Rafael Iribarren
.-* Solo un tema mas
Un
proyecto, el ejercicio de rediseñar la Torre David como torre
residencial ha sido el último tema de controversia y choque entre los
arquitectos venezolanos. Todavía sin agotar la controversia sobre “El Mausoleo”
que solapó a la de La Carlota que a su vez
solapó a la del “Musarq” y que se juntó a la de la Misión Vivienda y
al “urbanismo subversivo” para Caracas; que antes había sido sobre el “Leander”
y el Obelisco Bicentenario y sobre el
Monumento al Indio; y así, uno tras otro tema y motivo de controversia,
mediática, entre arquitectos; en general cuestionandolas como iniciativas
gubernamentales. Siempre controversias personalizadas, solo mediáticas, que no
llegando a la subjetividad nacional ni siquiera realmente a la gremial, no
pasan de ser motivo de comentario o refunfuño entre colegas que por una u otra
razón, particularmente oposicionista, le prestan alguna atención continuada a
algún tema en particular o a la serie, según se proyecta en los medios.
.-* Pero fue
premiado
En
el caso del ejercicio de diseño de la “Torre David/Gran Horizonte” la
intensidad del choque, mayor que la de cualquiera de los
anteriores mencionados; en este caso el CAV inusualmente sí se pronunció; y a
pesar de que no se ve expectativa
concreta de que tal proyecto se ejecute; mientras que todos los anteriores o se
ejecutaron o están ejecutándose; lo que lo dimensionó fue que llevado, no en la
muestra del país a la XIII
Bienal de Arquitectura de Venecia, sino expuesto en el
pabellón de Italia; ganó, o el jurado le otorgó, el premio Leon de Oro. Resultando
inevitable señalar, que de no haber sido por tal premio, incluso a pesar de la
particularidad de no estar dentro de la muestra nacional; no se hubiera producido
la controversia que ha habido
En
común tienen los casos referidos, primero, el que resultan de decisiones
gubernamentales autoritarias sin atención ni consideración algunas a opiniones
ni criterios ni siquiera especializados en el área o la materia; y, segundo,
simétricamente a lo primero, el que la controversia en relación a ellos siempre
es básicamente de oposición, dispareja incoherente en general y superficial, y
oportunista; teniendo también en común el inscribirse en la polarización mediática dominante
en la esfera de lo político-institucional que hoy hay en el país; y que
condiciona el área de las contrataciones y del ejercicio profesional.. .
.-* Siempre controversia
sin debate
No
hay debate entre los arquitectos, debate real, ni sobre cuestiones específicas
de la arquitectura de la ciudad del ambiente; ni sobre el ejercicio ni sobre la
gestión pública; real y lamentablemente a nivel nacional no lo hay sobre nada,
salvo casos excepcionales, ni siquiera en general, en los sectores profesionales;
a pesar de la crisis total que se vive y de la cual una de sus determinantes es
precisamente la desprofesionalización de la gestión pública que día a día
muestra efectos cada vez mas perversos y desbastadores en la vida nacional..
