21 sept 2012

TORRE DAVID,una controversia sin debate



Rafael Iribarren
 .-* Solo un tema mas
Un proyecto, el ejercicio de  rediseñar la Torre David como torre residencial ha sido el último tema de controversia y choque entre los arquitectos venezolanos. Todavía sin agotar la controversia sobre “El Mausoleo” que  solapó a la de La Carlota que a su vez solapó a la del “Musarq” y que se juntó a la  de la Misión Vivienda y al “urbanismo subversivo” para Caracas; que antes había sido sobre el “Leander” y el Obelisco Bicentenario y  sobre el Monumento al Indio; y así, uno tras otro tema y motivo de controversia, mediática, entre arquitectos; en general cuestionandolas como iniciativas gubernamentales. Siempre controversias personalizadas, solo mediáticas, que no llegando a la subjetividad nacional ni siquiera realmente a la gremial, no pasan de ser motivo de comentario o refunfuño entre colegas que por una u otra razón, particularmente oposicionista, le prestan alguna atención continuada a algún tema en particular o a la serie, según se proyecta en los medios.
.-* Pero fue premiado
En el caso del ejercicio de diseño de la “Torre David/Gran Horizonte” la intensidad   del choque, mayor que la de cualquiera de los anteriores mencionados; en este caso el CAV inusualmente sí se pronunció; y a pesar de que no se ve  expectativa concreta de que tal proyecto se ejecute; mientras que todos los anteriores o se ejecutaron o están ejecutándose; lo que lo dimensionó fue que llevado, no en la muestra del país a la XIII Bienal de Arquitectura de Venecia, sino expuesto en el pabellón de Italia; ganó, o el jurado le otorgó, el premio Leon de Oro. Resultando inevitable señalar, que de no haber sido por tal premio, incluso a pesar de la particularidad de no estar dentro de la muestra nacional; no se hubiera producido la controversia que ha habido
En común tienen los casos referidos, primero, el que resultan de decisiones gubernamentales autoritarias sin atención ni consideración algunas a opiniones ni criterios ni siquiera especializados en el área o la materia; y, segundo, simétricamente a lo primero, el que la controversia en relación a ellos siempre es básicamente de oposición, dispareja incoherente en general y superficial, y oportunista; teniendo  también en común  el inscribirse en la polarización mediática dominante en la esfera de lo político-institucional que hoy hay en el país; y que condiciona el área de las contrataciones y del ejercicio profesional.. .
.-* Siempre controversia sin debate
No hay debate entre los arquitectos, debate real, ni sobre cuestiones específicas de la arquitectura de la ciudad del ambiente; ni sobre el ejercicio ni sobre la gestión pública; real y lamentablemente a nivel nacional no lo hay sobre nada, salvo casos excepcionales, ni siquiera en general, en los sectores profesionales; a pesar de la crisis total que se vive y de la cual una de sus determinantes es precisamente la desprofesionalización de la gestión pública que día a día muestra efectos cada vez mas perversos y desbastadores en la vida nacional.. Contra El Mausoleo se dice que es un adefesio y que no armoniza con el Panteón; contra el Musarq, que tapa el Nuevo Circo y que es un galpón; se convoca un “concurso de ideas” para La Carlota porque se rechaza el proyecto de Farruco y los Pou; contra el Monumento Bicentenario que es un misil; contra el Leander que el proyecto de Burle Mark y Guinand no lo contemplaba; y así, contra el tal “urbanismo subversivo” en Caracas, que la construcción regada de viviendas es caotica y que los edificios no tienen estacionamientos. No se va más allá de la controversia ni del cuestionamiento circunstanciado específico y personalizado; no más allá de la competitiva y clientelar descalificación  como “malo” lo que se hace o proyecta; y a sus autores y ejecutores. Con la sola coherencia de la polarización; y de que en general lo que se dice, que concreta y específicamente puede ser cierto y valido y en general lo es; sin embargo, siéndolo, no remite al fondo del cual lo que se hace o pretende hacer o se proyecta, es expresión y resultado concreto
