.-*Lo que no es esta campaña / El chavismo
no es la izquierda
No es cierto que en esta
campaña hay que optar entre la izquierda y la derecha. Ni el chavismo y su
candidato son izquierda y, menos, la izquierda; ni la oposición y su
candidato son derecha, y tampoco, la derecha.
De entrada hay que decir, que
no se es de izquierda porque se ataque al Imperio y al capitalismo; se pretenda
estar construyendo un socialismo, se cargue una gorra con la cara de el Ché y
se le pida la bendición a Fidel. Y menos, porque lo dijo Chávez.
La retórica chavista pretende
que el chavismo es izquierda, pese a que buena parte de sus dirigentes,
mayormente militares aunque también de los civiles, los que mas poder y posiciones
tienen, son notoriamente reaccionarios y fascistizantes. A buena parte de los
candidatos a gobernadores impuestos por Chávez y hoy en ejercicio, las mismas
bases chavistas del PSUV y el GPP, los acusaron de reaccionarios, de derecha;
además de corruptos; como acusan igual a Cabello y a Jorge Rodríguez y a muchos
otros en todo el país. El mismo Chávez; que aunque no se identificaba
claramente como de izquierda, aunque frecuentemente atacaba a ‘’la derecha’’,
practicó una concentración y acumulación personal de poder; cuando luego del
siglo de autoritarismos y totalitarismo, según de izquierda, que fue el Siglo
XX; precisamente la concentración de Poder; ha marcado la regresión y la
fascistización, de cualquier proceso político por muy progresista y
revolucionario que haya sido en sus orígenes. Y sin ir más allá, y, ‘’en tiempo
real’’, nada tan derechizante como la campaña chavista, de Maduro, en la que se
llama, por devoción religiosa, y por pagar ‘’los favores recibidos’ al ‘’Cristo
de los Pobres’’, a ‘’San Hugo Chávez’’ que ‘’está a la diestra de Dios Padre’’,
a votar por su hijo, por su apóstol.
Cierto que en el chavismo hay
gente y agrupaciones de izquierda; honestas y consecuentes. Y que se han
mantenido apoyando a Chávez por estar contra del puntofijismo; y por moverse en
la onda popular de masas que fue el chavismo. Gente de izquierda que siempre fue
utilizada como señuelo por él; pero que igual, siempre fue excluída maltratada
descalificada y combatida dentro de las conformaciones oficiales chavistas. Una
gente de izquierda, siempre excluida de la definición de políticas y la toma de
decisiones; que nunca, ahora tampoco, tuvo presencia ni peso real dentro de un
chavismo cada vez mas militarizado mas excluyente elitesco y fascistizante. Una
gente de izquierda cuya presencia en el chavismo, ni cuantitativa ni
cualitativamente, da como para caracterizarlo como de izquierda. Ni siquiera,
para hablar de que en él hay o se identifica una izquierda, una corriente o
tendencia concreta que merezca tal calificación.
.-* Ni la oposición es la derecha
Tampoco la oposición en
genérico, es ni la derecha, ni de derecha. Desde mismo la Independencia y la Federación; hasta el
hundimiento del puntofijismo y el surgimiento del chavismo; pasando por el
trienio adeco y el pacto de Punto Fijo; en Venezuela nunca ha habido base para
una derecha; ni siquiera moderada. Como se evidencia en esta segunda parte de la campaña presidencial; la
mayoría del antichavismo a pesar de la polarización, lo que rechaza es el
autoritarismo la concentración del Poder la arbitrariedad y la militarización
de la gestión pública; la excusión y el desconocimiento de la condición y los derechos ciudadano a quienes no lo apoyan.
La mayoría del antichavismo está por el cambio; y, en contra del regreso a
cualquier variante de puntofijismo. Estando sociopolíticamente conformada,
aparte por mas clase media que el chavismo, tan igualmente plural y
policlasista que éste; movida por las mismas expectativas tan progresistas y si
se quiere de izquierda que él.
