REFLEXIONES SOBRE EL 26S
Rafael Iribarren
HACIA EL 26S; EL 26S; DESPUÉS DEL 26S
15.10.10
.-* Un comentario inicial
El 26S, de las elecciones parlamentarias, constituye uno de los tres puntos clave en la elipse del autoritarismo militar chavista; con el 06D (elecciones presidenciales 1998), y el 15A, (referendo revocatorio 2004)
El 06D, 1998, luego de dos décadas largas de acumulación de crisis deterioro y desmantelamiento nacionales, el país, los venezolanos, finalmente nos sacamos de encima al puntofijismo; no reparando, entonces imposible, que tal momento constituía el punto de inicio de la ascendiente elíptica de esta década de autoritarismo chavista. Seis años después, en agosto del 2004, a dos del 11A (2002) y tras un año y medio de clientelismo sin precedentes ni medida, con una obscena manipulación mediática y la utilización llevada al extremo de la perversión electoral puntofijista; el autoritarismo militar chavista, en el punto mas alto de su elipse, con la máxima polarización nacional, en el RR manipulado a discreción por el CNE de entonces; se libró de la revocatoria de mandato promovida por los para ese entonces, 2001 al 2004, sectores sociopolíticamente mas beligerantes del país. Este 26S constituye el punto mas bajo en su fase elíptica de descenso; con la circunstancia de que siéndole simétrico, sin embargo la dirección de su impulso es inversa a la del de diciembre de 1998. Hoy el acumulado y la inercia nacionales y la beligerancia sociopolítica general que causan, apuntan nuevamente hacia que el país se saque de encima, vuelva a sacarse, otra acumulación de perversión, ahora la del autoritarismo militar chavista que si entonces se impulsó sin real definición ideológica; se promovió desde entonces, 2004, bautizado “proyecto” retóricamente “socialista”, “revolucionario”.
El 26S es resultante de las acumulaciones negativas nacionales, subjetivas y objetivas, de estos últimos 10 años de chavismo; ciertamente; pero, sumadas, son su continuación y derivación, a las de los últimos 20 o 25 años puntofijistas de antes del 98; es acumulación ya en varios momentos en punto crítico, de treinta años largos de perversión nacional. No es un punto de inflexión como tal, sino un momento más de la continuidad de una secuencia que no comienza con Chávez; ni termina ni terminará con su salida; sino que se inicia a mediados de los 70 y hoy por hoy no se vislumbra su resolución.
Estas reflexiones están hechas en tres partes: una primera, (I), “HACIA EL 26S” sobre las determinantes de coyuntura; una segunda, (II), “EL 26S” lo que fue en concreto; y una tercera, (III), “DESPUES DEL 26S” lo que deriva de él.
PRIMERA PARTE.-I.-* HACIA EL 26S
El 26S cómo se produjo lo que fue y lo que dejó, son resultado de múltiples inducciones determinantes, de las que cabe destacar algunas; dentro de un juego político opaco, direccionado cupularmente, consensuado de hecho, no abiertamente; aunque en aspectos, sí; adelantado oficiosamente, sintonizado y asumido pragmáticamente, entre agentes de las cúpulas de oposición con del gobierno..
1.- * La oposición legitimó “el árbitro”
Entre los dos anteriores CNE y el actual no hay diferencias sustanciales; éste es tan sumiso a Chávez como los anteriores; y hasta le ha sido políticamente mas eficiente; su directiva y el ejercicio de su presidenta Lucena no se diferencia sino en estilo y manera a las anteriores, de ella misma y de Rodríguez y Carrasqueño; El CNE actual mas perfeccionado y sofisticado es el mismo ministerio electoral de Chávez tan perversamente tramposo como los anteriores.