La controversia sobre la “La Torre David/…” ha sido el extremo; notoriamente como ya dije a partir de haber sido premiado; y de aparecer como una iniciativa calculada o tácticamente no-polarizada, no declaradamente inscrita en la confrontación chavismo-oposición; sino digamos, “neutra”; o pretendidamente; que hasta invoca el “fracaso“ de “la IV” y de “la V”. Ha sido una controversia, no sobre el proyecto en sí, del que poca o ninguna referencia se ha hecho; sino sobre sus autores, los arquitectos Brillemburg y Kumpler, con larga actuación en Venezuela y promotores del “Urban Think Tank”; atacados, clara y bastante documentadamente, de forma personal e indisimuladamente política oposicionista; pero sin nada de fondo que realmente tenga que ver con la vida nacional ni siquiera con la arquitectura; atacados de forma confusa sin que se entienda en concreto de qué se les acusa y sobre cual base se les descalifica es a ellos y no a su propuesta; que en tal caso es o debe ser tan cuestionable y discutible política y  profesionalmente como cualquiera otra; sin cuestionarles de fondo, haciéndose referencia muy de soslayo, casi acotadamente, a las relaciones de poder a partir o por medio de las cuales el UTT asumió ese costoso ejercicio de diseño, fué, o logró ser, seleccionado por el curador de la Bienal, está expuesto selecionadamente en el pabellón de Italia, no en el de Venezuela; y finalmente fue premiado por el jurado; obviamente todo en base total o parcialmente a relaciones de poder determinantes de que todo haya sido como fue; o resultado de acuerdo a alguna estrategia previamente trazada..
.-* La Torre David  y La Carlota
Si al caso vamos; y sin entrar a considerar la calidad de la propuesta y del discurso de sus proyectistas; al correlacionarlo con el caso emblemático por excelencia de los últimos años, La Carlota, en relación a la confrontación de la gente con el Poder y la gestión pública autoritaria, que es lo que en el fondo ella implica; el caso de la Torre David; en última instancia y en concreto responde a igual, llamémosla, “estrategia” oposicionista; en cuanto que al convocar la Alcaldía Metropolitana el CAV varias ONGs el “Concurso de Ideas”; se pidió fué hacer y entregar unas primeras rallas, “un muñeco”, como se dice; un ejercicio de diseño, en el aire sin viabilidad concreta, sin disponer de la posesión ni la competencia concreta para hacerlo realidad; igual que el ejercicio de diseño de UTT. Aparte y además, de que junto a la descalificación personal; confusa e inconsistentemente se ha acusado a Brillemburg y Kumpler de desconocer o desentenderse de la propiedad intelectual de la obra, de considerarla pretextual y manipuladoramente como “abandonada”; cuando, según, lo que estaba o está, es “paralizada” o “inconclusa”; y de avalar o legitimar las invasiones y expropiaciones chavistas; y sus violaciones etcétera a la propiedad privada; llegándose hasta a hacer desconcertantes referencia a “sus legítimos dueños”.
.-* Postración de los profesionales e inexistencia de debate
Como los otros casos referidos,  y sobre todo como en el de La Carlota, el caso de la Torre David en el marco de un verdadero debate permitiría algo así como  “ecosonografiar” con la mas alta resolución, por una parte, las relaciones de continuidad entre el chavismo y el puntofijismo, la perversión e incapacidad de ambos, aunque indiscutiblemente superior de aquel; y por otra, la inconsistencia e incoherencia del discurso oposicionista; polarizado y polarizante, electoralizado; enmarcando la lamentable situación y el estado de postración en que los profesionales en general y particularmwente en este caso los arquitectos venezolanos, chavistas y no chavistas, estamos frente al poder y la crisis nacional.