Es cierto que en la oposición,
en sus cúpulas y dirección, han predominado factores de derecha y derechizantes;
factores de poder, mediáticos y financieros, que han sido determinantes; que se
hicieron del control y manejo de la campaña presidencial del 2012 hasta
sectarizarla y pervertirla como lo hicieron; hasta el impacto lamentable que en la subjetividad
nacional tuvo, no tanto sus resultados en sí, sino su desenlace. Sin embargo,
ya no por la MUD y el Comando Venezuela; esta campaña actual está siendo
llevada, por otra gente y de otra manera; y hasta con un discurso diferente del candidato, aunque
es el mismo; saliendo la gente del bajón anterior, del que él, Capriles, fue
corresponsable junto a su comando de entonces, su partido y los factores de
poder, reaccionarios, sí de derecha, que hegemonizaron excluyentemente y se robaron la campaña. Si la campaña
presidencial para octubre, sí fue derechizante, mesiánica, y con un contenido
neoliberal ex profeso mal disimulado; esta campaña es diferente; es incluso, si
se quiere, izquierdizante; hasta el
punto de que chavistas la han
calificado de copia de la suya; mientras que puntofijistas la han calificado de
populista. En mucho, ambos con razón. Lo concreto e importante, no es garantía
de nada, es que esta campaña es diferente y no está siendo manejada por misma gente
anterior ni de igual manera; y, aunque con el mismo candidato, con un discurso
diferente.
Indicativo es que ambas
campañas, más porque es inevitable que sea así, que por limitaciones de tiempo,
etcétera; es que tienen el mismo modelo y similar calendario de movilizaciones.
La acusación que ya se le ha hecho a Maduro de un discurso pragmático, válida
ciertamente; aunque no es la peor que habría que hacerle; igual cabe hacerla a
Capriles: su discurso es pragmático. Y, para ambos, es imposible de otra manera; como, el contexto
político-institucional en que se da la campaña, la realidad y su dinámica
concreta lo evidencian. A pesar de la retórica utopista y mesiánica chavistas;
de la delirante pretensión de imponer el imposible ‘’Estado Comunal’’; la concreción
de los programas reales que en perspectiva postelectoral, con variantes casi
solo formales, será básicamente la misma, sea Maduro, sea Capriles, el próximo
presidente. Igual que si fuera Chávez.
.-* Lo que sí es esta campaña / La
ciudadanización de la beligerancia social
No siendo esta campaña una
confrontación entre ‘’la izquierda y la
derecha’’; tampoco lo es entre ‘’comunismo y democracia’’ ni entre
‘’capitalismo y socialismo’’; ni ‘’entre capital y trabajo’’ ni entre
‘’burgueses y proletarios’’. Con cualquier resultado, la perspectiva concreta
de gobierno en cuanto a los problemas nacionales, es casi la misma con
variaciones de retórica estilo y acento en la orientación del clientelismo; y
en cuanto a la a exclusión y el autoritarismo con que se maneje el Poder. El
contenido real de esta campaña, a pesar de los chavistas y del fantasma de
Chávez; y también a pesar de la oposición y de sus cúpulas puntofijistas; es
que en ella la gente, ya mayormente antichavista a conciencia vuelve a activar
electoralmente su beligerancia contra el Poder. El Poder, aparte cualquier
retórica aparte cualquier retórica y manipulación mediática; y aún cuando no
sepan ni cómo ni qué hacer con él; el Poder del Estado Burgués que es el que
hay en Venezuela; hoy y aquí, está en las manos del chavismo, o, mas
precisamente, en las manos de los chavismos, de las varias cúpulas chavistas
que hay, ahora sueltas; tan burguesas
empresariales y capitalistas como las cúpulas de la oposición.
