19 ene 2015

El Madurismo dejó a Cabello en la AN

.-* Se lo sacudió sin liquidarlo.
Hubiera apostado a que Diosdado Cabello no repetía en la presidencia de la AN; siendo el objeto del cuarto sacudón de Maduro en su línea de imponerse como la cabeza mayor  de todos  los chavismos. Se lo sacudió; pero sin liquidarlo, al menos inmediatamente; poniéndolo en una situación similar a la que están Ramírez y  Jaua, que siguen, sí; pero solo como personal de apoyo; cada vez con menos presencia política; sin poder fáctico concreto. Cabello sigue presidiendo el Parlamento; pero, como  hasta ahora, con dos vicepresidentes maduristas. De hecho y, según, sigue, porque Maduro  lo concedió así e impuso; decidió volverlo a poner. Por encima y en contra de la opinión de buena parte de los parlamentarios chavistas; particularmente de los maduristas; entre los que, además, varios aspiraban, con más credenciales y bases que él. De acuerdo a fuentes chavistas, que Darío Vivas y Blanca Eckuod no aceptaran repetir; fue, primero, porque, concretamente Vivas, aspiraba a presidir la AN; y, segundo, porque  rechazaron seguir siendo vicepresidentes con Cabello.
Y no es ningún triunfo de él ni de la Derecha Endógena; ni siquiera resultado de una negociación. Sino que fue una fórmula de bajo costo político. Con la que, por una parte el Madurismo evitó una confrontación interna con el 4-Febrerismo; al dejar, abruptamente,  en un limbo absoluto al vicepresidente del PSUV puesto por Chávez. Por otra parte,  se soslaya la movida cuestión de los varios aspirantes chavistas a la presidencia parlamentaria. Que, además, no fue anteriormente, ni menos es ahora, el centro de la confrontación interna entre chavismos. Esa confrontación, de principio a fin, fue por el control general de los poderes en el proceso de su  llamada, “renovación”; concreta y prioritariamente por el control del CNE, primero; y segundo, de la CGR.