.-* La gente la Torre David y  La Carlota
Antes de destacar dos aspectos medulares del caso, vale apuntar que la Torre David, “Torre Financiera Confinanzas” fue un macroproyecto del Centro Financiero Confinanzas”, pasó a manos del Estado, a Fogade, entre 1995 1996, en su liquidación en el marco una de las mas amplias crisis bancarias mundiales, producto de la corrupción en su constitución y crecimiento de buena parte de los principales y mayores bancos del país de entonces; apuntar que tiene veinte años paralizada, ociosa, sin expectativas ni desde entonces ni en perspectiva concreta de ser concluida; que efectivamente luego de 15 años así, sin uso, ha venido sido invadida por unas 800 a 1000 familias, unas tres mil personas que indiscutiblemente necesitaban vivienda, tanto que a nadie se le hubiera ocurrido sino por necesidad extrema meterse ahí; aunque, como se sabe, la invasión haya sido organizada por gente chavista y propiciada y/o tolerada por el gobierno. Aspectos estos que no tienen nada que ver ni con la arquitectura propiamente; con su calidad y propósito ni con su contexto o coyuntura; pero sí  con  que se trata una situación de bulto, estridente y densa; icónica; de hecho muy difícil y costosísima de revertir, hasta de imaginar hacerlo; y que es la determinante de cualquier reflexión y eventual gestión o proyecto que se piense o  proponga.  
La reivindicación y la presión para que  La Carlota se integre con el Parque del Este, desprivatizandola al desmilitarizarla para convertirla en  espacio público a disposición de la gente; cual ha sido el punto de partida para la convocatoria al “Concurso de Ideas”; se originó en una conciencia vecinal y profesional acerca de deficiencias de espacios públicos de Caracas en la idea del derecho de la gente a la Ciudad y a que sus mejores calidades urbano-ambientales se socialicen; sin que, lamentablemente, la ciudadanía en general, la gente, lo haya asumido y  hecho objeto de su iniciativa y luchas concretas para lograrlo. Ha sido una lucha, propiamente, de vecinos ONGs y profesionales y ambientalistas; y, recientemente, en la coyuntura electoral, asumida polarizadamente por la AMC y el CAV que convocaron su referido “concurso de ideas”.  La Torre David, aparte la valoración que se haga del haber sido invadida, en las condiciones que lo fue; es un hecho insoluble que en ella viven desde hace varios años  esos varios miles de personas; lo que predetermina condiciona y le da el sentido que tiene o puede tener, la idea de que sus estructuras originalmente diseñadas y construidas para funciones financieras y comercial-empresariales, se reacondicionen  para  aprovecharlas convirtiéndolas en una unidad residencial. Quiere decir que el impulso o la motivación, o la manipulación o el aprovechamiento, de hacer el ejercicio de diseño en este caso del UTT no nace de la conciencia y motivación de un sector de la población, de vecinos profesionales ambientalistas, como es en el  caso, de la lucha por La Carlota; sin el involucramiento concreto de los caraqueños en general; sino que al contrario, la acción de una gente, de un grupo de ciudadanos de ocupar, invadir, progresivamente y durante varios años; y evidentemente en forma organizada y relativamente eficiente, la Torre David, concretamente, una situación de hecho causada por la movilización de la gente, fue lo que determinó y condicionó, determina y condiciona, la idea, la necesidad y oportunidad, de darle una solución técnica integral y de calidad al problema que dicha ocupación masiva y precaria a puesto dramáticamente en la agenda .
.-* Tanto los unos como los otros.