A pesar de la oposición; de
sus cúpulas empresarial-partidistas, de su disminuida MUD y el candidatural
partidista-empresarial que es; a pesar del candidato, que es el mismo; esta
campaña es diferente y tiene un contenido y alcance socio-político diferentes. La trampa que hizo montar Chávez y su sistema
para la reelección indefinida, (SAIME-CNE-PR-TSJ), mediante su plan-calendario
para la ‘’victoria perfecta’’; en la que metió a la oposición desde agosto
pasado; y que luego de muerto, han tenido que re-programar sobre la marcha,
apretándolo; si ciertamente la puso en ‘’tres y dos’’, y Capriles, que no
quería, tuvo que volverse a lanzar; terminó entrampando al mismo chavismo: El
trampero cayó en su propia trampa. Increíblemente, incluso ya en campaña, Jorge
Rodríguez, jefe del comando y varios otros dirigentes chavistas, y el mismo
Maduro; han repetido y repiten, sobre su
certeza de que Capriles retiraría su candidatura. Su fatua prepotencia, no les
permite captar ni entender cómo; que a pesar de
ser una campaña obscenamente diseñada por el CNE a la medida de la
coyuntura chavista; en desventaja e incertidumbre absolutas, el antichavismo se
haya y esté reactivado, ahora con mucho alcance e intensidad y calidad política
con que lo hizo cuando las espectaculares primarias de febrero del 2012. Por lo
visto, en las cúpulas chavistas, subestimando y desconociendo la calidad
política del venezolano, había la certeza de que lo inmediato y compacto de la
campaña iba a impedir una respuesta importante del antichavismo. Pues se
volvieron a equivocar. Como en las
primarias, y a pesar de todo, como en agosto, la respuesta antichavista actual,
otra vez, cualitativa y cuantitativamente, arropa a la chavista. Y aunque
siendo nuevamente Capriles el candidato, con estilos y contenidos diferentes no arrancó de cero; y sin los peores
protagonismos individuales y grupales de la oposición, que hubo en la campaña
de agosto; y con otro comando; lo determinante de la fuerza con que la gente se
está movilizando electoralmente, es que la unidad total ahora si se dio, ahora
con la tarjeta única, que haciendo desaparecer electoralmente los partidos,
dimensiona nacionalmente la beligerancia de la gente; despartidiza y
ciudadaniza la beligerancia, circunstancial y coyunturalmente antichavista; pero de fondo antiautoritaria, antipoder.
.-* También se inicia el
postchavismo-postpuntofijismo
Resulte lo que sea luego del
15A estas elecciones marcan el fin del cuadro político-institucional conformado
desde mediados de la década de los ochenta del siglo pasado; desde cuando a
partir de la creciente movilización nacional contra el puntofijismo, se fueron
creando las condiciones para el surgimiento y la conformación del chavismo,
derivadoación y continuidad de aquel. Incluso antes de la desaparición de
Chávez, el chavismo en mengua continuada tendía a su fin, marcado por los
procesos electorales del 2012 y 2013; y al que pretendió frenar con la huída
hacia adelante que fue la ‘’victoria perfecta’’ para la implantación del
‘’Estado Comunal’’, o, ’’La Nueva Geometría del Poder’’. El Estado Comunal,
regresivo y primitivizante, ya era inviable con él vivo; sin él, ni siquiera
los gestos de intentarlo implantarlo podrán concretarse. Cancelándose
imparablemente tal huída hacia adelante, única posibilidad, digamos, ‘’teórica’’,
de sobrevivencia del chavismo; dentro de la diáspora que será a corto plazo; ya
estamos en el post-chavismo.
Correlativamente, la limitada,
y mas mediática que concreta, recomposición del puntofijismo, a partir del
2009, con sus viejos y nuevos partidos y liderazgos, básicamente mediáticos,
tuvo su mejor momento y alcance con la MUD y las elecciones primarias de
febrero del 2012. Alcance achatado y pervertido, uno, por los sectarismos
partidistas antiunitarios, los protagonismos partidista-financieros y el peso
de los de poder tradicionales, dominantes en la MUD; y, dos, por la manipulación
de que fue objeto la subjetividad antipuntofijista por Capriles mismo como
candidato y por su oscuro comando de campaña. Pues, lo que resultó en octubre
con las elecciones presidenciales; y, luego y derivadamente en diciembre con
las regionales, determinaron la cancelación de dicha, ya de por sí limitada,
recomposición del puntofijismo. Con los desastrosos resultados de las
elecciones del 2012; en Venezuela finalmente entramos en el post-puntofijismo.
Si el chavismo y el mesianismo
autoritario fascistizante de Chávez se conformó ‘’surfeando’’ en la perversión
puntofijista, y en la manipulación mediática y polarizante de su negación;
correlativamente, el puntofijismo, primero sobrevivió aunque ‘’boquiando’’
durante los primeros años de Chávez; para luego intentar recomponerse, montándose
en el antichavismo creciente, en la negación mediática, igual polarizante, de
su perversión. De tal forma que el fin del uno conlleva e implica
ineluctablemente el fin del otro. Estar en el post-chavismo, entonces, es estar
en el post-puntofijismo. Se cierra políticamente el Siglo XX.
