mediación y la
de Dilma Rouseff; no con los EEUU; sino con Maduro. Sobre bases, presión,
chantaje; de las que se sabe muy poco todavía; pero que, según, habrían sido
muy duras; concretamente en relación a los efectos e implicaciones que, “para
todos”, desencadenaría que las elecciones no fueran ahora; con la abierta ruptura
entre los chavismos; y el efecto desestabilizador que conllevaría; concretamente en las
relaciones entre ambos países; y el impacto sobre el PT el PSUV . Medió Lula y
movió que Rouseff lo hiciera; y se dio la reunión de Haití; a la que, según,
estaba prevista la presencia de Maduro; que no la hubo; sin que ello alterara
lo que el 4-febrerismo buscaba. Como por un hechizo; sin más; siempre sin
explicación; desaparecieron las determinantes políticas que trancaban la fecha
y ponían en veremos las parlamentarias. Tanto, que solo horas después de la
reunión en Puerto Príncipe, Tibisay Lucena anunció que serían el 6 de
diciembre.
.- 6D: chavismos
“fifsty-fifsty”. Sin revocatorio presidencial en el 2016.
Las primarias del PSUV fueron
una derrota para Maduro y el madurismo; aunque propiamente no fueron un triunfo
neto para el 4-febrerismo. Un resultado parejo determinado por la dureza del
enfrentamiento interno; por el que estuvo planteada hasta la suspensión de las elecciones;
con todos los costos que ello acarreaba para ambos. Como ya dije; aún no se
sabe sobre cuales bases; pero la maniobra de Cabello, del 4-febrerismo en
Brasil, resultó. Después de Haití, por la intervención de Roussef; se destrancó lo de las parlamentarias. Desde
entonces, entre los dos chavismos que comparten el control del CNE-SMARMATIK
hay un modus vivendi; actúan como unidos, como “hermanos en Chávez”; etcétera. Pero
es solo el congelamiento, no la solución, de la confrontación interna. Con
lapso fijo; hasta diciembre próximo; cuando se concrete, según, con el monitoreo de Lula, el reparto de los
parlamentarios chavistas; y las asignaciones de los de las oposiciones. Lo
convenido, según, habría sido que todas
fracciones chavistas sumen la mayoría absoluta; y, según la calificada de la
próxima Asamblea Nacional; pero que entre madurismo y 4-febrerismo haya un
“fifsty-fifsty”. Con una distribución de oposicionistas en la que ninguna de las principales tenga la mayoría de la
fracción; estén parejas.. Para una correlación general resultante, tal, que resulte
imposible, o casi, armar una mayoría, la requerida, calificada para aprobar el
revocatorio presidencial en el próximo 2016.
.’.-De la derrota de “la
ofensiva fulminante antifascista” a la “unidad electoral perfecta”.
Como resultado de la ristra
de pifias políticas cometidas desde
febrero del 2014; aunque paró casi en seco, no totalmente, el asalto al Poder
Electoral, que el 4-febrerismo intento en noviembre y diciembre de ese año; y
pese a las buenas ventajas iniciales que
internamente logró. Luego del 6D; el madurismo no contará sino con una parte;
ni siquiera mayoritaria; de los parlamentarios chavistas. Incluso con los
resultados que previsiblemente arme el CNE-SMARMATIC, dándole a los chavismos,
los votos previstos repartidos según lo convenido. Tendrá que negociar
“internamente” todo, o casi. Nada que ver con su pretensión, que manifestó
varias veces; de contar con una AN incondicional como la que tuvo y, en tal caso, tendría Chávez. Concretamente por sus pifias.
Pasar por alto y desviar la culpabilización hacia la oposición, del golpe
contra él que el 12 de febrero lanzó el 4-febrerismo ´por el que la GNB y
colectivos ensangrentaron al país
durante semanas. Sacar del MIJP a Rodríguez Torres que le garantizó la
permanencia y estabilidad desde la muerte de Chávez; y que fue quien derrotó el
referido golpe 4-febrerista contra Maduro . Caer en la trampa que el mismo 4-f le
montó en el 2o Congreso del PSUV en el que legitimó a Cabello como
vicepresidente a cambio de una presidencia sin ningún control partidista concreto.
Incluso a pesar de que cuando la “renovación” del Poder Electoral, el
4-febrerismo, con Cabello adelante, le demostró que “iba con todo”; Maduro “le
perdonó la vida”. Y no solamente que no se lo sacudió, como estaba programado;
luego de sacudirse a Giordani, Ramírez y
Jaua; faltaba él; sino que, en contra del criterio de una mayoría de
parlamentarios chavistas; apoyó que siguiera en la presidencia de la AN. Finalmente;
ir a una primarias montadas y manipuladas por el 4-febrerismo de las que salió
derrotado.
.- 2016: una AN despolarizada.
¿Viene al caso lo anterior?.