El otro aspecto medular sobre la controversia entre arquitectos sobre el ejercicio de diseño, “Torre David/ Gran Horizonte”, y su premio , es el de las relaciones de poder implícitas en las posiciones  asumidas ante él; a favor y en contra; aparte las relaciones de poder fáctico condicionantes, de su concepción y diseño originales como parte del Centro Financiero Confinanzas dentro del que  se concibió la Torre, de su pase a manos del Estado, de los años paralizada su construcción; y finalmente, de su invasión reciente; fases estas determinadas en formas condiciones y peso variables, de los factores y relaciones de poder que las concretaron. Apartes igual las que posibilitaron que el proyecto de UTT fuera seleccionado por el curador de la Bienal, el arquitecto inglés David Clipperfield y premiado máximamente; por un jurado integrado por profesionales de diferentes nacionalidades y presidido por el arquitecto holandés Wiel Arets, decano del Instituto Tecnológico de Illinois; que aparte la naturaleza y la activación de las relaciones y gestiones usuales que ello implica; supone además vínculos de muy alto nivel por lo demás no convencionales. Si en los salones nacionales permanentes de  Venecia se muestra lo que cada país envía; en el Salón del León se exponen las propuestas y proyectos seleccionadas por el curador e invitadas expresamente por la directiva de la Bienal. Vale hacer notar que mismo en los momentos de mayor intensidad en la controversia que ha habido, sus mas destacados detractores reiteradamente expresaron su desconcierto y hasta estupor, ante el que profesionales del prestigio mundial y la alta calidad como arquitectos, que les reconocen, al curador y al presidente y los demás integrantes del jurado, hubieran premiado al aquí descalificado ejercicio de diseño del UTT. Igualmente vale comentar que en la controversia uno de los colegas más beligerantes refirió el testimonio de años atrás de uno de los protagonistas principales de la Bienal de entonces, que abiertamente le reconoció que los premios en ella estaban preestablecidos y comprometidos de antemano  
Obviamente la propuesta de  Brillemburg y Klumpwer se sustentó, costosa y exigente de recursos y disposiciones de todo tipo como tiene que haber sido, en relaciones de poder financiero y gerenciales trasnacionales de mucho músculo; relaciones activadas y puestas a punto en función de alguna previsión y expectativa de algún resultado concreto y de alguna retribución, o contraprestación, concreta; expectativa resultado y retribución o contraprestación obviamente relacionadas con el posible involucramiento en el negocio que conllevará o conllevaría la eventual ejecución de dicho proyecto. Estando de entrada descartada la posibilidad de que sea el gobierno nacional o el Estado; actual o posible futuro, quién asuma tal proyecto; el actual es incapaz hasta de impermeabilizar el techo de una escuela; es inevitable pensar más bien en que su ejecución se viabilice, se pretende o apuesta a que sea así, en el marco de la expectativa de algún convenio multilateral, sería, entre el gobierno nacional, inevitable siendo el propietario del inmueble, el equipo proyectista, el UTT o el que sea y algún ente multinacional o privado trasnacional. que lo financiara y gerenciara.     
Pero, igualmente y por su lado quienes han confrontado más fuertemente al UTT y su proyecto “Torre David… “; en términos que implican, aunque sin plantearlo abiertamente, la idea de que la torre debe ser desalojada de invasores  para ser rescatada  y concluida, según, sería en su función original, o sea, en su función de centro financiero; como fue diseñada; obviamente consideran la misma idea de que alguien asuma esa tarea y sus costos; de tal forma que igual que Brillemburg y Kumpwer, su idea presupone el involucramiento de factores de poder y alguna forma de convenio o asociación de los mismos con el estado y el equipo proyectista que tendría que constituirse eventualmente. 
.-* La Torre David es de la gente; como la Ciudad
La Torre David, ¿de quién es?. No es del gobierno; ni del presidente ni de los alcaldes; tampoco del sector privado; ni  de sus antiguos dueños ni de ningún banquero de hoy. Es oportuno remarcar que no se trata de una propiedad privada; y que no ha sido objeto de expropiación alguna ni de “la IV“ ni de “la V”. Es de la nación; técnico-jurídicamente es de Fogade; pero en concreto es de todos los venezolanos; lo que significa que así como aquella crisis bancaria nos costó a todos los venezolanos; igualmente todos tenemos derecho, legal y legítimamente, a ella; a beneficiarnos de su eventual y  deseable aprovechamiento futuro; sea cual sea; y también los ocupantes o invasores. Es arquitectura e ingeniería; sí; pero no es de los arquitectos ni de los ingenieros como tales; ni siquiera de quienes la proyectaron. Es de la gente. Es parte de la ciudad; y la ciudad es de la gente
¿Quién ejerce la posesión de ella?; ¿a quién corresponde la competencia de decidir? Alguien dijo que en su ocupación, en su invasión, hay de todo de lo que hay en Caracas; que es un microcosmos; “una metáfora de Caracas”; y de su historia, agrego Cierto; pero todavía mas denso que eso, es que los componentes del cuadro confrontacional  de los factores en juego, en función de su posible solución; el propietario legal, que es el Estado, el factor dinamizador crítico, que son  los ocupantes, y la academia,  lo técnico-profesional, que son o serían los proyectistas, concretos o eventuales, quienes sean; configuran en micro el cuadro de determinantes sobre el cual tiene que asumirse, no ya la torre en si, ni  los otros casos, La Carlota, el Sambil de La Candelaria, etcétera. Sino también y mas aún, la Ciudad, la megalópolis que hoy es la Caracas sin  límites ni poligonal, en que vivimos; a la que solo podrá responderse a partir de la concurrencia del poder, el Estado, de la gente, de los ciudadanos, y de lo técnico-profesional, la academia; con la diferencia de que, precisamente, la determinante dinamizadora condicionante de lo que tendría que ser una gestión pública sana racional integral, seria y a escala, hacia la armonización de la dinámica socio-urbano-ambiental megalopolitana en que estamos, la gente los ciudadanos base de la indispensable ciudadanización de la gestión urbano ambiental megalopolitana, no se han activado, no están presentes ni están previstos  de ser convocados ni movilizados .