Contra El Mausoleo se dice que es un adefesio y que no armoniza con el Panteón;
contra el Musarq, que tapa el Nuevo Circo y que es un galpón; se convoca un “concurso
de ideas” para La Carlota
porque se rechaza el proyecto de Farruco y los Pou; contra el Monumento
Bicentenario que es un misil; contra el Leander que el proyecto de Burle Mark y
Guinand no lo contemplaba; y así, contra el tal “urbanismo subversivo” en
Caracas, que la construcción regada de viviendas es caotica y que los edificios
no tienen estacionamientos. No se va más allá de la controversia ni del
cuestionamiento circunstanciado específico y personalizado; no más allá de la
competitiva y clientelar descalificación como “malo” lo que se hace o proyecta; y a sus
autores y ejecutores. Con la sola coherencia de la polarización; y de que en general
lo que se dice, que concreta y específicamente puede ser cierto y valido y en
general lo es; sin embargo, siéndolo, no remite al fondo del cual lo que se
hace o pretende hacer o se proyecta, es expresión y resultado concreto
La
controversia sobre la “La
Torre David/…” ha sido el extremo; notoriamente como ya dije a
partir de haber sido premiado; y de aparecer como una iniciativa calculada o
tácticamente no-polarizada, no declaradamente inscrita en la confrontación
chavismo-oposición; sino digamos, “neutra”; o pretendidamente; que hasta invoca
el “fracaso“ de “la IV”
y de “la V”. Ha
sido una controversia, no sobre el proyecto en sí, del que poca o ninguna
referencia se ha hecho; sino sobre sus autores, los arquitectos Brillemburg y
Kumpler, con larga actuación en Venezuela y promotores del “Urban Think Tank”; atacados,
clara y bastante documentadamente, de forma personal e indisimuladamente
política oposicionista; pero sin nada de fondo que realmente tenga que ver con
la vida nacional ni siquiera con la arquitectura; atacados de forma confusa sin
que se entienda en concreto de qué se les acusa y sobre cual base se les
descalifica es a ellos y no a su propuesta; que en tal caso es o debe ser tan
cuestionable y discutible política y profesionalmente como cualquiera otra; sin
cuestionarles de fondo, haciéndose referencia muy de soslayo, casi acotadamente,
a las relaciones de poder a partir o por medio de las cuales el UTT asumió ese
costoso ejercicio de diseño, fué, o logró ser, seleccionado por el curador de la Bienal, está expuesto
selecionadamente en el pabellón de Italia, no en el de Venezuela; y finalmente
fue premiado por el jurado; obviamente todo en base total o parcialmente a
relaciones de poder determinantes de que todo haya sido como fue; o resultado
de acuerdo a alguna estrategia previamente trazada..
.-* La Torre David y La Carlota
Si
al caso vamos; y sin entrar a considerar la calidad de la propuesta y del
discurso de sus proyectistas; al correlacionarlo con el caso emblemático por
excelencia de los últimos años, La
Carlota, en relación a la confrontación de la gente con el
Poder y la gestión pública autoritaria, que es lo que en el fondo ella implica;
el caso de la Torre David;
en última instancia y en concreto responde a igual, llamémosla, “estrategia”
oposicionista; en cuanto que al convocar la Alcaldía Metropolitana
el CAV varias ONGs el “Concurso de Ideas”; se pidió fué hacer y entregar unas
primeras rallas, “un muñeco”, como se dice; un ejercicio de diseño, en el aire
sin viabilidad concreta, sin disponer de la posesión ni la competencia concreta
para hacerlo realidad; igual que el ejercicio de diseño de UTT. Aparte y
además, de que junto a la descalificación personal; confusa e
inconsistentemente se ha acusado a Brillemburg y Kumpler de desconocer o
desentenderse de la propiedad intelectual de la obra, de considerarla
pretextual y manipuladoramente como “abandonada”; cuando, según, lo que estaba o
está, es “paralizada” o “inconclusa”; y de avalar o legitimar las invasiones y
expropiaciones chavistas; y sus violaciones etcétera a la propiedad privada;
llegándose hasta a hacer desconcertantes referencia a “sus legítimos dueños”.
.-* Postración de los
profesionales e inexistencia de debate
Como
los otros casos referidos, y sobre todo como
en el de La Carlota,
el caso de la Torre David
en el marco de un verdadero debate permitiría algo así como “ecosonografiar” con la mas alta resolución,
por una parte, las relaciones de continuidad entre el chavismo y el
puntofijismo, la perversión e incapacidad de ambos, aunque indiscutiblemente
superior de aquel; y por otra, la inconsistencia e incoherencia del discurso
oposicionista; polarizado y polarizante, electoralizado; enmarcando la lamentable
situación y el estado de postración en que los profesionales en general y
particularmwente en este caso los arquitectos venezolanos, chavistas y no
chavistas, estamos frente al poder y la crisis nacional.
