.-* Un desconcierto polarizado /.-*Según lo
que haga el chavismo /.-* Lo que hace la oposición /.-*Sin tener con qué, el
chavismo con la bola en su campo /._* El régimen chavista, sin Chávez, ni mejor
ni peor. Lo mismo /.-* Chávez y Ceressole /.-*De Gaulle, degaullismo, chavismo
/.-*El delirio cubanizante de ‘’La Nueva Geometría del Poder’’ o ‘’El Estado
Comunal’’ /.-*Las cuatro conformaciones del chavismo /.-* Un ‘’proceso’’ pragmático sin contenido
ideológico real /.-* Conclusión de la segunda parte
.-* Un desconcierto polarizado
La desaparición de Chávez
produjo un desconcierto nacional; en el chavismo obviamente; pero igual en la
oposición. También el desconcierto se polarizó. Comprensiblemente. Desde 1992
fue una referencia permanente en la política nacional; y desde 1998, y cada vez
más, el referente determinante además de en la política, en todos los aspectos
de la vida del país. Fue, y los
chavistas pretenden que lo siga siendo, el aglomerante único de ese agregado
inestructurado informe e inconsistente que es el chavismo. Igual que de la
oposición.
.-*Según lo que haga el chavismo
Se especula sobre qué hará o
tratará de hacer el chavismo; sobre su incidencia concreta en el futuro del
país. Para algunos, ‘’el chavismo llegó para quedarse’’; para otros, igual,
pero con la variante de que la supuesta ‘’revolución bolivariana’’, el supuesto
‘’socialismo’’, sí se acabaron. Según
otros, ni como revolución ni como régimen o movimiento, como chavismo,
permanecerá más allá de la sobrevivencia inercial inmediata. Alguien estableció
un paralelo entre el futuro del chavismo sin Chávez y el desarrollo que el
peronismo tuvo, y aún tiene, desde la muerte de Perón durante unos cincuenta
años Las truncas cúpulas chavistas, comparten
la retórica de la inmortalidad; según la
que la ausencia física de Chávez no lo quita como supuesto motor, espiritual,
moral, etcétera, de la revolución; a los efectos de lo que se mueven, o se
supone que tratan, hacia armar una imposible dirección del chavismo. En La
Habana, según, por indicaciones de Chávez mismo, se constituyó un ‘’Comité
político’’ al que pasadas algunas semanas no se mencionó mas; para luego de
muerto, se comenzó a hacer referencia a un ‘’Comando Político Militar de La
Revolución’’, que, igual, luego de mencionarse algunas veces, se dejó de
hacerlo; pero que, según, sería, ahora, la dirección que nunca antes tuvo ‘’el
proceso’’, que nunca tuvo ‘’la
revolución’’. Que Chávez nunca admitió que tubiera.
.-* Lo que hace la oposición
Por su parte, la oposición, el
comando de campaña, otro, el candidato y la MUD aunque en otro plano, a pesar
de cambios tácticos significativos, no han mostrado tener una visión, ni
manejar escenarios sistemáticos sobre el tema. Su reacción ante el impacto de
la ausencia de Chávez se ha concretado a lo político-institucional, a la
cuestión electoral-candidatural; y a la cómoda denuncia oposicionista de la
desastrosa gestión chavista; ciertamente obvia. Simplemente, hay nuevas
elecciones presidenciales; y Capriles
vuelve a ser el candidato antichavista. Solo cambió el comando y las técnicas y
estrategias de campaña, y se ensordinaron los coros candidaturales y los
proyectos partidizantes. Con lo electoralmente más importante inteligente y
eficiente; toda la oposición va con la tarjeta única. De resto, nada más; salvo
el tardío no haber vuelto a pisar la misma piedra de avalar incondicionalmente
al CNE.
A pesar de que desde meses
atrás la información confiable, pese al secretismo, sobre el agravamiento de
Chávez, apuntaba nítidamente al que fue su desenlace final, la manipulación
mediática de parte y parte de la información y desinformación, en verdad
incapaces de algo diferente, se antepuso a la visualización que tenía que haber,
o buscarse, del efecto profundo de dicho desenlace y las respuestas de fondo a dar
a la nueva situación. Salvo hacer compulsivamente campaña, ni el chavismo ni la
oposición, supieron, ni aún saben, qué hacer ante el vacío, no de poder
institucional, sino de referencia política, de Poder concreto, que queda con la
desaparición del único factor aglomerante, de ambos ismos. Los unos haciendo de
‘’tapar el Sol con un dedo’’, que todo sigue igual y que el puntofijismo no
volverá. Los otros, volviendo a repitirse, retorizan sobre el fin del ‘’proyecto’’
chavista; y sobre que inmediatamente,
desde el 15A, se inicia la reconstrucción del país; al sustituir un mal
gobierno por uno bueno. Sin atender, ni unos ni otros, a que en la subjetividad
nacional, inmensamente mayoritariamente, incluso en el chavismo; si bien está
ciertamente la convicción de de que sin Chávez ‘’el proyecto’’ se acabó; igual
hay la convicción, inmensamente mayoritaria, incluso en el antichavismo, de que
al puntofijismo no se regrese.