La “caja negra” que estructuralmente es el sistema electoral venezolano; en todas sus fases sin ninguna transparencia; del Mundo probablemente el menos sometido a control real institucional o ciudadano; con la anuencia y aval de la oposición, es presentado, Chávez y Lucena dixit, como “el sistema electoral mas eficiente mas auditado transparente y confiable del Mundo”; en relación al cual, obviando expresamente referirse a su perversión estructural operativa e institucional, la oposición en general, la MUD y destacadamente con la CEV y el Cardenal Urosa, insistieron en llamar a “votar sin miedo,” reduciendo todo a que comprobadamente las “captahuellas” no permiten ni identificar ni cambiar el voto de cada quién”
Pero aparte las “captahuellas”; en relación al quantum electora concreto, el CNE, sigue siendo el mismo operativo fraudulento que se montó el 2004 para el RR La cedulación el REP y el padrón electoral, la constitución de nuevos centros electorales la selección de miembros de mesa, son manejadas sin control ni observación psuvista; como las migraciones y la depuración de los listados. Las auditorias aún con participación de la oposición son restringidas y la base de los sistemas de procesamiento computarizado sigue sin ser entregadas a la oposición y la sociedad civil.
Sin embargo, las relaciones del CNE de Lucena con la oposición ahora son diferentes a las del anterior presidido por ella misma y a los de Carrasquero y Rodríguez; son muy buenas y diferentes en forma y contenido siendo el mismo CNE, porque su posición ante él ha girado 180º ; ahora no se cuestiona en conjunto ni de fondo; se le hacen observaciones propuestas aportes sugerencias, técnicas, procedimentales; según, para mejorar para corregir, etcétera el sistema; pero aceptándolo sin relativismos como árbitro; soslayando a conciencia, por pragmatismo o “realismo” político-electoral, los aspectos estructurales que le permiten al autoritarismo el manejo a discreción de todo el proceso electoral. No habiendo un nuevo ni cambiado CNE; lo nuevo, es que la oposición ahora lo acepta y avala diligentemente sin relativismo Y lo avala no solo desentendiéndose y limitándose a llamar a “votar sin miedo” y deslindándose de cualquier referencia a fraude; Ramos Allup días antes del 26S en mensaje directo a Chávez declaró, “no estoy cantando fraude”; sino además, dándole un voto absoluto de confianza, de “arbitro confiable” sin relativismo, cuando exactamente como el PSUV, los partidos de oposición le entregan, y hasta la exigen condicionadamente, la organización y procesamiento de sus propias primarias.
2ª .-* La oposición aceptó y avaló la “nueva geometría electoral” .
Admitiendo el chantaje chavista y transfiriéndolo ella misma a la gente, de “oposición golpista” “desestabilizadora” “guarimbera” etcétera; y con el suyo mismo, de las cúpulas de oposición, al país, sobre el supuesto inmenso “error” y la “culpa” (¡”error y culpa” del 80%), de la gran abstención nacional del 2005 y sus perniciosas; con la descalificación de la “antipolítica” etcétera; las cúpulas empresarial-mediático-partidistas de oposición, viejas y nuevas puntofijistas, sin ni siquiera un saludo a la bandera, además de legitimar al “arbitro”; asumieron, sin ni siquiera un claro “acatamiento bajo protesta” o “bajo denuncia” que pudiera considerarse inevitable y políticamente admisible; la legitimación de las reglas chavistas del juego, de la “nueva geometría electoral”, contenidas en la nueva “Ley Orgánica de Procesos Electorales”, (LOPE)
La Ley Orgánica de Procesos Electorales, (LOPE), en discusión y conocida desde el 2009 ; fue diseñada a la medida de los requerimientos coyunturales electorales del chavismo; a partir de su propia conciencia de la mengua en su base social y electoral; su médula es la reestructuración de los circunscripciones y los circuitos electorales, en una nueva “geometría electoral” para compensar esa mengua. Esta LOPE cuyo único sentido fue garantizar que los resultados de las elecciones parlamentarias, de este 26S, fueran los que fueron; que con solo la mitad o menos de los votos tener las dos terceras partes de los parlamentarios electos; la conocieron y manejaron con suficiente antelación los medios y la oposición sus politólogos y analistas y técnicos electorales. Sobre ella hubo desde el primer momento plena conciencia de los efectos concretos que tendría; de que al aplicarla, aún con el rechazo mayoritario nacional que hay al chavismo y aunque ese rechazo se expresara electoralmente, como fue a pesar de todo; era imposible no ya tener mayoría en la AN; sino que ni siquiera, como ahora se constata, podía lograrse un equilibrio. Sin embargo, subestimando la inteligencia y abusando de la conciencia política de los venezolanos; mas que pragmática, inescrupulosamente; la oposición en general y concretamente la Mesa de la Unidad Democrática, (MUD), a conciencia de que estaba creando una falsa expectativa armó y mantuvo hasta el final la retórica apabullante de que sí se iba a ganar la mayoría de la AN y que inmediatamente al 26S todo cambiaría; que el país sería otro desde entonces.