.-* Cabello en las AN, Ortega en la FGR, Hernández rector suplente en el CNE.
La presidencia de la AN, con el control burocrático que tenía, fue utilizada por Diosdado para armar su estrategia de control, por el 4-F ,de esos entes y de aumentar su presencia en el TSJ. En función de garantizarse la mayoría de parlamentarios chavistas a elegirse en el 2015. Y de cubrirse las espaldas de eventuales acciones “anticorrupción” promovidas y manejadas desde otras cúpulas chavistas; en contra de grupos partidista-empresariales cívico-militares vinculados a ese chavismo. Se conoce lo que pasó; de acuerdo al análisis contenido en mi escrito, de diciembre pasado, “Renovación madurista de los poderes; triunfo pírrico, derrota política” que invito a re-leer. El M bloqueó la estrategia 4-F, impuso su control del CNE y de  la CGR; dejando o conviniendo dejar pasar solo la designación de la FGR y la de un rector-suplente; precisamente la del candidato de Cabello y Ameliatch a presidir el ente electoral.
Mismos sentido y lógica políticos asumidos por el Madurismo para aceptar re-designar a Ortega en la FGR y designar a Hernández a solo una suplencia electoral; aplica a la re-designación de Cabello en la presidencia de la AN. Igual  que para evitar llevar la confrontación al punto de “todo o nada”, de exterminio, en los casos referidos de la “renovación” de los poderes; hizo concesiones de bajo costo político en los menos importantes. Así en el parlamento.
.-* 2014: los dos fracasos de la Derecha Endógena
De la confrontación interna de chavismos, con las oposiciones siempre pintadas de la pared; y su remate de la re-designación de Cabello en la AN; Maduro y el Madurismo son los ganadores relancinos. Sin que tengan un liderazgo real; sí han logrado  el reconocimiento o la aceptación de la jefatura y la preponderancia sobre los restantes chavismos. Y que son quienes tienen el control de la dinámica político-institucional.
En este pasado 2014, determinado totalmente por la confrontación interna entre chavismos; en que  se lanzó a desestabilizar el país y poner a Maduro  “en tres y dos”; a imponerse como verdadera sucesora de Chávez; la Derecha Endógena fracasó doblemente. Fracasó, primero en la calle; cuando su “contraofensiva fulminante antifascista”, fue derrotada desde el MIJP y el MD en marzo y abril. Y ahora en noviembre y diciembre cuando la “renovación” de los poderes y de la AN que fracasó; teniendo que conformarse con posiciones  concedidas por conveniencias circunstanciales.  
.-* Maduro, el menos minusválido, es el jefe.
Maduro es el presidente del PSUV, ciertamente. Pero el manejo y control partidista lo tienen y operan el 4-F, concretamente Cabello y Ameliatch. Durante octubre y noviembre movieron mucho los procesos internos hacia las designaciones de las candidaturas a diputados en todo el país.  En la reunión con ministros y gobernadores del pasado 4E, sin que viniera al caso, anunció que el PSUV haría primarias para que las bases, etcétera, designaran sus candidatos para las elecciones del 2015. Hacer tal anuncio, no era a él, sino, en tal caso, a Cabello o a Ameliatch a quienes tocaba. Que lo hiciera evidentemente fue para ostentar que  es no solo el Presidente de la República, sino también el jefe del PSUV y el líder máximo del chavismo. El heredero de Chávez; depositario de su legado.
Que en la enana pelea interna entre chavismos; entre “chingos y sin narices”; Maduro y el Madurismo se haya impuesto a la Derecha Endógena, al  4-Febrerismo, controlando casi totalmente los poderes; no significa sino que en la confrontación burocrática el políticamente menos minusválido, se impuso al más minusválido. Lo que no tiene que ver nada con liderazgo alguno; ni siquiera con verdaderas jefaturas. Hoy ni siquiera una quinta parte de los venezolanos; ni un 20%; se identifica con el chavismo. La minusvalía de ambos se hizo patente en dos eventos promovidos como pruebas de fuerzas por cada uno; por el Madurismo el 15D la “Gran marcha antimperialista en rechazo a las sanciones…” ; y por el 4-Febrerismo las “elecciones internas” del PSUV en Julio. En la Avenida Bolívar la gente traída en miles de buses de todo el país no llegó a medio llenar tres cuadras. Mientras que a los  casi 2.000 centros de votación psuvistas no se presentó ni el 10% de más de los más de 7 millones y medio que le correspondía votar.
 .-* Ya en el post-chavismo, Maduro concentra tanto poder como Chávez.
No es nuevo; solo que ahora ya en el 2015, es más panorámico; y, digamos, sorprendente; que  sin relativismo alguno, los chavismos controlan todos los poderes. Y que, el madurismo, primado chavista, hoy dispone de una anuencia político-institucional, operativamente, absoluta; equiparable a la que tuvo Chávez. Sin tener con qué;  guardando las distancias; y además en el marco de la  mayor y más profunda, total, crisis de nuestra historia; Maduro tiene tanto poder fáctico, tan discrecional, como el que él tuvo. Aparte de que no sepa que hacer con él. Lo que tiene significación e implicaciones de largo y profundo  alcances políticos.
La morfogénesis del autoritarismo de Chávez; y de su mesianismo; es clara; lineal. Se enmarca y explica en la trasmutación, desde los noventa, del puntofijismo en chavismo. Pero agotado el chavismo y ya en el postchavismo luego de la diáspora de los chavismos por su muerte; es sorprendente que se esté volviendo a dar una concentración de poder sin precedentes, como la que se dio en los últimos diez años a partir del 2004. Y, sin un mesías;  todavía; sin embargo de lo que se promueve el Madurismo; al menos en intensión, con la misma pretensión hipostásica con que se promovió y hasta llegó a darse el chavismo; entonces, con Chávez.
Vale destacar que el dimensionamiento mediático de Chávez y su sin precedentes concentración absoluta de poder fáctico; enmarcados en el desmantelamiento y la desmoralización del país por el Puntofijismo; estuvo condicionada favorablemente por circunstancias económicas, realmente, sin parangón. Y por una larga coyuntura geopolítica, particularmente continental; que le fue absolutamente propicia. Todo lo contrario y opuesto a las condiciones, económicas, socioeconómicas, políticas y sociopolíticas, en que Maduro y el Madurismo se estabilizan en el Poder y lo concentran sin ni siquiera dificultades importantes. 
.-* Crónica de un 2015 anunciado en el que nada va a cambiar.
Aparte su dimensión estructural; inmediata, coyunturalmente, tal concentración de Poder en Maduro se proyecta en dos sentidos principales.  Uno, en el de la gestión de gobierno y la gobernabilidad. Disponiendo del control de todos los poderes públicos; además de la renta, de la violencia institucional y los medios de comunicación; sin contraposición concreta; ni oposición ninguna; nada explica, ni al país, incluidos los mismos chavistas, que no gobierne. Que no haga un gobierno; cualquiera; capitalista o socialista o revolucionario,  bolivariano, o chavista; el que sea. Que el país esté paralizado, que siga paralizado como está.; y cada vez más. Mientras de Maduro y su gobierno, como respuesta a la crisis;  no haya sino retórica, anuncios de anuncios; y denuncias y  llamados de alerta contra supuestas amenazas e inminencias.
La convocatoria sobre la marcha, luego del remate en el TSJ de “la renovación de poderes” a todos los gobernadores y alcaldes; “a todos”; por Maduro; pareció indicar que se reactivaría el diálogo nacional saboteado en los medios y la calle por la Derecha Endógena, en marzo pasado. Que se trataba de un nuevo intento, ahora asentado, estabilizado en el gobierno,, de lograr alguna gobernabilidad, de frenar el deterioro e impulsar la reactivación de la vida y la economía nacionales. El país ve como todo se reduce a otra cotorra, a la misma de siempre, interminable; a nada. 
El otro sentido  en que el control total de los poderes es determinante es el del cuadro y la dinámica políticos de este año 2015; concretamente de las elecciones parlamentarias. Cuadro en el que todo está definido; en el que no hay ninguna incógnita que resolver. Y del que los resultados están ya cantados. Con un CNE, empeorado partidistamente;  ahora más chavista; habrá los cómputos que le garanticen a los chavismos una AN, ni siquiera con la correlación actual, electa manipuladamente en el 2010; sino que con la mayoría absoluta. Lo previsible es que todo siga básicamente igual.
De la lúcida comprensión; nada que ver con las politologías habituales chavistas ni no-chavistas; de tales dos incidencias inmediatas de esa concentración de poder; de su relación entre ellas; y en conjunto con la estructura de fondo de la crisis nacional que las condiciona; será que eventualmente se dé un impulso de cambio.
Caracas enero del 2015.      

  

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