.-*Sin tener con qué, el chavismo con la
bola en su campo
¿Qué viene ahora?, ¿Qué va a
pasar? Obviamente lo que viene y pase, hasta ahora, estará determinado
fundamentalmente por lo que haga, o, por lo que alcance a hacer, el chavismo. Y,
hasta ahora, secundaria o derivadamente por lo que haga la oposición. La bola
está del lado de aquél. Al chavismo, sin tener con qué por lo demás, como tampoco
la oposición tiene; pero estando aquel en el Poder, es a quién toca, o tocaría,
poner la agenda política, mas allá de lo inmediato específicamente electoral.
Difícil hasta imaginarlo, entre muchas condicionantes; pero sobre todo porque
para definir dicha agenda, nacional, en perspectiva, las cúpulas chavistas tendrían que
previamente darle al chavismo la estructuración y las definiciones que Chávez no
solo nunca le dio, sino que negó e impidió desde siempre, en función de someter
todo, lo interno y lo externo al ejercicio de su liderazgo decisión y retóricas
personales absolutas. Quiere decir que lo que llegue a hacer el chavismo, y su
incidencia en la vida y la política nacionales, aparte ficciones mediáticas y
de retóricas, depende de lo que realmente es, de su propia comprensión, de sí
mismo, de sus cúpulas. Debiendo asumirse como punto de partida, lo que por lo
visto no ha sido así, que la desaparición de Chávez, no es una variable o
circunstancia a resolver; y, menos a punta de retórica y manipulaciones
mediático-esotérico-electoreras; sino que es la carencia del factótum de lo que
ha sido el chavismo con Chávez; nunca pensado ni previsto sin él. Dicho de otra
forma, lo que las cúpulas chavistas logren mas allá de lo inmediato electoral, depende de
que logren armar, precisamente y nada menos que
alguna forma de ‘’chavismo sin Chávez’’. Nada que ver con el “chavismo
con Chávez a la diestra de Dios Padre’’ , según, porque ‘’todos somos Chávez’’
._* El régimen chavista, sin Chávez, ni
mejor ni peor. Lo mismo
Bien vistas las cosas, entre
la gestión chavista de Maduro y los adláteres de Chávez y la suya, no hay
mayores diferencias cualitativas. La incoherencia ineficacia e improvisación,
la retórica vacía y el autoritarismo, la piratería actuales, no son nuevas;
caracterizaron igual la gestión de Chávez desde siempre. La única diferencia
real, notoria, es la ausencia de la manipulación mediática del espectacularismo
y la teatralidad y el ritual, a escala, con que él manejaba y proyectaba la
acción gubernamental, que se redujo siempre a su protagonismo personal.
Obviamente ni individual ni grupalmente sus adláteres tienen capacidad ni
manera de compensar esa falta; que por lo demás no tiene nada que ver con la
calidad de la gestión. Aunque sí, con la dimensión inconcreta, socialmente subjetivizada,
del Poder y su ejercicio
Pues, en concreto, el chavismo
es el mismo luego de Chávez muerto que lo que era cuando estaba vivo. Una
inestrutura, una aglomeración incoherente, sin transversalidad ni funcionalidad
de conjunto; que existía como tal solo a partir de las relaciones radiales de
sus componentes y miembros directas con él, con Chávez, sin intermedios; ni
estructuras intermedias. Lo que quedó abruptamente puesto de bulto con su
muerte y el achatamiento de su gestión de gobierno a raíz de ella. Sobre todo
con la absoluta inexistencia de segundos, de sucesores, mas o menos a la altura.
Las condiciones en que hoy
está el chavismo son resultado de lo que realmente fue ‘’el proceso’’; de la secuencia de ideas
e impulsos que Chávez, él como primer y único protagonista de la política en
que se involucró, fue marcando, incluso desde antes del 4F, hasta su muerte. No
creía en la organización política ni en colectivos ni en debates. Su visión
organizativa y operativa fue siempre, militar; jerarquía, líneas de mando,
subordinación disciplina obediencia y cumplimiento; inteligencia y
contrainteligencia. El MBR-200 fue una estructura estrictamente conspirativa igual
siempre, sin dinámica interna, salvo el paso de líneas, la asignación de tareas
y entrega de informes, etcétera. Absolutamente militar. Con relaciones con
civiles siempre en crisis, solo tangenciales, subordinadas; y en general solo con
civiles atenidos lo militar. Salvo alguna retórica secundaria, y la creencia
ingenua de algunos cuadros civiles vinculados; la conspiración de da realmente
el carácter ni el contenido cívico-militar
que a posteriori se ha pretendido. El 4F fue un golpe solo y absolutamente
militar, del que fueron excluidos expresamente, los grupos e individualidades
civiles que a la sazón, los meses
anteriores eran los que se mantenían en relación conspirativa con Chávez y los
comacates.