Que el tema de la nueva “geometría electoral”, clave para el 26S y para el futuro, haya sido a conciencia ensordinado por la oposición con la justificación de no quitar efecto a la obscena manipulación mediática de la creación de falsas expectativas triunfalistas; para no dar tema a los “ni-ni” a los “abstencionistas”, a “la antipolítico, etcétera”; no quita que de los resultados, previstos y anunciados, y que ahora supuestamente “es que se muestran y entienden”, y “que sorprenden”; (a la corresponsal de RFI periodísticamente sí le salía asumir “no entender”); que con igual votación la oposición tenga 35 diputados menos que el gobierno; no quita que de esos resultados anunciados, efecto de esa nueva “geometría electoral”; la oposición la MUD los partidos los medios, etcéteras, son tan responsables y ética y políticamente mas, al silenciar sus efectos, avalándola, que Chávez y el chavismo que estando en lo suyo la concibieron y aprobaron con la LOPE.
3.-* La polarización es a cuatro manos
La estrategia política en general y electoral en particular, del chavismo, la universal de quién está en el poder, ha sido polarizar; “patriotas-pro-imperialistas”, “buenos-malos”, conmigo-contra mí”; “salvarnos o hundirnos” “no volverán, (ellos)”. Con la polarización las vivencias concretas y la conciencia de la realidad, en la subjetividad social se mediatizan se reducen binariamente a las relaciones primarias, reales o imaginadas, o en expectativas, con el poder. La estrategia de la oposición en su lucha por volver al poder político-institucional formal ha sido la misma, polarizar. Los problemas del país, la inflación y la inseguridad la salud las crisis alimentaria eléctrica y de Pdval, la caída de la producción el caos urbano-ambiental el desmoronamiento de la infraestructura nacional, pasan, de ser el problema de la gente, de todo el conjunto social en general, con el poder, a una simple cuestión de gobierno-oposición de dictadura y comunismo-democracia; de uno u otro proyecto de mal o buen gobierno; de “sacar a Chávez”, o no
Los problemas del país, largamente los mismos, ya estructurales, y solo circunstanciada y cuantitativamente de gestión; según la calidad de ésta y su mayor o menor insuficiencia y el grado de corrupción; afectan a todos los venezolanos; incluidos los sectores oficialistas clientelizados; y no comienzan hace diez años con el autoritarismo militar, sino hace largos treinta años. Sin embargo, con la manipulación mediática polarizante a cuatro manos, se induce el reduccionismo de que sin alternativa hay que escoger entre lo de antes y lo de ahora, entre lo malo y lo peor; ni siquiera entre “bueno” y “malo”; de avanzar o regresar, de revolución o contrarrevolución; de escoger entre ¡socialismo! (o !!comunismo!!) y democracia; entre propiedad social o comunal y propiedad privada; entre un proyecto de destrucción y un proyecto de construcción del país.
Llevando al extremo la polarización electoral, ambas cúpulas; gubernamental y de oposición; inducen mediáticamente, activamente ésta, y pasiva y anuentemente aquella; la idea-síntesis de que se estaría votando por la preservación o la eliminación de la propiedad privada, por o contra la familia, por o contra las comunas; etcétera; de que se estaría votando por o contra “el comunismo”.