.-* La gente la Torre David y La
Carlota
Antes
de destacar dos aspectos medulares del caso, vale apuntar que la Torre David, “Torre Financiera
Confinanzas” fue un macroproyecto del Centro Financiero Confinanzas”, pasó a
manos del Estado, a Fogade, entre 1995 1996, en su liquidación en el marco una
de las mas amplias crisis bancarias mundiales, producto de la corrupción en su
constitución y crecimiento de buena parte de los principales y mayores bancos
del país de entonces; apuntar que tiene veinte años paralizada, ociosa, sin
expectativas ni desde entonces ni en perspectiva concreta de ser concluida; que
efectivamente luego de 15 años así, sin uso, ha venido sido invadida por unas 800 a 1000 familias, unas
tres mil personas que indiscutiblemente necesitaban vivienda, tanto que a nadie
se le hubiera ocurrido sino por necesidad extrema meterse ahí; aunque, como se
sabe, la invasión haya sido organizada por gente chavista y propiciada y/o
tolerada por el gobierno. Aspectos estos que no tienen nada que ver ni con la
arquitectura propiamente; con su calidad y propósito ni con su contexto o coyuntura;
pero sí con que se trata una situación de bulto,
estridente y densa; icónica; de hecho muy difícil y costosísima de revertir,
hasta de imaginar hacerlo; y que es la determinante de cualquier reflexión y
eventual gestión o proyecto que se piense o proponga.
La
reivindicación y la presión para que La Carlota se integre con el
Parque del Este, desprivatizandola al desmilitarizarla para convertirla en espacio público a disposición de la gente;
cual ha sido el punto de partida para la convocatoria al “Concurso de Ideas”;
se originó en una conciencia vecinal y profesional acerca de deficiencias de
espacios públicos de Caracas en la idea del derecho de la gente a la Ciudad y a que sus mejores calidades
urbano-ambientales se socialicen; sin que, lamentablemente, la ciudadanía en
general, la gente, lo haya asumido y hecho objeto de su iniciativa y luchas concretas
para lograrlo. Ha sido una lucha, propiamente, de vecinos ONGs y profesionales
y ambientalistas; y, recientemente, en la coyuntura electoral, asumida
polarizadamente por la AMC
y el CAV que convocaron su referido “concurso de ideas”. La Torre
David, aparte la valoración que se haga del haber sido
invadida, en las condiciones que lo fue; es un hecho insoluble que en ella
viven desde hace varios años esos varios
miles de personas; lo que predetermina condiciona y le da el sentido que tiene
o puede tener, la idea de que sus estructuras originalmente diseñadas y
construidas para funciones financieras y comercial-empresariales, se
reacondicionen para aprovecharlas convirtiéndolas en una unidad
residencial. Quiere decir que el impulso o la motivación, o la manipulación o
el aprovechamiento, de hacer el ejercicio de diseño en este caso del UTT no
nace de la conciencia y motivación de un sector de la población, de vecinos
profesionales ambientalistas, como es en el
caso, de la lucha por La
Carlota; sin el involucramiento concreto de los caraqueños en
general; sino que al contrario, la acción de una gente, de un grupo de
ciudadanos de ocupar, invadir, progresivamente y durante varios años; y
evidentemente en forma organizada y relativamente eficiente, la Torre David, concretamente, una
situación de hecho causada por la movilización de la gente, fue lo que determinó
y condicionó, determina y condiciona, la idea, la necesidad y oportunidad, de
darle una solución técnica integral y de calidad al problema que dicha ocupación
masiva y precaria a puesto dramáticamente en la agenda .
.-* Tanto los unos como
los otros.
