14 ago 2015

PSUV y MUD: tras la polarización perfecta

.- Primarias, una simetría perfecta.
Enmarcadas en el contexto político-institucional actual, las primarias de la MUD y del PSUV fueron sustancialmente iguales en significación y alcances políticos. Aunque diferentes en su concreción cuantitativa; en costos, manipulación mediática, recursos propagandísticos  operativos e infraestructura; etcéteras. Las del oficialismo fueron un derroche de abuso en la utilización de los recursos del   Estado. Las de las oposiciones, restringidas a los aportes de los propios candidatos y de quienes los apoyaban. Pero ambas tuvieron igual propósito. Ambas fueron manipuladas por las cúpulas psuvistas y mudistas, con dos propósitos complementarios; proyectar la imagen de que hubo selección participativa  en las candidaturas; junto a garantizarle a sus burocracias partidistas las posiciones salidoras.
Ambas primarias, conformaron una simetría. No solo en lo ya apuntado; del propósito con que se hicieron y su concreción, etcétera; sino en la respuesta de la gente, en su participación; y el producto resultante. A pesar de las campañas, sobre todo de la oficialista, llamando a votar; la gente, el país, no se dio por enterado. Y los días de votación, los centros electorales estuvieron en general vacíos. La gente, “las bases”; ni de la oposición ni del oficialismo, votaron; sino, en tal caso mínimamente; y en el de éste último según nóminas, bajo presión o movida desde gobernaciones y alcaldías. Lo que obviamente se reflejó en las totalizaciones, en su ocasión; gruesas; dadas por ambos comandos; que, a pesar de la manipulación y la retórica, de ambos, demostraron, no solo la falta de apoyo real que tienen; sino, hasta el rechazo de que son objeto por las mayorías.
Igual a pesar de las huecas retóricas triunfalistas, el resultado de ambas primarias;  con diferencias relativas; fue el de candidatos de las burocracias y cúpulas,  puestas, o  impuestas; no de la gente, ni de las bases. Candidaturas,  la mayoría ficticias, producto  de procesos, según, “participativos”; “unitarios”; realmente entubados; que a contrapelo de la unidad que se pretende vender, muestran la profunda crisis interna en que ambos, chavismos y oposiciones están.

. 2004-2015: de la polarización a la despolarización.
Del 2004 al 2006; cuando el revocatorio y la primera reelección de Chávez, ya  con la CRBV; el país estuvo y votó absolutamente polarizado; los venezolanos estaban con él o contra él. Hoy a diez años de entonces, la realidad política y electoral no tiene nada, o casi, que ver. Hoy los venezolanos no están polarizados ni política ni electoralmente. Aunque la inmensa mayoría, tres cuartos o más, estén contra el madurismo y cualquier variante de chavismo; y aunque previsiblemente voten en contra; no será por votar por las oposiciones ni  porque se identifique con la MUD ni las varias versiones de puntofijismo que la constituyen. Sino por votar antichavista; concretamente antimadurista.
La dinámica político-institucional actual se soporta en las relaciones de poder entre un autoritarismo hegemónico que controla todos los mecanismos de poder fácticos e institucionales; y una oposición; propiamente, unas oposiciones, atenidas a los márgenes y pautas que se le imponen y permiten para su actuación.  Aparte la narrativa de cómo y por qué eso es así; que no es el tema; esa es la realidad. Las oposiciones no tienen ni la más mínima capacidad para enfrentar y frenar ninguna acción del chavismo por muy irracional arbitraria y anticonstitucional que sea. Y, se limitan, en tal caso a denunciarla y rechazarla; en tal caso, de acuerdo a la circunstancia; a  llamar a votar en contra. O; a retorizar oportunista e irresponsablemente, sobre una supuesta “salida”; por lo demás, sin tener con qué ni apoyo sociopolítico importante; salvo de factores tradicionales de poder. Tal cuadro político-institucional en el, que, desde el principio, Chávez soportó la consolidación de su autoritarismo; tanto que hasta lo transfirió testamentariamente, “sin un tiro”; y que le ha permitido mantenerse a Maduro; se soportó y soporta sustancialmente, en la polarización.  

Pero ya en el 2007 la despolarización sociopolítica, de la gente, comenzó a mostrarse; intensificándose y profundizándose sostenidamente desde entonces; hasta hoy cuando prácticamente no la hay. A pesar de que  las cúpulas de ambos ismos; chavismos y oposiciones; aunque sin ni siquiera ellas mismas estar polarizadas; juegan a polarizar electoralmente el país.
