15 ago 2014

Torre David: Las torres gemelas de Maduro

.-*Sobre la “Torre Davíd”.
La llamada “Torre David”, (TD), es símbolo de muchas cosas de nuestra realidad e historia recientes; actuales y futuras. Tema bien propicio para insoslayables debates de fondo sobre la ciudad sobre lo público y el Poder que hay que dar; para los que, sin embargo hoy no hay, ni en perspectiva parece que habrá, posibilidades concretas. Esta nota, aunque tenga algunas referencias a tales aspectos de fondo relativos al Poder; se trata del manejo concreto que el gobierno le está dando, aparentemente, para resolver el enrevesado problema que significa desde que en el 2007 fue invadido por varios miles de familias.
.-* Un símbolo de la continuidad del puntofijismo y el chavismo.
Lo primero que no hay que perder de vista, es que fue el proyecto más ambicioso de CONFINANZAS un grupo financiero de formación y expansión estelar vinculado a los factores de poder puntofijistas de los setenta y ochenta. Su construcción se inició hacia 1990 y en el marco de la crisis financiera general de esos años se paralizó en 1994 y pasó a manos de FOGADE. Cabe destacar que de los veinte años que tiene paralizada, la TD, diez y seis han transcurrido bajo los gobiernos chavistas. Y que cuando en el 2007, hace siete años, fue  invadida sin ningún impedimento; ya tenía nueve años paralizada y ociosa en sus manos. Quiere decir que si ciertamente la TD es, digamos, un símbolo de la corrupción y demás perversiones burocráticas  puntofijistas; también lo es de las chavistas. De hecho resulta simbólica de la continuidad que en sustancia, morfogenéticamente, ha sido el chavismo del puntofijismo.
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-* Una ejecución muy avanzada.
Lo otro sobre lo que hay que llamar la atención es que, groso modo, el conjunto está conformado por tres cuerpos, el más alto de casi 200 metros de altura; casi como las torres del Parque Central; tiene más de 120.000 m2 de construcción; o sea suma un área construida de doce, (12), hectáreas; o doce manzanas, Y, que para el momento de su paralización, estaba lista toda su estructura de concreto armado y acero; y muy avanzada la colocación de las redes y sistemas de servicios internos. Según el arquitecto jefe del proyecto, desde la fecha de su paralización en octubre de 1994; según, lista en un 90% la torre principal; completando las instalaciones de servicio, exteriores, acabados, etcétera; el conjunto podía haberse concluido en tres años. 
.-*Hacer desaparecer entre 3 y 3,5 millardos de bolívares de todos.
Salvo la destrucción de las fachadas y en el  grado que sea,  de las ducterias de servicios  ya instaladas en 1994, y en sitio en 2007 cuando fue invadida, la estructura portante de los tres cuerpos de la TD, estando en perfectas condiciones es absolutamente utilizable; bien de acuerdo al proyecto original, o al de cualquier otro; no hay ninguna causa técnica constructiva limitante en ese sentido. Siendo que como estructura, no es ni capitalista ni socialista ni comunista; es solo una estructura. Cuyo “costo de reposición nuevo” actual; lo que costaría construirla hoy; a 15 o 20.000 Bs/m2; varias decenas de veces el costo unitario de los noventa; andaría entre los 1.800 y los 2.400 millones de bolívares; o sea, alrededor de los dos millardos. Dinero que, para decirlo en términos de las retórica chavista, “es del pueblo”, “es de todos”; y no tendría por qué, en tal caso, por ninguna razón, ser reducido a escombros; ser hecho desaparecer. Sobre todo tratándose de una estructura, como digo, absolutamente aprovechable,  con cada vez más valor, con una vida útil, de cien o hasta doscientos años; o más.
Pero es que, además, demoler cuesta tanto o más que construir. Independiente de la edad que tenga  lo que se demuela; demoler un metro cúbico de concreto armado, termina siendo más costoso que construir otro metro cúbico igual. Costo que varía según el método que se use; suponiendo, muy dudoso, que fuera utilizable la implosión; tal variación sería relativa a solo parte del proceso; a la estructura de costos; no al costo total. De tal forma que los costos de demoler, igual milmillonarios, sumados a los millardos  del valor de las estructuras convertidas en escombros; significarían que 3 o 3,5 millardos de bolívares propiedad de los venezolanos habrían sido hechos desaparecer; sin absolutamente nada a cambio Botados. Vale traer a la memoria colectiva, el que de los bloques de Nueva Tacagua, que, según,  tenían que haber sido demolidos totalmente para hace quince o veinte años; ninguno lo ha sido completamente; a pesar de los intentos fallidos de dinamitar a varios. Hasta tal punto que  algunos, desde hace años, están medio parados y medio caídos. Y, además, medio re-habitados. 