.-* Chávez y Ceressole
La concepción militarista de
Chávez, fue teorizada, por el ideólogo de los carapintadas, mlitares fascistas
argentinos; a quién, desde su encuentro con ellos en Argentinay durante varios años lo asumió como su propio
ideólogo; Norberto Ceressole; declarada y activamente pro-nazi y antijudío. Lo
trajo y viajó por Venezuela, donde escribió, sobre y para la conquista y el
ejercicio revolucionario del poder, su obra, ‘’Caudillo Ejército y Pueblo: la
Venezuela del Comandante Chávez’’. Una tesis en que define su concepción del
poder y la perspectiva en que él lo ubicaba; inspirada básicamente en la acción
de ‘’los coroneles turcos’’ y de Nasser y luego de Kadafi; no tanto en la de
Perón; aunque de alguna forma en las
experiencias de Velazco Alvarado y a Pérez Jimenez; en la que recogió la
concepción militar y militarista, mesiánica y autoritaria, que Chávez tenía.
El modelo ceressoleano
sistematizado a la medida para Chávez dimensionaba el discurso
militar-nacionalista mesiánico del MBR-200, justificando históricamente el 4F.
Aunque ambiguamente, el chavismo de entonces, luego del golpe lo siguió
manejando ya Chávez y los ‘’comacates’’ en libertad. Pero cuando éstos se
activaron político-institucionalmente y se planteó y comenzó a manejar la
candidatura presidencial de Chávez, el modelo ‘’caudillo-pueblo-ejército’’ hubo
de subsumirse, aunque conservándose en esencia, en el modelo degaullista, (Charles
De Gaulle,1890-1970), de alcance preservación y manejo del poder con el que
participó en las elecciones del 98, en el proceso para la Constituyente y en
las elecciones del 2000. Modelo que aún se mantiene, a pesar y luego de los bajones
sufridos después del 2004; en las parlamentarias del 2005 cuando hubo casi 80% de abstención; en las presidenciales
del 2006 en las que, con todo y fraude quedó bien lejos de los ‘’10 millones
por el buche’’ que había anunciado. Resultados electorales estos, indicadores
del encogimiento creciente y sostenido de su base sociopolítica, a pesar de la
implantación y ampliación de las misiones. Esos eventos del 2005, del 2006; como luego las regionales del 2008, y los del 2009 de la
Reforma constitucional, (RC), mostraron que la extrema polarización que hubo en
agosto del 2004, cuando el revocatorio, se ralentizaban sostenidamente; que pese
a la manipulación mediática a cuatro manos, para inducirla, el país se
despolarizaba. Sin embargo de esa despolarización, hasta hoy sostenida;
entonces, y hasta hoy, el modelo degaullista, de régimen político-institucional
asumido desde fines de los 90, se mantiene, aunque ahora inserto en la
perspectiva de la vital implantación del
‘’Estado Comunal’’, propiamente, de ‘’La nueva geometría del Poder’’ a la que
responde el ‘’Programa de La Patria’’, única opción imaginada por Chávez para
mantenerse indefinidamente en el Poder.