.- La simetría de las “unidades perfectas”
Los dos ismos polarizadores, cúpulas chavistas y mudistas; usan la misma retórica sobre sus fórmulas electorales, según, resultados de sus respectivas primarias y supuestos consensos internos. Ambos hablan de la “unidad perfecta”; como resultado de las ficciones que realmente  son sus “procesos internos”; manipulados, trampeados y clientelarizados entre ellos mismos;
Y tales “unidad perfecta”, no son ficciones solo por la forma como se manipularon internamente las postulaciones y se forzó o montó la votación que, realmente hubo; sino porque la supuesta “unidad” con que se les califica se garantiza mediante el perverso mecanismo de la franquicia electoral y/o candidatura. Ni disidencias ni alternativas “internas” a las candidaturas avaladas por ambas cúpulas y burocracias tienen realmente vida electoral por su cuenta; impedidas de todas las formas para la utilización de las franquicias electorales que ellas controlan; y de registrar las suyas propias. De tal forma que el carácter “unitario” de sus candidatos; aparte el porciento de quienes realmente los hayan votado internamente; resulta del encallejonamiento de, casi siempre, la mayoría que votará por ella bajo chantaje o por no ‘perder el voto.
.-Las disidencias los verdaderos enemigos de ambos.
Paradójicamente; algunas de las “disidencias” tienen más base real y desarrollo que las burocracias y cúpulas partidistas principales; que en concreto y, salvo algunos desarrollos regionales reales; mayormente, no son más que eso, burocracias; o partidos de maletín, gestorías que administran franquicias electorales o candidaturales. Sin vida real sino en las elecciones. Tanto que en los tiempos electorales se activa un mercado de compra-venta de partidos y tarjetas. Aunque en esto no hay simetría. El mayor desarrollo de las disidencias en las oposiciones, anteceden a la recomposición del cuadro de  cúpulas burocráticas que hoy forman la MUD. O sea, los partidos actuales resultan de reales o ficticios reagrupamientos a partir de la implosión del puntofijismo de los años noventa y primeros del siglo.  Mientras que las chavistas, al contrario, son el resultado concreto; en tiempo real; de la implosión del chavismo, hoy, “en pleno desarrollo”, desde años antes de la desaparición de Chávez. 
Este aspecto, de las diferencias en las  morfogénesis de las disidencias de ambos ismos, es clave para entender la radicalidad con que desde ambas burocracias se asume y endurece la polarización. Y la manipulación perversa para imponerla. Porque, el principal problema de ambas está en sus disidencias; y para algunos sectores; más que ganarle al otro. Luego de las primarias de la MUD, Ramos Allup declaró que sus resultados apuntaban, algo así, como  a que “las dos disidencias quedarían convertidas en polvo cósmico”. No cito textualmente; pero en concreto fue eso lo que declaró; y con esa misma figura de “polvo cósmico”, usual de  Chávez. Como expresión de esa misma consciencia de que sin la polarización, activándose las disidencias, las cúpulas pierden el control de la dinámica político-institucionales; Maduro últimamente, en varias ocasiones se ha referido a la supuesta “desideologización” y “despolitización” que se estaría dando en las bases chavistas.
Indicativamente; la atención o preocupación por la disidencia; que, en el caso de los chavismos, se supone derivada de la “desideologización”; y en el de las oposiciones, de la llamada “antipolítica”; se activa, es  en la perspectiva electoral. A las cúpulas burocráticas de ambos ismos, no importa nada que tenga que ver con lo ideológico o teórico o doctrinario; tampoco a la mayoría de las disidencias. Les preocupa es que esas disidencias, activadas electoralmente, le quitan y/o neutralizan importantes y determinantes sectores de las bases y potenciales electores. De tal forma que por eso; aunque el CNE-SMARMATIK se ocupa de ellas; son el enemigo común.    
.-Postchavismo: de la omnipresencia a la omniausencia de Chávez.