.-* Hacia la despolarización
Y, sobre la polarización,
habría que decir que bien probablemente, estas elecciones presidenciales sean
la últimas en que la polarización sea importante. Ella fue, nada original por
cierto, básicamente inducida mediáticamente a cuatro manos, por el chavismo y
por el puntofijismo. Su punto más alto fue cuando el RR de agosto del 2004;
desde entonces ha mantenido una tendencia decreciente, aunque en momentos menos
que en otros. Mismo para la última reelección de Chávez, al PSUV le costó
forzar a que quizás, hasta un tercio del chavismo votara; tenía la actitud de
abstenerse; y el 7O se estaba absteniendo aunque finalmente remolcado, votó.
Como no votó y se abstuvo cerca de un 40% en las elecciones regionales de
diciembre.
Constatablemente, en los últimos
procesos electorales, la despolarización, por estar en el Poder, ha afectado más
al chavismo que a la oposición. Más tienden a abstenerse los chavista que los
antichavistas. El agravamiento de la crisis nacional, y el deterioro de las
condiciones de vida de la gente, la decepción el rechazo a la militarización, a
pesar del clientelismo masivo de las misiones; la corrupción; junto al impacto
de la unidad oposicionista; tiene el efecto polarizante, circunstancial
electoral, de motivar a participar contra el chavismo; mayor que la motivación
a apoyarlo. Sin embargo, siendo inevitable la implosión de éste, contenida cada
vez mas dificultósa y costosamente desde tiempo atrás por Chávez; y a pesar, de la importante experiencia
unitaria actual; porque la crisis no comienza con Chávez; también la implosión,
o más propiamente, la re-dispersión de la oposición puntofijista, es imparable.
Si hay realmente las elecciones locales en julio, se verá como tanto las bases
chavistas como las antichavistas, despolarizadamente, desconocerán las
decisiones sobre candidaturas locales que las direcciones partidistas pretendan
imponer
.-* Los resultados vuelven a estar cantados.
Pero la gente v a votar
SAIME-CNE-PR-TSJ, obviamente
actuarán igual que siempre, y como en
los estos últimos procesos. Partiendo, como nadie seriamente a demostrado que
no; de que técnicamente pueden hacer el
fraude que se requiera para garantizar los números al chavismo, ya cantados;
que para eso están; la decisión que les falta tomar entonces es sobre cuánto
fraude es necesario y hay que hacer. Si solo el suficiente para que, razonable
y creíblemente Maduro resulte ganando a Capriles; si mas bien, tanto como para
que Maduro tenga los 8,5 millones que Chávez tuvo en octubre, y para que Capriles tenga más o menos los mismos
6,5 millones. O si, ‘’yéndose por la calle del medio’’, le ponen a Maduro los
mas de 10 millones que nunca se atrevieron a ponerle a Chávez. Lo que sí parece
evidente, se ve en la calle, es que, si
hipotéticamente no es posible el fraude y se cuentan solo los votos
verdaderos, y Maduro gana de verdad; pues será por muy poco margen. El espíritu
de Chávez, ni siquiera sentado como se pretende que está ‘’a la diestra de Dios
Padre’’, va a hacer el milagro de que los ocho y tantos que, en buena parte remolcados,
votaron por él el 7O; lo vuelvan a hacer ahora por Maduro. Y, mucho menos, que,
además 2 millones más lo hagan. Aparte
que en el chavismo el visibilizarse electoralmente mucho menos que el
antichavismo, parece indicativo de que la tendencia a abstenerse en él será alta,
quizás similar a la de diciembre.
Sin embargo, el antichavismo,
la gente, está movilizada y va a votar. A pesar del fraude y del ventajismo de los
que es víctima y está consciente, y a pesar del escepticismo, va a votar; seguramente
tanto como en octubre. Y, no por caprilismo ni por Capriles, que se considera
está haciendo su papel. Sino porque hay la conciencia de que a pesar de todo,
la participación masiva ciudadana antichavista antiautoritaria, contra el
Poder; a pesar de la simetría el fraude el ventajismo el chantaje y el
clientelismo; es una afirmación de beligerancia ciudadana. Es un triunfo de la
gente sobre el Poder.
Caracas abril 2013
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