La masificación del
clientelismo y la manipulación y el fraude electorales crecientemente costosos
e ineficaces, era evidente que en algún momento próximo iban a ser
insuficientes para garantizar la permanencia en el poder con base solo al
modelo degaullista. Fue entonces, en el 2007, que Chávez asumió y comenzó a manejar la idea, que siempre rechazó, de
formar un partido; que tenía que ser único; aunque formalmente lo llamó
‘’unido’’. Fue cuando presionó hasta el chantaje y la compra, a las organizaciones
diferentes al MVR que estaban en ‘’el proceso’’, en el Frente Patriótico Bolivariano; para que
se integraran en un solo partido, el ‘’Partido Socialista Unido de Venezuela’’,
(PSUV). La pobre respuesta de los aliados, con el rechazo abierto de algunos;
junto a la tensión electoral, lo forzó a inventar luego el ‘’Gran Polo
Patriótico”; una entelequia como el PSUV, con solo función electoral; y también
bajo su absoluto mando personal. Y, desde entonces hasta hoy, con el discurso
de ‘’La Nueva Geometría del Poder’’; de la RC del 2009; fue manipular hacia la
implantación , como salto de sobrevivencia hacia adelante, del ‘’Estado
comunal’’, una estructura total y única de Poder, ésta sí, según el modelo del
estado cubano
.-*De Gaulle, degaullismo, chavismo
Finalizada la IIa
Guerra Mundial, De Gaulle se presentó a los franceses, logrando su propósito,
como el salvador de Francia; la opción al caos y la guerra civil que amenazaban
al país. Promovió una constituyente para la refundación de la república y la
creación de la ‘’Va República’’ .Aunque promovió o aceptó
la formación de ‘’partidos’’ y aceptó el apoyo de algunos tradicionales, los
suyos fueron neta y declaradamente “degaullistas”, sin dinámica propia alguna,
que existieron solo si y cuando él, De Gaulle, bajo sus condiciones los
reconocía. Su relación, según, era con los franceses, con Francia; sin
mediaciones. Nacionalista, y como tal, de derecha, en los bordes del
nacional-socialismo, de lo que con razón se le acusó; era antinorteamericano y
hasta antieuropeista; llegó a sacar a Francia de la OTAN y a exigir a los EEUU
la conversión en oro de sus reservas dolarizadas. En la anomia de la segunda
posguerra se convirtió en el factótum de la política francesa, y de sus
colonias, durante dos décadas. Logró el control absoluto, autoritario, de la
institucionalidad del país; siempre dentro de las normas y relaciones de la
democracia burguesa-representativa, que él remodeló referencialmente hasta
reducirla al régimen plebiscitario en el que cualquier votación se redujo, en concreto,,
a votar ‘’si o no’’, ‘’por o contra él’’; ‘’por De Gaulle o contra Francia y por
sus enemigos’’. Redujo y en la práctica
eliminó la independencia de los poderes, particularmente del legislativo; incrementó
el poder de la Presidencia, convocó varios referenda, gobernando amplia y
decisivamente por decreto, mediante poderes extraordinarios que el parlamento degaullista
le otorgó siempre que los solicitó.
La médula degaullista del
régimen chavista, que su primera cúpula legal, chavista-puntofijista, asumió e
inició su promoción e implantación en lo político-institucional, como opción para “contener el estallido social que
amenazaba desde el 27F’’; y ante la anomia puntofijista en que vivía el país
desde los ochenta, salta a la vista. Hasta en los recursos formales para su
proyección mediática. En los documentos de base del 4F, elaborados por civiles
comprometidos en función del golpe, aunque ignorados siempre; se manejaba que se trataba
de fundar la IVa República; no la Va, como sobre la
marcha y de hecho se pasó a manejar y se establece en el ‘’Para salir del
laberinto” que ya pre-lanzado candidato hizo para Chávez el ‘’Grupo Garibaldi” de la UCV. En Francia y
para De Gaulle se trataba de fundar la Va República. Pero en
Venezuela, en tal caso hasta que Chávez, simplemente cambió su discurso, se
trataba de la IVa.
Electo Chávez en diciembre
1998 el modelo ceressoleano, aunque sustancial a su proyecto personal, concretado
en “el proceso’’, ni era políticamente pertinente ni tácticamente podía manejarse
abierta electoralmente. Ya presidente por elecciones, dentro de la democracia
representativa, y luego de una campaña inicialmente hecha por una convergencia
partidista, de izquierda y progresista, la negación abierta de la organización
partidista era incongruente. De tal forma que ya en 1999, unas pocas semanas de estar Chávez
en Miraflores, a partir de incidentes y explicaciones oscuros, expulsó a Ceressole,
luego de regresarlo al país y de años hacerse asesorar e inspirar por él. Lo
expulsó ignominiosamente, esposado, y con prohibición de regresar. Pero sus
tesis fundamentales, particularmente la de negar toda instancia intermedia
entre él y la gente; del esquema fascistizante de ‘’enemigo o incondicional’’; y
del carácter militar y militarizante del ejercicio del Poder, como base de su
concentración y consolidación, la mantuvo hasta su muerte. Solamente que
subsumidas en el esquema degaullista con el que, por lo demás, no le fue difícil conciliarlo.