.-* A pesar de todo demolerla es una opción para Maduro.
En algún momento quizás se sepa por qué, luego de diez y seis años, la TD en manos del FOGADE chavista; y de siete de invasión también chavista; ahora el gobierno, chavista-madurista, decide desalojarla a lapso fijo; sobre la marcha; y con un costoso, complicado, y publicitado operativo; y militarizado. En tal caso, independientemente de cual sea la motivación; está bien que se frene tal irracionalidad panorámica. Y no tanto por lo panorámico; como por su expansión y complejización crecientes previsibles como irracionalidad. E igual está bien que, aunque se trate de otro “parlamentarismo” o “gobierno de calle” más, o sea, de puro, puro show, paja y manipulación; el ministro Villegas hable con los vecinos, aunque solo sean con los de La Candelaria; o escuche sus opiniones sobre qué hacer con la torre, etcétera y hasta se considere la posibilidad de demolerla. Por encima de todo; cómo y por lo que sea, está bien que se drene ese trauma; y con el montaje que sea. Y a pesar de que todo, presumiendo una lógica mínima, obligue  suponer que ya está tomada alguna decisión sobre su destino.   
Solamente que  ningún mínimo de lógica está garantizado con los chavismos. Ninguno. Que a estas alturas no se haya descartado formal y terminantemente, y se siga considerando la demolición como una alternativa; lo impulsa a uno a saltar e  incorporarse en el asiento.
Es claro, por lo visto, que a Maduro nadie  lo ha convencido de la irracionalidad de la idea de demoler la TD. Aunque es imposible que no le hayan mostrado las dimensiones reales, cualitativas y cuantitativas del problema. Sin embargo, en todas sus referencias al tema ha hecho mención de la demolición; de destinar esos terrenos a áreas recreacionales  para el pueblo, los “niños de la Patria”, etcétera. Junto a que el ministro Villegas, sigue mencionándola. Por lo que, sin el menor prejuicio, uno tiene que asumir que para las cúpulas gubernamentales, demoler, es una opción, quizás hasta la más,  entre las más viables. 
.-* La demolición perfecta. Torre David: las Torres Gemelas de NY de Maduro.
Cómo llega Maduro a la idea de demoler la TD, no requiere mucho para colegirlo; y no porque sea obvio en algún sentido; pues no lo es en  ninguno. Aunque pudiera no carecer totalmente de lógica; la idea de demoler el “Hotel Humboldt”,  en tal caso, por inútil y costoso de mantener; a nadie se le ha ocurrido plantearla. Como nadie ha planteado la demolición de las estructuras hoteleras del “Meliá Caribe” ni del “Sheraton”, a pesar del deterioro que presentan por el deslave del 99 y el abandono y desmantelamiento desde entonces. Al contrario, recientemente se anunció la contratación de su recuperación  total y su futura puesta en funcionamiento. La demolición es siempre la última opción razonable como solución a cualquier problema de ingeniería o arquitectura.
Pero, por lo visto, alguna o algunas de las muchas mafias  boliburguesas, cívico-militares nucleares de las cúpulas chavistas; vinculadas o, siendo el caso,  en punto de vincularse con trasnacionales de la macro-demolición, brasileiras, portuguesas, italianas, o de cualquiera otra nacionalidad; siempre en plan de grandes negocios y contratos dolarizados; deben haberle vendido la idea a Maduro de que la de la Torre David sería la “demolición perfecta”; un impacto internacional que , según, proyectaría mundialmente la solidez revolucionaria de su gobierno; su ilimitado compromiso anticapitalista y antimperislita. Sobre todo, una “demolición perfecta” que tendría un alto contenido político e ideológico. Un alto contenido “anticapitalista” y “antimperialista”; y, sobre todo, según, “antisionista”. Demoler; seria, implosionar; en solo minutos, máximo impacto; la torre levantada por un capitalista, banquero, corrupto puntofijista por antonomasia; agente imperialista, etcétera;  y, judío; que pretendió construir el hito urbano más alto de Caracas; sería un golpe moral y material noble al capitalismo, al imperio. Pero sobre todo, en la coyuntura de la masacre israelí, sionista, de palestinos en Gaza; ante la neutralidad mundial; hacer desplomar esa torre David, según, símbolo en Caracas del sionismo internacional; sería equivalente a la destrucción por Al Queda de las Torres Gemelas de Nueva York el 11S. La Torre David sería las Torres Gemelas de NY de Maduro.
Caracas  agosto de 2014.-

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