4.-* Una sola crisis, dos mesianismos
Ambos, chavismo y oposición, polarizando, al reducir binariamente la crisis nacional, obvian mencionar y referirse, a sus dimensiones estructurales profundas, y a las históricas relaciones de poder que la han determinado. De tal forma que la salida de la crisis, aparte lapsos y transiciones generales y retóricas pseudoideológicas previstas, es presentada por ambos, muy simple; por encima de todo, salir, o no, de Chávez; Como en el 98 cuando la idea fue salir del puntofijismo a como diera lugar; y después se vería; hoy igual todo se reduce a sacar de Chávez o mantenerlo; a como dé lugar. .
Ya bien lejos de su morfogénesis inicial y aparte lo circunstancial y coyuntural, la crisis nacional sufre la inercia, entre otras, de dos vertientes profundas. UNA, la existencia, desde décadas atrás, de dos Venezuelas cada vez mas diferentes distantes y confrontadas, trágicamente mostradas en “el caracazo”; una Venezuela aterrada ante otra Venezuela exacerbada; una confrontación mas y mas profundizada desde entonces y manipulada por el chavismo pseudorevolucionario; y, DOS, el desfase absoluto o casi entre el Poder y la sociedad; entre la dimensión político-institucional del Estado, y lo socio-político; entre la gestión pública y sus calidades y capacidades decrecientes y las metastásicas dinámicas cotidianas de la gente en constante expansión caótica. Tales dos dimensiones, profundas, de nuestra crisis, cuando se traen a la opinión, no pasan de ser objeto de referencias generales, superficiales; de programas candidaturales; pretextos y temas de campaña. En la retórica y los discursos electorales del gobierno y la oposición, mesianicos ambos, la realidad de la gente se reduce a referencias y manejos banales a problemáticas concretas que, según, serían resueltas, por uno, y no por el otro; según, y solo, si avanza y se radicaliza “la construcción del socialismo”, “la revolución”; o, al contrario, si “regresan las fuerzas democráticas” para la supuesta reconstrucción democrática del país..
Después de once años de “proceso” y de siete de clientelismo bolivariano, de unos 700 mil millones de dólares usados por el chavismo para mantenerse en el poder y promover a Chávez; las dos Venezuelas causadas en los últimos veinte y cinco años del puntofijismo continúan, mas consolidadas mas distantes y mas segregadas y mas confrontadas que en 1998. Entre la Venezuela del disfrute del consumo y de las expectativas y la de la precariedad de la sobrevivencia de la autodestrucción; salvo, la vinotinto las mises las telenovelas el béisbol y la cervesita, no hay casi nada en común ni comunicacional ni vivencial; su relación básica es la confrontación día a día cuerpo a cuerpo, a cuchillo a tiros, por el acceso o el arrebato a algún residuo de lo público a alguna pizca de la renta petrolera. Entre ellas hoy se vive un 27F omnipresente cotidiano generalizado nacionalmente. Mientras, la gestión pública, lo político-institucional, el Poder, a pesar de la “participación” y el “protagonismo”, y de la “descentralización”, es mas distante y ajeno, mas autoritario y clientelarmente superpuesto a la realidad socioeconómica que nunca . Hoy el ciudadano, la gente, “el pueblo”, existe menos que nunca antes, tiene menos peso en la gestión pública; es mas objeto, alfanumerado, y menos sujeto de la política, de la gestión pública a todo nivel; su futuro está en manos de las cúpulas partidistas de “los políticos”; de los resultados electorales; sus opciones son solo votar o abstenerse.