.-*El delirio cubanizante de ‘’La Nueva
Geometría del Poder’’ o ‘’El Estado Comunal’’
El modelo de estructura de
poder cubano, castrista, no le debe nada o casi al soviético ni al chino; aunque
llamado ‘’comunista’’,ni siquiera se autodefine como ‘’obrero’’, ni como ’’proletario’’
ni ’’campesino’’. Aunque tenga algo de todos los regímenes revolucionarios y
militares autoritarios, stalinistas, del siglo XX. Hoy ya agotado, hasta como
estructura de control total; incluso reconocido por el propio Fidel; y en
trance de desmontaje; sin embargo, es el que Chávez delirantemente pretendió
implantar en Venezuela, con su ‘’Estado Comunal’’, propiamente, ‘’La Nueva
Geometría del Poder”; con el “Programa de La Patria”
Resultado de su morfogénesis,
en Cuba no existe sino una sola y piramidal estructura de Poder. Bajo un
autoritarismo absoluto, aunque administrado o ejercido a través de colectivos partidistas,
reales pero, sin ninguna independencia, siempre atenidos a dictámenes
superiores, el partido el ejército el gobierno y los sistemas de control
político-ideológico e inteligencia-contrainteligencia, conforman una sola
estructura con diferenciación interna solo de ejecución, di división del
trabajo; desde el nivel nacional hasta el de manzana, pasando por el provincial
y comunal. Lo político lo militar lo económico lo administrativo y lo
sociopolítico, a cualquier nivel y en cualquier área, es manejado como un solo
proceso desde un solo mando, político-militar. No es el tema; pero esta
absoluta unidad estructural de todas las funciones del Estado, en el ejercicio
del poder total en Cuba, es específica, no tiene equivalente. Y, por
descontado, no es repetible. El derrocamiento de Batista en 1959 con el total
desmoronamiento absoluto del pervertido régimen y la institucionalidad
existentes manipulado a voluntad por los EEUU; fue un triunfo absoluto de Fidel
Castro y del Ejército Rebelde, guerrillero, con el apoyo organizado básicamente
del Movimiento 26 de Julio; en contra incluso del Partido Comunista Cubano. El
único elemento fáctico de Poder, entonces, fue el Ejército Rebelde, todavía
guerrillero y el M26J aún poco organizado. Dos años después, en 1961, ante la
invasión de ‘’Bahía de Cochinos’’ o ‘’Playa Girón”, el pueblo cubano bajo la
comandancia de Fidel Castro, masivamente movilizado y militarizado logró, sin
relativismos, un triunfo absoluto sobre la sucia acción contrarevolucionaria
financiada montada y ejecutada con todo, por la CIA, por el gobierno de EEUU.
Este segundo espectacular triunfo histórico, de la pequeña Cuba sobre la acción
imperialista, justamente, dimensionó el liderazgo de Fidel y a las Fuerzas Armadas
Revolucionarias de Cuba y al G2, ambas entonces en formación, junto al M26J,igual
en proceso, como los ejes de convocatoria movilización y organización de los
cubanos en todos los niveles y áreas, frente a las posteriores continuas amenazas y agresiones concretas siguientes; el
bloqueo el saboteo y el terrorismo que durante años acosaron a ese país. Luego
vino la conformación del nuevo Partido Comunista de Cuba, junto a la asociación
con la URSS. Pero el derrocamiento revolucionario de Batista y el triunfo de
Playa Girón; las iniciales tareas de
defensa y producción y sobrevivencia en una gran precariedad y acoso, fueron
las condicionantes que explican, desde mediados de los sesenta, la formación
consolidación y permanencia absoluta de la sola
única y total estructura de Poder que todavía hoy hay en Cuba.
.-*Las cuatro conformaciones del chavismo
Desaparecido Chávez, el
chavismo que dejó, como movimiento, como régimen, como estructura de poder; y
como proyecto histórico, digamos ‘’ideológico’’; tiene conformaciones
diferentes e incompatibles entre sí, solo articuladas en su vértice superior común de poder en el que el único
al mando, siempre fue él, Chávez.
Como movimiento, es
esencialmente ceresoleano, como dramáticamente se mostró con el sin precedentes
vacio de dirección que quedó a su muerte. Chávez logró, sistemáticamente, que
entre él, (‘’el caudillo’’) y el chavismo, la masa chavista, (“el pueblo’’), no
hubiera nada ni nadie. Cuadros y dirigentes chavistas no fueron nunca más que
ejecutores, en la nomenclatura militar, ’’ordenanzas’’, de sus mandos y órdenes.
Y, el ‘’ejército’’, clientelizado depurado compuesto y recompuesto igual progresiva
y sistemáticamente, bajo su mando absoluto, no solo llegó, su oficialidad con
mando real, a declararse ‘’socialista’’, sino ‘’chavista’’. Ni siquiera el
ejército coreano ni el cubano, se declararon nunca kimilsunistas ni fidelistas.
Como régimen es degaullista.
‘’Todo dentro de la constitución” que manipuló sin límites mediante el control
y la sumisión total de todos los poderes; dispuso de cuatro leyes habilitantes
con las que gobernó por decreto en total cerca de cinco años en los que decretó
unas 200 leyes. Hizo promover y
financiar nacional e internacionalmente,
sin precedentes el culto a la personalidad; su autoritarismo mesiánico,
nacionalista y bolivariano, fascistizantes. Era antiamericano, realmente no era
ni anticapitalista ni antimperialista; como De Gaulle. Salvador de la Patria a
la que, según, él, convertiría en ‘’una potencia’’; haciendo ‘’una revolución
en democracia’’, legitimada electoralmente siempre mediante un sistema electoral,
realmente plebiscitario bajo su fraudulento control absoluto, que le posibilitó
la implantación de la regresión de ‘’un solo gobierno con Chávez’’; y hasta montar ya al final, la ‘’victoria perfecta’’.
