El diálogo político, con la MUD, se trancó, propiamente fue trancado por Maduro: o, igual provocó que se trancara; porque las condiciones que en marzo propiciaron y viabilzaron su convocatoria, cambiaron. Hoy no existen. Al contrario, las existentes lo hacen imposible.
.-*Maduro fue quién lo promovió.
Cierto que fue Maduro quien promovió y forzó el diálogo; de hecho quién lo impuso; el diálogo general y particularmente el político. Que era; y sigue siendo, hasta de vida o muerte para él; su única posibilidad de lograr alguna gobernabilidad en el marco de la crisis nacional; sin capacidad ni base propias; y sometido al saboteo y entrabamiento de su gestión desde la mayoría de los chavismos. Buscando algún grado de consenso con sectores de la oposición en espacios político-institucionales, gobernaciones, alcaldías, fuera de la presión interna. Lo reactivó en marzo en el marco del claro apoyo pero condicionado de UNASUR. Con el aliento que le significó, la neutralización en febrero del golpe de la derecha endógena chavista, contra él; la “contraofensiva fulminante antifascista”. Y la recuperación progresiva de la iniciativa en la calle, con el cambio del patrón de lrepresión contra la protesta al lograr sustituir la GNB por la PNB. Y, con la importante y fluida interlocución con representantes de los más importantes sectores empresariales del país. Además y, aparte del dialogo con la MUD, estrictamente político. Los diálogos de marzo, parecían apuntar en la perspectiva de que el gobierno de Maduro lograra un cierto ritmo hacia alguna mejora de la situación del país.