5.-* Regresan los políticos; aquí no ha pasado nada; las leyendas negras del partidismo y el puntofijismo; vamos hacia la repartidización de la política y la vida nacionales
A once años de su implosión general, del final rocambolesco de la campaña presidencial de 1998, los partidos, los de entonces, los mismos y nuevos iguales de hoy; sus mismos dirigentes políticos y politólogos e iguales; con sus mismas estrategias y discursos mediáticos; los mismas puntofijistas; se “reposicionaron” como las cúpulas de la política nacional, con la Mesa de la Unidad Democrática, MUD; logrando oscuramente una unidad candidatural limitada para capitalizar unitaria electoralmente, las altas y crecientes conciencia y voluntad nacionales antiautoritarias antichavistas que a pesar de todo votarían; votarían, según, básicamente en contra; y en general por el candidato que fuera. Una unidad solo candidatural, ni siquiera de campaña; ni programática a pesar de la retórica; que por lo demás, tampoco podía ser de otra forma; solo para sumarle los votos a candidatos comunes de decenas de organizaciones, desde las mayores hasta las muy menores; cada una con su tarjeta propia; salvo unas pocas, en general, locales o personales sin casi capacidad ni bases sociopolíticas concretas; y salvo las mayores, vinculadas a factores de poder nacionales y/o regionales, sin ninguna o muy poca capacidad político-organizativa real..
“Volvieron los políticos”, “vuelven los partidos” se dice. Se creó la matriz de que Chávez ha mantenido su control del poder y aunque ya menguante su base sociopolítica, aparte de por su fuerte y único liderazgo personal, autoritario, y de la “unidad de mando”; por no haber sido confrontado por “los políticos”; por los dirigentes partidistas; sino por gente de “la sociedad civil”; por ”oenegés” que no se sabe “con que se come”; “gente de a pié” “de base” dirigentes comunitarios y vecinales empresarios intelectuales y profesionales; que, desde tiempo atrás promovidos por los medios, por “la antipolítica” y “el antipartidismo”, suplantaron a los partidos; resultando aquella Coordinadora Democrática y sus variantes posteriores, que, según, por “antipolítica” y “antipartidista” junto a los “ni-ni” la abstención la “pasividad”, etcéteras; habrían sido la clave, todo lo demás habría sido accesorio; del reposicionamiento y la retoma de la iniciativa de Chávez entre el 2004 luego del RR y el 2007. .Pero, ahora, a la “unidad de mando” y al “liderazgo único” del chavismo; y a su supuesto “proyecto comunista”, a su supuesto “sí saber a donde va”; según, su gran ventaja; ahora sí está retado; se le contrapone, gracias a los partidos y los políticos reactivados, con la MUD, la unidad de la oposición, una dirección política unitaria; solo un paso, cierto, pero en la perspectiva de que para el 2012 se logrará también un líder único y fuerte y de que ante el “proyecto comunista” ya están las bases del “proyecto democrático” supuestamente alternativo, y “nuevo”, las “100 propuestas para el País”. Así de la mano de “los políticos”, estaríamos yendo hacia un nuevo cuadro político-institucional; a una relación político-institucional gobierno-oposición, asimétrica cierto; como la histórica del PRI y el PAN en México; chavismo-puntofijismo aquí; hacia la repartidización y la re-”polítización” de la vida y la política nacionales, hacia la mejicanización; pero, que como allá, aquí, llegará a permitir en algún mediano plazo, alguna forma de salida de la crisis.
Con la MUD el regreso de los partidos y “los políticos” que, según, son “los llamados a manejar el país y su crisis”, será un “aquí no ha pasado nada”; será que estos diez años no han sido mas que una pesadilla, “un pasón”; sin causa ni origen conocidos; pero de los que, según, ya se vislumbra salir; regresando, no hay opción, a los buenos o preferibles tiempos de entonces, quedando de paso sentenciada la falsedad, y pasando sus páginas, de las leyendas negras del puntofijismo y del partidismo.