El
otro aspecto medular sobre la controversia entre arquitectos sobre el ejercicio
de diseño, “Torre David/ Gran Horizonte”, y su premio , es el de las relaciones
de poder implícitas en las posiciones asumidas ante él; a favor y en contra; aparte
las relaciones de poder fáctico condicionantes, de su concepción y diseño
originales como parte del Centro Financiero Confinanzas dentro del que se concibió la Torre, de su pase a manos
del Estado, de los años paralizada su construcción; y finalmente, de su
invasión reciente; fases estas determinadas en formas condiciones y peso
variables, de los factores y relaciones de poder que las concretaron. Apartes
igual las que posibilitaron que el proyecto de UTT fuera seleccionado por el
curador de la Bienal,
el arquitecto inglés David Clipperfield y premiado máximamente; por un jurado integrado
por profesionales de diferentes nacionalidades y presidido por el arquitecto
holandés Wiel Arets, decano del Instituto Tecnológico de Illinois; que aparte
la naturaleza y la activación de las relaciones y gestiones usuales que ello
implica; supone además vínculos de muy alto nivel por lo demás no
convencionales. Si en los salones nacionales permanentes de Venecia se muestra lo que cada país envía; en
el Salón del León se exponen las propuestas y proyectos seleccionadas por el curador
e invitadas expresamente por la directiva de la Bienal. Vale hacer
notar que mismo en los momentos de mayor intensidad en la controversia que ha
habido, sus mas destacados detractores reiteradamente expresaron su
desconcierto y hasta estupor, ante el que profesionales del prestigio mundial y
la alta calidad como arquitectos, que les reconocen, al curador y al presidente
y los demás integrantes del jurado, hubieran premiado al aquí descalificado
ejercicio de diseño del UTT. Igualmente vale comentar que en la controversia
uno de los colegas más beligerantes refirió el testimonio de años atrás de uno
de los protagonistas principales de la Bienal de entonces, que abiertamente le reconoció
que los premios en ella estaban preestablecidos y comprometidos de antemano
Obviamente
la propuesta de Brillemburg y Klumpwer
se sustentó, costosa y exigente de recursos y disposiciones de todo tipo como
tiene que haber sido, en relaciones de poder financiero y gerenciales
trasnacionales de mucho músculo; relaciones activadas y puestas a punto en
función de alguna previsión y expectativa de algún resultado concreto y de
alguna retribución, o contraprestación, concreta; expectativa resultado y
retribución o contraprestación obviamente relacionadas con el posible involucramiento
en el negocio que conllevará o conllevaría la eventual ejecución de dicho
proyecto. Estando de entrada descartada la posibilidad de que sea el gobierno
nacional o el Estado; actual o posible futuro, quién asuma tal proyecto; el
actual es incapaz hasta de impermeabilizar el techo de una escuela; es inevitable
pensar más bien en que su ejecución se viabilice, se pretende o apuesta a que
sea así, en el marco de la expectativa de algún convenio multilateral, sería,
entre el gobierno nacional, inevitable siendo el propietario del inmueble, el
equipo proyectista, el UTT o el que sea y algún ente multinacional o privado
trasnacional. que lo financiara y gerenciara.
Pero,
igualmente y por su lado quienes han confrontado más fuertemente al UTT y su
proyecto “Torre David… “; en términos que implican, aunque sin plantearlo
abiertamente, la idea de que la torre debe ser desalojada de invasores para ser rescatada y concluida, según, sería en su función
original, o sea, en su función de centro financiero; como fue diseñada;
obviamente consideran la misma idea de que alguien asuma esa tarea y sus costos;
de tal forma que igual que Brillemburg y Kumpwer, su idea presupone el
involucramiento de factores de poder y alguna forma de convenio o asociación de
los mismos con el estado y el equipo proyectista que tendría que constituirse
eventualmente.
.-* La Torre David es de la gente;
como la Ciudad
La Torre
David, ¿de quién es?.
No es del gobierno; ni del presidente ni de los alcaldes; tampoco del sector
privado; ni de sus antiguos dueños ni de
ningún banquero de hoy. Es oportuno remarcar que no se trata de una propiedad
privada; y que no ha sido objeto de expropiación alguna ni de “la IV“ ni de “la V”. Es de la nación;
técnico-jurídicamente es de Fogade; pero en concreto es de todos los
venezolanos; lo que significa que así como aquella crisis bancaria nos costó a
todos los venezolanos; igualmente todos tenemos derecho, legal y legítimamente,
a ella; a beneficiarnos de su eventual y
deseable aprovechamiento futuro; sea cual sea; y también los ocupantes o
invasores. Es arquitectura e ingeniería; sí; pero no es de los arquitectos ni
de los ingenieros como tales; ni siquiera de quienes la proyectaron. Es de la
gente. Es parte de la ciudad; y la ciudad es de la gente
¿Quién
ejerce la posesión de ella?; ¿a quién corresponde la competencia de decidir? Alguien
dijo que en su ocupación, en su invasión, hay de todo de lo que hay en Caracas;
que es un microcosmos; “una metáfora de Caracas”; y de su historia, agrego
Cierto; pero todavía mas denso que eso, es que los componentes del cuadro
confrontacional de los factores en
juego, en función de su posible solución; el propietario legal, que es el Estado,
el factor dinamizador crítico, que son los ocupantes, y la academia, lo técnico-profesional, que son o serían los
proyectistas, concretos o eventuales, quienes sean; configuran en micro el
cuadro de determinantes sobre el cual tiene que asumirse, no ya la torre en si,
ni los otros casos, La Carlota, el Sambil de La Candelaria, etcétera. Sino
también y mas aún, la Ciudad,
la megalópolis que hoy es la
Caracas sin límites ni
poligonal, en que vivimos; a la que solo podrá responderse a partir de la
concurrencia del poder, el Estado, de la gente, de los ciudadanos, y de lo
técnico-profesional, la academia; con la diferencia de que, precisamente, la
determinante dinamizadora condicionante de lo que tendría que ser una gestión
pública sana racional integral, seria y a escala, hacia la armonización de la
dinámica socio-urbano-ambiental megalopolitana en que estamos, la gente los
ciudadanos base de la indispensable ciudadanización de la gestión urbano
ambiental megalopolitana, no se han activado, no están presentes ni están
previstos de ser convocados ni
movilizados .