Desde  la muerte de Chávez el país está paralizado; en una inercia de deterioro creciente hacia el colapso; ante lo que el gobierno de Maduro ni siquiera  se da por aludido. Cada día anuncia medidas y acciones, tan alegremente, como no se ejecutan; y como luego no las vuelve a mencionar. O, como  simplemente las repite como si nada. Si se puede llamar así, la “estrategia” de Maduro, según, hasta las parlamentarias, es mantener todo igual; sin cambiar nada. No decide, solo anuncia. Realmente, no puede hacerlo. No tiene con qué; y cada vez menos; enfrentar los efectos ni de la más mínima alteración del equilibrio precario en que se mantiene. No tiene el poder real; no tiene suficiente. Está en las estructuras de Poder; pero no las controla sino muy parcialmente.
Como refracción de cuando vivía; de cuando su omnipresencia era el epicentro de la política y la vida nacionales; desde la muerte de Chávez el epicentro de la crisis actual del país; y del gobierno; es la crisis total del chavismo; su omni-ausencia; su desaparición absoluta. Luego de su muy corta eternidad; ya abiertamente en el postchavismo; nadie, ninguno de los varios chavismos que hay, reconocen el liderazgo de Maduro; ninguno lo acepta como su sucesor. Por la evidencia,  luego de dos años en Miraflores, de que no tiene con qué; además de por no reconocérsele más derechos “históricos” que los que reclaman otros chavismos.
La “estrategia” de Maduro es no decidir; no arriesgarse a pisar las “conchas de mango” que le ponen en su camino; sobre todo, son quienes pueden, otros chavismos, sus verdaderos enemigos concretos. E, igual que tiene parado el país, hizo parar el proceso hacia las parlamentarias. Hizo que la directiva del CNE, controlada por el madurismo; sin rubor ni explicación; obscenamente pospusiera decidir, fecha, calendario, circunscripciones, actualización del RE. Se manejó como escenario bien posible; muy, muy posible, posponerlo para el próximo año. Nada que ver con la oposición ni el imperialismo ni la guerra económica; etcétera; ni estrategia de desestabilización ninguna. Se trataba de que el madurismo no tiene el control total del CNE; controla y maneja su directiva; pero no  las partes medulares del procesamiento y las totalizaciones; bajo control del 4-febrerismo. Y que es donde se determinan los resultados concretos finales. La tranca estaba en que entre madurismo y 4-febrerismo no había acuerdo;  peor aún, en que ninguno cedía en relación al quantum del cuadro final de parlamentarios de uno y otro.
.- Por la mediación de Lula y Dilma hubo fecha para las parlamentarias.
Vicente Díaz;  ahora sí, no siendo  rector; declaró en términos muy precisos sobre que el CNE no  definiera la fecha de las parlamentarias. Dijo que no había razones técnicas no operativas; que se trataba de una cuestión política. Pero no entro en consideraciones más concretas sobre el tema. Pasaron varias semanas, desde la fecha en que debían haber definido todo; y los rectores en sus declaraciones a los medios no hacían mención al asunto. No había fecha; y a pesar del costo político que implicaba; el madurismo, trancado; realmente jugaba hasta a la posibilidad de posponer las elecciones para el 2016. Así era de dura la tranca con el 4-febrerismo.
Diosdado Cabello no viajó casa de Lula a comprar  aspirina ni alkaselser; “ni Vick Vaporú”, como dice Mingo. Fue a buscar, a negociar, su mediación y la de Dilma Rouseff; no con los EEUU; sino con Maduro. Sobre bases, presión, chantaje; de las que se sabe muy poco todavía; pero que, según, habrían sido muy duras; concretamente en relación a los efectos e implicaciones que, “para todos”, desencadenaría que las elecciones no fueran ahora; con la abierta  ruptura  entre los chavismos; y el efecto desestabilizador  que conllevaría; concretamente en las relaciones entre ambos países; y el impacto sobre el PT el PSUV . Medió Lula y movió que Rouseff lo hiciera; y se dio la reunión de Haití; a la que, según, estaba prevista la presencia de Maduro; que no la hubo; sin que ello alterara lo que el 4-febrerismo buscaba. Como por un hechizo; sin más; siempre sin explicación; desaparecieron las determinantes políticas que trancaban la fecha y ponían en veremos las parlamentarias. Tanto, que solo horas después de la reunión en Puerto Príncipe, Tibisay Lucena anunció que serían el 6 de diciembre.    
.- 6D: chavismos “fifsty-fifsty”. Sin revocatorio presidencial en el 2016.