Porque, según, sí son leyendas negras; leyenda negra la del hueco al que aquellos partidos y aquellos “políticos” que son estos mismos, o iguales, el puntofijismo de hoy, empujaron al país desde mediados de los 70; que causaron el “viernes negro” del 83 “el caracazo” del 89 el “4F” y el “27N” del 92 y la destitución de Pérez y la crisis bancaria en el 93; la inflación mas alta de nuestra historia que toco el 100% y el desplome de los precios petroleros hasta los 5$/b en el 98 hacia la liquidación de la OPEP; leyenda negra la del vergonzoso aquelarre candidatural de quitadas y dadas de apoyo por las cúpulas empresarial-mediático-partidistas, por “los políticos” y las direcciones partidistas a sus propios candidatos a última hora de la campaña del 98 hasta provocar que sus propias bases militantes terminaron votando contra ellos, por Chávez; y la del oportunismo y la manipulación de la alianza de los partidos con el chavismo inicial del MVR, de aprovechamiento electoral del acomplejado infatuamiento de Chávez cuando la Constituyente; y en el 2000, del CSE paralelo del “bunker” de La Florida en la casa de AD, denunciado por Eliécer Otaiza entonces ministro de Chávez; y de la que resultó, negociada, la primera Asamblea Nacional pos-constituyente con las emeverrista y adeca como principales minorías dominantes.
Supuestas “leyendas negras” que explican el absoluto repudio nacional, de entonces desde entonces y actual, al puntofijismo; ya también al chavismo; a sus partidos a sus “políticos” a sus voceros a sus politólogos; los mismos o iguales de hoy; repudio incluso agresividad que hizo desaparecer tarimas dirigentes y discursos de cierre en las movilizaciones, desde el 2000 hasta el 2008 cuando reaparecieron en las últimas elecciones regionales y locales. Y “leyenda negra”, la de hoy mismo, en tiempo real; en vivo y en directo; la de la sintonía y el consenso y la negociación, actuales, propiamente del incondicional aval al “arbitro” electoral y la aceptación incondicional de las reglas del juego electoral; de la “nueva geometría electoral”, chavista, la LOPE, sin concesión real alguna de su parte; y con la prohibición `pr las cúpulas de oposición, hasta de mencionar el fraude. Consenso éste de ahora en el marco de la que se produce el regreso y el reposicionamiento de los partidos y los políticos.
-* Simetrías electorales y polarización
Dos fotocopias fondo negro y fondo blanco del mismo original, para polarizar a cuatro manos, las campañas del chavismo y el puntofijismo se concibieron exactamente según el mismo modelo binario.
.-* No solo para Chávez que lo decidió; sino también para la oposición, para la MUD que lo asumió igual; la campaña y las votaciones del 26S no serían para que la gente designara regional y localmente sus representantes a la AN; sino que se trataba de un plebiscito para votar por o contra Chávez. Por lo que los candidatos eran “los de Chávez” y ”los de La Unidad”; en ambos casos, mas los de la oposición que los chávistas, mayormente designados a dedo y/o negociados cupularmente; y que aparte sus condiciones personales, fueron verdaderos paracaidstas, sin nada que ver con las comunidades o sectores por los que aparecieron postulados; o, en tal caso, sin ser los que éstas espontáneamente hubieran designados. De tal manera que la estrategia de Chávez contó con el encuadre perfecto de la MUD para polarizar a cuatro manos, cada quién con sus candidatos; y convertir el 26S en la consulta plesbiscitaria que quería..
.-* Las campañas se diseñaron, cómo de los partidos, de los políticos candidatos, hacia la gente; no eran de la gente sino para ella, su objeto. “Patear la calle” o “patear los barrios”; “llegarle a la gente” “llegarle al pueblo” “a los sectores populares”; “convencerlos” “subir los cerros” “ganárselos puerta a puerta” “llevarle el mensaje”; etcéteras; fue la línea para el activismo electoral de ambos; muestra de la distancia entre “los políticos”, “la política” y la realidad y la gente; y cuya implementación limitada por la insuficiencia político-organizativa de los partidos y por la baja participación de la gente, incluso de la gente chavista que no estuvo en campaña; se complementaría con recorridos y caravanas en las comunidades y barrios, multiplicadas virtualmente con la repetición una y otra vez en la TV; y con la promoción en los medios de los candidatos con recursos o apoyo financieros, que estuvieran vinculados o promocionados por factores de poder que le dieran acceso a los medios.