Como estructura de Poder, el
chavismo, es militar y militarizante. No ya por ceresoleano, o nasserista; sino
por idiosincrasia y formación. Por mentalidad. Por la concepción del ejercicio
político del Poder que conlleva la
formación militar. La idea de que el ejercicio y la preservación del Poder se
garantiza es con su concentración, con unidad de mando; y con la disposición y
la posibilidad del uso monopólico y discrecional de la violencia armada La
facistización implícita en la chavistización de las Fuerzas Armadas, Chávez la
complementó con la militarización sin
límites de la administración pública a todo nivel sector área y zona. La idea
de la unidad cívico-militar, siempre fue retórica vacía. La exclusión a última
hora de los civiles el 4F, resuelta por los comandantes, redujo esa acción a un
simple acto putchista, a costa de su fracaso; que no hubiera sido igual con la
gente en la calle como siempre se planteó a lo largo de su preparación.
.-* Un ‘’proceso’’ pragmático sin contenido
ideológico real
Como proyecto histórico fue
pragmático. El llamado ‘’Proceso’’ se redujo a la secuencia de cambios de
retórica y autoidentificación en función de los cambios en sus relaciones
ocasionales con intelectuales y factores de poder desde la conspiración y el golpe del 4F hasta su muerte; a lo largo
de sus casi quince años en la Presidencia. Chávez fue un pragmático sin
definición ideológica, obsesionado por el Poder y con la visión mesiánica-autoritaria propia de la mentalidad
militar mas primaria. Fue solo en el 2005 cuando se declaró socialista. Para
ese entonces, tenía 50 años cumplidos; hacían 33 de haber ingresado a la
Escuela Militar, tenía más de 20 conspirando; y habían pasado 13 años del 4F,
y, 6 como presidente de La República. Y, según él mismo y los testimonios conmovedoramente
desprevenidos de sus testigos de
excepción, fue entonces, ¡entonces!, cuando, según, tomó conciencia de ‘’lo
malo e inhumano, etcéteras, que es el capitalismo’’, de que ‘’no va a resolver
los problemas de la humanidad y el Mundo’’: y de que no mas hay solución, ‘’sino
el socialismo’’. Hacían 2 años de su
amarre a Fidel Castro en su estrategia de uso agresivo clientelizante de la
renta petrolera para revertir el rechazo masivo activo de la mitad del país y
la neutralidad de la otra mitad el 11A del 2002; y mantenerse en el Poder de
cualquier manera
Salvo auto-referencia
circunstanciadas, Chávez no se identificaba como de izquierda; ni se identificaba
con la izquierda; sino en tal caso como revolucionario seguidor selectivo del
pensamiento bolivariano, robinsoniano y zamorano. También en ocasiones se
autocalificó de peronista de maoísta de seguidor la ‘’Tercera Vía’’, de
nitcheano; de fidelista. Y no se identificaba como de izquierda, a conciencia
de que lo hacía. Antes de ingresar a la academia Militar en 1971, a través de
su hermano Adán ya sabía de Ruptura con la que posteriormente en alguna de las
fases del MBR-200 se vinculó, temporal y circunstancialmente. Como a lo largo
del tiempo se vinculó, igual solo por algún tiempo, con Bandera Roja, la Liga
Socialista, Tendencia Revolucionaria, Desobediencia, Causa R: y con grupos
menos conocidos de diferentes grados de radicalidad e identificación como de
izquierda y revolucionaria. De todos, tanto personalmente como a nombre del
movimiento, luego de algún tiempo, se desvinculó total o parcialmente; y, en
general, con la justificación y descalificación de que, según, ‘’estaban
infiltrados’’. Aunque así descartaba relaciones orgánicas con cualquier
organización, mantenía sí relaciones personales con cuadros de ellas. En los
últimos tiempos previos al golpe del 4F
mantenía relaciones, no organizativas sino personales conspirativas, con
civiles del llamado Grupo Occidente, de Desobediencia y de Tendencia
Revolucionaria, con miembros de Causa R y del MEP y de agrupaciones locales.
Relaciones que fueron suspendidas y desactivadas antes del golpe; a pesar de
que a esos cuadros y organismos correspondía o tocaba, era su compromiso,
precisamente la movilización popular de barrios comunidades universidades y
sindicatos, base del carácter insurreccional cívico-militar del movimiento y el
golpe. Por su parte, como luego se evidenció, en el MBR-200 en general y
concretamente a nivel de los comandantes lo que había era, patriotas, en tal
caso bolivarianos-nacionalistas, idiosincráticamente militares, nada que ver
con izquierda ni con revolución; al contrario, y, comenzando por el mismo
Chávez, fascistizantes.