Las primarias del PSUV fueron una derrota para Maduro y el madurismo; aunque propiamente no fueron un triunfo neto para el 4-febrerismo. Un resultado parejo determinado por la dureza del enfrentamiento interno; por el que estuvo planteada hasta la suspensión de las elecciones; con todos los costos que ello acarreaba para ambos. Como ya dije; aún no se sabe sobre cuales bases; pero la maniobra de Cabello, del 4-febrerismo en Brasil, resultó. Después de Haití, por la intervención de Roussef;  se destrancó lo de las parlamentarias. Desde entonces, entre los dos chavismos que comparten el control del CNE-SMARMATIK hay un modus vivendi; actúan como unidos, como “hermanos en Chávez”; etcétera. Pero es solo el congelamiento, no la solución, de la confrontación interna. Con lapso fijo; hasta diciembre próximo; cuando se concrete, según,  con el monitoreo de Lula, el reparto de los parlamentarios chavistas; y las asignaciones de los de las oposiciones. Lo convenido, según, habría sido que  todas fracciones chavistas sumen la mayoría absoluta; y, según la calificada de la próxima Asamblea Nacional; pero que entre madurismo y 4-febrerismo haya un “fifsty-fifsty”. Con una distribución de oposicionistas en la que ninguna de  las principales tenga la mayoría de la fracción; estén parejas.. Para una correlación general resultante, tal, que resulte imposible, o casi, armar una mayoría, la requerida, calificada para aprobar el revocatorio presidencial en el próximo 2016.
.’.-De la derrota de “la ofensiva fulminante antifascista” a la “unidad electoral perfecta”.
Como resultado de la ristra de  pifias políticas cometidas desde febrero del 2014; aunque paró casi en seco, no totalmente, el asalto al Poder Electoral, que el 4-febrerismo intento en noviembre y diciembre de ese año; y pese a las buenas  ventajas iniciales que internamente logró. Luego del 6D; el madurismo no contará sino con una parte; ni siquiera mayoritaria; de los parlamentarios chavistas. Incluso con los resultados que previsiblemente arme el CNE-SMARMATIC, dándole a los chavismos, los votos previstos repartidos según lo convenido. Tendrá que negociar “internamente” todo, o casi. Nada que ver con su pretensión, que manifestó varias veces; de contar con una AN incondicional  como la que tuvo y, en tal caso,  tendría Chávez. Concretamente por sus pifias. Pasar por alto y desviar la culpabilización hacia la oposición, del golpe contra él que el 12 de febrero lanzó el 4-febrerismo ´por el que la GNB y colectivos  ensangrentaron al país durante semanas. Sacar del MIJP a Rodríguez Torres que le garantizó la permanencia y estabilidad desde la muerte de Chávez; y que fue quien derrotó el referido golpe 4-febrerista contra Maduro . Caer en la trampa que el mismo 4-f le montó en el 2o Congreso del PSUV en el que legitimó a Cabello como vicepresidente a cambio de una presidencia  sin ningún control partidista concreto. Incluso a pesar de que cuando la “renovación” del Poder Electoral, el 4-febrerismo, con Cabello adelante, le demostró que “iba con todo”; Maduro “le perdonó la vida”. Y no solamente que no se lo sacudió, como estaba programado; luego de sacudirse a  Giordani, Ramírez y Jaua; faltaba él; sino que, en contra del criterio de una mayoría de parlamentarios chavistas; apoyó que siguiera en la presidencia de la AN. Finalmente; ir a una primarias montadas y manipuladas por el 4-febrerismo de las que salió derrotado.
 .- 2016: una AN despolarizada.
¿Viene al caso lo anterior?. Sï. Porque Maduro y el madurismo, pase lo que pase, serán solo una minoría en la AN. Se acabó el tiempo de una AN con mayoría chavista que, sin pestañar, votaba unánimemente lo que llegara de Miraflores. En este momento, la  duda que todavía queda en algunas de las cúpulas psuvistas, es si se lanzan a “ganar” la mayoría calificada; o si, más bien; “la masa no está para bollos”; se conforman solo con una mayoría absoluta como ahora; y en qué proporción. No hay dudas sobre que el CNE-SMARMATIC, el 6D, como desde el 2004, cantará otra vez el “triunfo chavista”. Pero que en concreto será, no de “el” chavismo; sino  de, los, chavismos; de los chavismos, la mayoría no-maduristas; y buena parte, anti-maduristas.