.-* El derecho de los invasores-ocupantes a la Torre David
El mayor alcance que circunstancialmente tiene la confrontación en relación a  la Torre David sobre la que ha habido en relación a La Carlota, es, precisamente que ésta no ha sido invadida ni nada parecido como sí lo fue aquella. De tal forma que, lamentablemente, el lujo o la patada que se da el chavismo y concretamente Sexto de avanzar “rodilla en tierra” en su proyecto y sus negocios en La Carlota por encima de cualquier criterio debate y juego de opiniones sobre el derecho ciudadano a ser quién decida su desmilitarización y desprivatización y conversión en espacio público; se lo da, Farruco Sexto, ese lujo y esa patada, exactamente porque no hay la presencia ciudadana, de la gente, que tendría que darse, para que sea imposible desconocerla como el interlocutor principal; al contrario de lo que sucede en la Torre David; donde, independiente de la participación apoyo inicial y soporte que el chavismo haya dado inicial y continuadamente a los invasores; no es él, Chávez ni Sexto, no es el gobierno, quién tiene la decisión concreta, sino ellos; los invasores hoy ocupantes quienes, seguro, como indican los hechos y como hay que esperar y asumir, serán los interlocutores determinantes en relación, sea lo que sea, a lo que se haga o proyecte allí.      
.-* Un debate sobre el Poder a partir de la Torre David
La cuestión de fondo no es si la Torre David está deteriorada y afeada; ni si Brillermburg y el UTT manipularon para tener el premio de la Bienal de Venecia  violan la ética profesional y han tramado una estrategia de poder aprovechando populistamente la circunstancia de la invasión; ni si su propuesta es buena o mala. Como la cuestión en relación a Mausoleo o al Musarq o a La Carlota, etcétera, no es que es un mamotreto tapa al Nuevo Circo o que el proyecto es de Farruco; etcétera; ni si los edificios no tienen estacionamiento; si son buenos o malos diseños. La cuestión es de Poder; es sobre la relación del Poder y lo público, del Poder y la gente; y del rol de la inteligencia de los profesionales, de lo técnico-profesional en esa relación. Si la inteligencia sigue siendo un instrumento del poder fáctico, del autoritarismo en cualquiera de sus variantes; o si es un instrumento, un recurso, de la gente de los ciudadanos; si ya avanzando en el siglo XXI los profesionales, la inteligencia, sigue sin asumir un rol diferente a la del ejercicio cortesano al servicio del déspota en cualquiera de sus formas que es quién decide qué se hace y qué nó, dónde y cómo se hace; y califica lo bueno y lo malo.                         
La crisis nacional de décadas de profundización inercial; dentro de ella  el deterioro general de las condiciones de vida y particularmente el caos urbano-ambiental que vivimos, se ha desenvuelto inercial y  metastásicamente en la simbiosis  del ejercicio autoritario del poder y el ejercicio cortesano de la profesión                         
El teorema de la Torre David y su oportuna bienvenida e irreversible ocupación o invasión por la gente puede, debe ser, el inicio de un debate serio sobre el Poder la gente y la inteligencia en Venezuela
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Caracas septiembre de 2012.