El MBR-200 post-4F constituido
mayormente por grupos y activistas intelectuales y dirigentes de izquierda,mayormente
civiles, fue liquidado sobre la marcha para crear el MVR, (Movimiento Quinta
República), indiscriminadamente con cuadros de la centroizquierda, empresarios
y militares, puntofijistas, muchos de centroderecha y en función estrictamente
pre-electoral; y con empresarios intelectuales y dirigentes políticos de
centroderecha. El MVR no tenía nada de izquierda ni nada que ver con ella; ni
anticapitalista ni antimperialista ni socialista; era solo antiadeco y
anticopeyano; retóricamente antipuntofijista. El programa electoral de 1998 de
Chávez, ‘’Para salir del laberinto’’, para la refundación de La República,
hacia la Va República vía una constituyente, nacionalista y para
humanizar el capitalismo, fue hecho por un grupo de profesionales de
centroizquierda de competencia y compromiso político disparejos; a instancias
de Chávez, escindidos de los talleres de bien calificados y comprometidos profesionales
universitarios de izquierda, que de tiempo atrás venían trabajando en la UCV,
en la formulación de un Proyecto Nacional, no solo reformista del capitalismo
sino en función de cambios reales en las estructuras del Poder y del carácter rentista
de la economía nacional; para el desarrollo soberano de Venezuela.
Aparte el financiamiento
concreto de organizaciones y movimientos en el extranjero; las asesorías y
promociones internacionales, costosamente dolarizadas, que en ‘’el proceso’’, ya
en Miraflores Chávez compró, mayormente fueron de extranjeros; principalmente
de europeos, en su mayoría sin vinculación concreta con las luchas concretas; más
que nada relacionados con medios de opinión; anticapitalista o antimperialista,
antoglobalización. Para él, de hecho, ningún intelectual verdadero venezolano,
ni siquiera chavista jurado, ni siquiera con larga y reconocida identificación
y militancia de izquierda, tuviera la calidad y el nivel que fuera; que los
hubo y aún los hay; estuvo a la altura de que su visión y calidad teórica
sirvieran de aportes concretos de debate en relación a lo que fuera; en
relación al ejercicio del Poder. Cualquier extranjero de año sabático dispuesto
a ser tarifado a cambio de no entrar en profundidades ni concretar ni cuestionar nada , encontró el espacio la
infraestructura la tribuna y los dólares que regularmente se les ninguneó o
negó a intelectuales y teóricos
criollos, chavistas, de muy superior nivel y calidad; pero crítico y
dignos, que hasta por estética se encontraron limitados en la incondicionalidad
que se les exigía.
En la precampaña y la campaña
electoral de 1998 Chávez, como Caldera en 1993; y hasta más; recibió el apoyo
de los más capacitados honestos y comprometidos intelectuales profesionales y
técnicos de izquierda del país. No cabe aquí listarlos; vale solo hacer
referencia a que contó con el apoyo y disposición de algunos de los
venezolanos más prestigiosos y reconocidos nacional e internacionalmente;
muchos progresistas y algunos abiertamente de izquierda. Pero, sin relativismos
y casi sin excepciones, a la hora de seleccionar responsables de áreas y
asignar responsabilidades y roles importantes en sus gobiernos, en general,
optó por figuras frecuentemente de menor nivel, hasta poco capaces y mediocres; con frecuencia de origen notoriamente
puntofijista o de derecha; militares mayormente, en general incompetentes,
seleccionados por su incondicionalidad y su carencia de criterios propios o
disposición a no manifestarlos. En los casos en que un designado suyo dio muestras
de criterio e iniciativa propios, aunque ubicándose ‘’dentro del proceso’’,
casi siempre lo removió sin explicaciones. La desprofesionalización y la militarización son las características
esenciales de la gestión chavista. Los gabinetes de Chávez, en general, sus
designados en cualquier área de su gestión, como el actual se caracterizaron
por la improvisación la mediocridad el oportunismo el pragmatismo y la
corrupción. En ellos solo muy excepcionalmente ha habido, y casi siempre
momentánea y circunstancialmente, alguna posición o gestión capaz y con un
sentido verdaderamente progresista o de izquierda.
A la constituyente, idea
manejada de años atrás en la izquierda, como una ‘’constituyente originaria’’, no,
‘’derivada’,’ como fue la del 99, igual a la treintena que tuvimos antes;
Chávez fue en alianza clara y sin relativsmo con el puntofijismo. La CSJ le
aprobó ‘’sin decir ñe’’ la convocatoria en las condiciones que sus asesores
puntofijistas de entonces le diseñaron; y conformó con algunos de los más
notables constitucionalistas y administrativistas, puntofijistas, varios de
centroderecha, un ‘’Consejo Consultivo para la Reforma Constitucional de la
Presidencia de La República’’.