.-* El derecho de los
invasores-ocupantes a la Torre David
El
mayor alcance que circunstancialmente tiene la confrontación en relación a la Torre
David sobre la que ha habido en relación a La Carlota, es, precisamente
que ésta no ha sido invadida ni nada parecido como sí lo fue aquella. De tal
forma que, lamentablemente, el lujo o la patada que se da el chavismo y
concretamente Sexto de avanzar “rodilla en tierra” en su proyecto y sus negocios
en La Carlota
por encima de cualquier criterio debate y juego de opiniones sobre el derecho
ciudadano a ser quién decida su desmilitarización y desprivatización y
conversión en espacio público; se lo da, Farruco Sexto, ese lujo y esa patada, exactamente
porque no hay la presencia ciudadana, de la gente, que tendría que darse, para
que sea imposible desconocerla como el interlocutor principal; al contrario de
lo que sucede en la Torre David;
donde, independiente de la participación apoyo inicial y soporte que el chavismo
haya dado inicial y continuadamente a los invasores; no es él, Chávez ni Sexto,
no es el gobierno, quién tiene la decisión concreta, sino ellos; los invasores
hoy ocupantes quienes, seguro, como indican los hechos y como hay que esperar y
asumir, serán los interlocutores determinantes en relación, sea lo que sea, a
lo que se haga o proyecte allí.
.-* Un debate sobre el
Poder a partir de la Torre David
La
cuestión de fondo no es si la
Torre David está deteriorada y afeada; ni si Brillermburg y
el UTT manipularon para tener el premio de la Bienal de Venecia violan la ética profesional y han tramado una
estrategia de poder aprovechando populistamente la circunstancia de la
invasión; ni si su propuesta es buena o mala. Como la cuestión en relación a
Mausoleo o al Musarq o a La
Carlota, etcétera, no es que es un mamotreto tapa al Nuevo
Circo o que el proyecto es de Farruco; etcétera; ni si los edificios no tienen
estacionamiento; si son buenos o malos diseños. La cuestión es de Poder; es sobre
la relación del Poder y lo público, del Poder y la gente; y del rol de la inteligencia
de los profesionales, de lo técnico-profesional en esa relación. Si la
inteligencia sigue siendo un instrumento del poder fáctico, del autoritarismo
en cualquiera de sus variantes; o si es un instrumento, un recurso, de la gente
de los ciudadanos; si ya avanzando en el siglo XXI los profesionales, la
inteligencia, sigue sin asumir un rol diferente a la del ejercicio cortesano al
servicio del déspota en cualquiera de sus formas que es quién decide qué se
hace y qué nó, dónde y cómo se hace; y califica lo bueno y lo malo.
La
crisis nacional de décadas de profundización inercial; dentro de ella el deterioro general de las condiciones de
vida y particularmente el caos urbano-ambiental que vivimos, se ha desenvuelto inercial
y metastásicamente en la simbiosis del ejercicio autoritario del poder y el
ejercicio cortesano de la profesión
El
teorema de la Torre David
y su oportuna bienvenida e irreversible ocupación o invasión por la gente
puede, debe ser, el inicio de un debate serio sobre el Poder la gente y la
inteligencia en Venezuela
.
Caracas septiembre de 2012.