.-*De ”milenarista”, se calificaría el alcance y el contenido, histórico, o meta-histórico, atribuido al 26S tanto por el chavismo como por la oposición; mas que de un de siglo y hasta de un milenio, sería así como el fin o el inicio de una era, de un modelo societario; la destrucción o la salvación final del país. Para el chavismo, perder las elecciones, sería el fin de la revolución de la soberanía de la integración latinoamericana y la multipolaridad de la revolución mundial de la inclusión de la liquidación del capitalismo; y de las misiones, etcétera. Para la oposición, la derrota de Chávez sería la salvación de la democracia y de la libertad, la salvación de occidente y la cristiandad; la posibilidad de un futuro, de reconstruir el país, etcétera. Y para ambos, que Chávez ganara sería lo contrario. Así de simple.
.-* Ganar la mayoría calificada de la AN, controlarla, era, según, de vida o muerte; para ambos, todo, ¡todo,! dependía de lograr los dos tercios de los diputados electos; y en función de ello era vital lograr que cada venezolano que cada votante de las bases del chavismo y la oposición se imbuyera de la conciencia y actuara en consecuencia de que su voto era decisivo y en él se jugaba todo; lo suyo y lo del país; su futuro y el futuro de la Patria de sus hijos y nietos y bisnietos, etcétera
.-* Chavismo y oposición, ambos, aunque ésta mas dramáticamente, hicieron de “la unidad” la médula de su estrategia electoral. Cierto que, aunque no siempre, la unidad parece obviamente deseable y a hasta clave; electoralmente obvio por el impacto esperado en la subjetividad de los votantes sobre todo en un marco de polarización como el que se induce. Pero el sentido principal que a ella le dieron las cúpulas chavista y de oposición, no fue, aunque también y además del referido impacto mediático, el obvio de sumar esfuerzos recursos y votos y de sintonizar voluntades en función de un mejor resultado compartido; sino el de ejercer la hegemonía de los grupos y partidos, propietarios de las franquicias electorales nacionales; los de mas poder general, político-institucional presupuestario mediático político-organizativo; de implantar el chantaje de que “fuera de la unidad no hay vida”; y de que en ella se está según condiciones, “el reglamento”, predeterminadas que se aceptan o se dejan; para capitalizar y absorber político-organizativa y electoralmente el capital político de los grupos y partidos de menos poder en general y en concreto de los locales a pesar de que en su ámbito circunscrito llegan a tener mas peso concreto que los regionales y nacionales; y que terminan en la unidad liquidados o escamoteados, a pesar de la calidad política que significa ser una fuerte y confiable referencia local.
.-* Los “ni-ni” y la abstención fueron temas calcados en las estrategias electorales del chavismo y de la oposición: ambos aunque el discurso de ésta en esto fue mas abiertamente insistente, pretendieron que la abstención y los “ni-ni” serían determinantes en los resultados; porque, según, a quién afectadan era, por su parte, a cada uno de ellos; beneficiando al otro; pretendiendo ambos cada uno por su parte que la abstención y los “ni-ni” les pertenecían político-electoralmente; solo que estarían desubicados confundidos o desinformados; obviamente por el discurso del otro; pero que llegándole” e informándolos etcétera suficientemente,”aclarándolos”; .votarían “correctamente•; por uno u otro. Pasando ambos por alto que mayormente la abstención es una actitud política; absolutamente contraria a la “antipolítica” con la que se le descalifica; y que el “ni-nismo”, tanto el que finalmente se abstiene como el que llega a votar, por uno y por otro; que lo hace votando en contra en alguna proporción repartido por ambos; es precisamente la expresión del rechazo a ambos al chavismo y al puntofijismo; en los que no cree; y a los que ve, correctamente, como solo variantes del mismo ejercicio autoritario del poder que hemos padecido 200 años; y en concreto como responsables en sucesión de la crisis en que estamos sumidos desde hace tres décadas largas.
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