Sin que quepa hablar de una inflexión; aunque con mayoría chavista; una AN conformada por tres o cuatro chavismos, de una parte; y de otra por cinco o seis oposiciones; va a ser diferente. En las dinámicas de cada uno de los ismos, fragmentados, no homogéneos, será muy cuesta arriba  unificar criterios; más aún, imponerlos. Desde hace rato cada grupo de ambos ismos está en lo suyo; con casi nada que ver, ni en común, con los otros. Lo menos eso significa que ni siquiera al nivel de lo político-institucional en la realidad va ser fácil polarizar. Aunque mediáticamente se mantenga la escenografía de “ la polarización perfecta”.
.- Un régimen de “mayorías” franquiciadas; sin representación de  minorías
La gente no está  informada; en general  no sabe nada en concreto, ni siquiera el nombre, de  los candidatos por los que el PSUV y la MUD le harán votar; la mayoría paracaidistas,  impuestos, según, “consensuados”, “unitarios” de las burocracias; y solo unos pocos, suyos; los  que, en casos, promovió  y circunstancialmente se colaron. No tiene idea de  hasta donde operan las perversiones del fraude del CNE y las franquicias partidistas. Ignora de entrada, que la representación proporcional de las minorías, establecida en la CRBV, de hecho no existe; que fue   eliminada mediante una reforma anti-inconstitucional de la Ley Electoral en el 2009. Por lo que ya no hay “el cociente”, y para ganar un candidato necesita tener la primera o en tal caso la segunda votación en su circuito; o en el estado. El sistema electoral venezolano; “participativo, protagónico”; perfeccionado el puntofijista por el chavismo; quitada toda posibilidad a las minorías; ha reducido al venezolano a un régimen político-electoral  de mayorías franquiciadas; en el que los inscritos en el RE, en definitiva, solo votan, no eligen.
Según las encuestas, la mayoría va a votar; a pesar de la consciencia, también mayoritaria, de que solo vota, de que no elige; de que habrá fraude; a pesar de que no  confía en el CNE. Pero va a votar.  Aunque, a pesar de tal disposición a votar como sea; la imposición de la mayoría  de candidatos, de paracaidistas, de ambos ismos;  en vez de los candidatos naturales de la gente; apunta hacia una alta abstención.
.- Nada va a cambiar a partir del 6D.
Como ha sido, desde el 2004; la mayoría de la gente votará,  en contra; dos tercios largos están contra el chavismo;  pero también  están contra el puntofijismo, contra sus persistencias y versiones actuales; las oposiciones de  la MUD y  en general, sus disidencias.  La mayoría de los futuros diputados electos el 6D; impuestos; y ni siquiera, impuestos por los partidos, por sus bases; sino por las burocracias y los factores de poder mediáticos y financieros a los que responden.
Tratándose de una trampa para polarizar; para inducir a la gente a votar en contra;  a “no perder el voto”; la campaña electoral es absolutamente vacía; no tiene ningún contenido real. Y, así como nada está realmente planteado en ella; salvo manipulaciones mediáticas y retóricas polarizantes; generales; de ambas partes, sin asideros ni soportes reales. Así como  no  tiene que ver realmente ni con los problemas ni la crisis y sus efectos; ni a nivel de la gente, de las comunidades; ni del país; tampoco sus resultados, sean los que sean; incidirán en nada, ni en sí ni en nó, en ellos. Los resultados que el 6D  cante el CNE-SMARTMATIC; y la correlación parlamentaria  que derive de ellos; no significarán ningún cambio en la dinámica sociopolítica real del país. Y, menos, en la político-institucional. Será igual; exactamente igual; que como fue en el 2010. Incluso en el escenario  de que, bajo la presión internacional  el madurismo y el 4-febrerismo consensuaran para que se computara una ventaja mínima de las oposiciones; y que resultaran  dos bloques parlamentarios parejos; nada va a cambiar por ese solo hecho.
Como sucedió hace cinco años; enero del 2016 será un replay del enero del 2011. Sin entrar en el tema; y diciéndolo rápido; la AN que habrá entonces; conformada como estará conformada por fichas de las burocracias y las cúpulas, de los chavismos y de las oposiciones; tendrá tanta relación con la realidad sociopolítica y la crisis nacionales actuales, como la que tienen ellas. O sea, ninguna. Como tal; aparte los efectos que en ella tenga  la imparable profundización de la crisis entre los chavismos; la próxima AN, será tan determinante del curso inmediato futuro de la crisis nacional; como lo ha sido la actual en los últimos cinco años. O sea, en nada.
Caracas agosto 2015




  

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