.-* Conclusión de la segunda parte
Al desaparecer Chávez quedó el
chavismo producto final de su oportunista circunstancial y pragmático, armarlo y
desarmarlo una y otra vez durante los quince y mas años de ‘’proceso’’; con la
sola coherencia y sentido secuencial de responder a su obsesión por el Poder y su concentración personal.
Cualitativamente, lo
determinante del chavismo que Chávez dejó, es la in-estructura, la in-articulación
de sus conformaciones principales; ahora sin él; sin lo único que las amarraba
al ‘’Proceso’’.’’Cabulleras sin asa’’; el chavismo como régimen, como
movimiento, como estructura de Poder y como ’’proyecto’’, no tienen ninguna
instancia ni amarre común. Salvo el sentido de sobrevivencia y la retórica
mediática vacía, de la ‘’revolución y
del ‘’socialismo’’, del
‘’imperio’’, que sí son comunes; y, salvo el instinto de mantenerse en el
Poder, habiendo quedado en él; no tiene ni razón de ser común ni lógica
funcional. Sus conformaciones son contradictorias y excluyentes. Con Chávez a
los entes gubernamentales, a cualquier
nivel y área, realmente no les tocaba una u otra problemática, atenderla
estudiarla diseñar soluciones proyectar; sino ejecutar sin más lo que él
mandaba. Nadie opinaba sobre la orden que recibía; independientemente de lo
irracional e incumplible que, por lo que fuera, se sabía que era. Pero él era
el dueño de todo; de entrada, de los votos; y del Poder. Del petróleo de los
satélites del mar de los límites y el territorio; de la Patria de la soberanía
de Bolívar; de la división político-administrativa; de la conciencia de quienes
lo rodeaban. De todo y sobre todo decidía él. Evidentemente, ni en su última venida
de diciembre ya reservadamente diagnosticado, ni él ni nadie de las cúpulas chavistas se paseó
por que el chavismo con Chávez, el chavismo real, iba a terminar inmediatamente;
porque él, no iba a estar más en ninguna forma. De manera que, sí, el chavismo
está, sigue, en el Poder. Pero no tiene el Poder; ni siquiera sobre sí mismo;
ni siquiera sobre y dentro de sus conformaciones. Tampoco, menos, sobre el
país. Haber marcado una sucesión, más o menos
cumplida, no garantiza ni una transición ni una continuidad.
El chavismo con Chávez sentado
a la diestra de Dios Padre, puede dar algún resultado en lo electoral,
inmediato circunstancial. Pero no aporta nada en perspectiva ni en relación a
la cuestión de fondo que es la del Poder real; y que en este momento, ni
individual ni colectivamente, nadie tiene, ni hay perspectiva razonable de que
alguien lo tenga. La forma absoluta como él concentró y ejerció el Poder;
primero, resultó del surfeo que hizo de
la larga y cada vez mas inercial crisis en la que el puntifijismo empujó al
país desde mediados de los setentas, durante 25 años de desmantelamiento
integral, hasta la anomia que vivimos en los noventas; segundo, la percepción
que en la subjetividad nacional, la dimensión inconcreta del Poder, llegó a
haber, de que él era el Poder, no que lo tenía ni que estaba en él, sino que le era inmanente; y que no tenía límite.
Ninguna de estas líneas morfogenéticas, es transferible ni rebobinable. Luego
de cuatro décadas de desmantelamiento continuado, con la desaparición de
Chávez, el verdadero fin del Siglo XX; del chavismo y del puntofijismo; hoy en Venezuela en cuanto a la cuestión del
Poder, y lo que deriva de ella, no hay nada que continuar ni que reponer ni
reconstruir. Ni que acometer y menos resolver con un simple cambio de gobierno
ni de régimen.
Durante quince años chavismo y
antichavismo tuvieron como referencia única a Chávez. Así como el chavismo sin
Chávez, no es posible; igual no lo es el antichavismo sin Chávez.
Inevitablemente, salvo que ocurra un milagro, viene, afortunadamente, un
proceso de gran dispersión, de ambos ismos; de despolarización máxima. Ambos
resultaron de años continuos de un autoritarismo sin contrapoder, y de una
polarización artificial, mediáticamente inducida a cuatro manos; precedidos de largas décadas de total anomia.
El curiosísimo autoritarismo de Chávez, ni siquiera decimonónico, sino,
pre-moderno; fue posible, indispensablemente sobre la renta petrolera; pero por
el caos inercial y la dispersión en se ha mantenido el país, desde mediados de
los años setentas. La bien bendita crisis en que hoy estamos, con el abrupto
final del último autoritarismo del Siglo XX, es de gran alcance y potencialidad
históricos. Pero, a partir de ella, salir hacia un verdadero futuro, dejando
atrás los dos últimos recientes pasados de autoritarismo; no es cosa de
instalar un buen gobierno chavista o antichavista.
Caracas abril 2013