Sï. Porque Maduro y el madurismo, pase lo que pase, serán solo una minoría en
la AN. Se acabó el tiempo de una AN con mayoría chavista que, sin pestañar,
votaba unánimemente lo que llegara de Miraflores. En este momento, la duda que todavía queda en algunas de las
cúpulas psuvistas, es si se lanzan a “ganar” la mayoría calificada; o si, más
bien; “la masa no está para bollos”; se conforman solo con una mayoría absoluta
como ahora; y en qué proporción. No hay dudas sobre que el CNE-SMARMATIC, el
6D, como desde el 2004, cantará otra vez el “triunfo chavista”. Pero que en
concreto será, no de “el” chavismo; sino
de, los, chavismos; de los chavismos, la mayoría no-maduristas; y buena
parte, anti-maduristas.
Sin que quepa hablar de una
inflexión; aunque con mayoría chavista; una AN conformada por tres o cuatro
chavismos, de una parte; y de otra por cinco o seis oposiciones; va a ser
diferente. En las dinámicas de cada uno de los ismos, fragmentados, no
homogéneos, será muy cuesta arriba unificar criterios; más aún, imponerlos. Desde
hace rato cada grupo de ambos ismos está en lo suyo; con casi nada que ver, ni
en común, con los otros. Lo menos eso significa que ni siquiera al nivel de lo
político-institucional en la realidad va ser fácil polarizar. Aunque mediáticamente
se mantenga la escenografía de “ la polarización perfecta”.
.- Un régimen de
“mayorías” franquiciadas; sin representación de
minorías
La gente no está informada; en general no sabe nada en concreto, ni siquiera el
nombre, de los candidatos por los que el
PSUV y la MUD le harán votar; la mayoría paracaidistas, impuestos, según, “consensuados”, “unitarios”
de las burocracias; y solo unos pocos, suyos; los que, en casos, promovió y circunstancialmente se colaron. No tiene
idea de hasta donde operan las perversiones
del fraude del CNE y las franquicias partidistas. Ignora de entrada, que la
representación proporcional de las minorías, establecida en la CRBV, de hecho
no existe; que fue eliminada mediante una reforma anti-inconstitucional
de la Ley Electoral en el 2009. Por lo que ya no hay “el cociente”, y para
ganar un candidato necesita tener la primera o en tal caso la segunda votación
en su circuito; o en el estado. El sistema electoral venezolano;
“participativo, protagónico”; perfeccionado el puntofijista por el chavismo;
quitada toda posibilidad a las minorías; ha reducido al venezolano a un régimen
político-electoral de mayorías
franquiciadas; en el que los inscritos en el RE, en definitiva, solo votan, no
eligen.
Según las encuestas, la
mayoría va a votar; a pesar de la consciencia, también mayoritaria, de que solo
vota, de que no elige; de que habrá fraude; a pesar de que no confía en el CNE. Pero va a votar. Aunque, a pesar de tal disposición a votar como
sea; la imposición de la mayoría de
candidatos, de paracaidistas, de ambos ismos; en vez de los candidatos naturales de la gente;
apunta hacia una alta abstención.
.- Nada va a cambiar a
partir del 6D.
Como ha sido, desde el 2004;
la mayoría de la gente votará, en
contra; dos tercios largos están contra el chavismo; pero también están contra el puntofijismo, contra sus
persistencias y versiones actuales; las oposiciones de la MUD y en general, sus disidencias. La mayoría de los futuros diputados electos el
6D; impuestos; y ni siquiera, impuestos por los partidos, por sus bases; sino
por las burocracias y los factores de poder mediáticos y financieros a los que
responden.
Tratándose de una trampa para
polarizar; para inducir a la gente a votar en contra; a “no perder el voto”; la campaña electoral es
absolutamente vacía; no tiene ningún contenido real. Y, así como nada está
realmente planteado en ella; salvo manipulaciones mediáticas y retóricas
polarizantes; generales; de ambas partes, sin asideros ni soportes reales. Así
como no
tiene que ver realmente ni con los problemas ni la crisis y sus efectos;
ni a nivel de la gente, de las comunidades; ni del país; tampoco sus
resultados, sean los que sean; incidirán en nada, ni en sí ni en nó, en ellos.
Los resultados que el 6D cante el
CNE-SMARTMATIC; y la correlación parlamentaria
que derive de ellos; no significarán ningún cambio en la dinámica
sociopolítica real del país. Y, menos, en la político-institucional. Será igual;
exactamente igual; que como fue en el 2010. Incluso en el escenario de que, bajo la presión internacional el madurismo y el 4-febrerismo consensuaran
para que se computara una ventaja mínima de las oposiciones; y que
resultaran dos bloques parlamentarios
parejos; nada va a cambiar por ese solo hecho.
Como sucedió hace cinco años;
enero del 2016 será un replay del enero del 2011. Sin entrar en el tema; y
diciéndolo rápido; la AN que habrá entonces; conformada como estará conformada
por fichas de las burocracias y las cúpulas, de los chavismos y de las
oposiciones; tendrá tanta relación con la realidad sociopolítica y la crisis
nacionales actuales, como la que tienen ellas. O sea, ninguna. Como tal; aparte
los efectos que en ella tenga la
imparable profundización de la crisis entre los chavismos; la próxima AN, será
tan determinante del curso inmediato futuro de la crisis nacional; como lo ha
sido la actual en los últimos cinco años. O sea, en nada.
Caracas agosto 2015
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